viernes, 30 de diciembre de 2011

¡El Gobierno de Mariano Rajoy congela el salario a los funcionarios!

¡Tooontos, tooontos, tooontos!
Eh, amigos, ¡pero qué está pasando! ¿No resulta todo esto demasiado familiar? ¿No se parece demasiado a un acceso de acidez? ¿A nadie le suena este rollo? ¿Pero acaso no habían votado los españoles de bien al PP (los demás, ya se sabe, esos han vendido Navarra) porque conocía todas las fórmulas y medios para convertir las crisis económicas en agua, en polvo, en nada? Y ¿cómo es que nos vienen ahora los "populares" con remedios tan repudiados cuando los imponía un gobierno socialista en su empeño por hundir a España en el desastre? ¿Pero no nos habían dicho que Mariano "el notarías" venía con la solución bajo el brazo? ¿No nos habían hablado de "cambio"? ¿No era Mariano mismo el cambio? Y un gobierno dirigido por un mesías, ¿no debería presentar ya la dimisión ante el constatado fracaso de su gestión? ¿Acaso no puede ocurrírsele al mesías otra cosa que la congelación de los salarios como estrategia para sacar a su país de una situación crítica? ¿Es eso auténtica sabiduría? ¿No lo habíamos llamado ya "incapacidad"? ¿Y no deberían pedir los medios de comunicación en general, y los de la exigente derecha opinácea, la dimisión en bloque del sabio mesías y de sus ministros aventureros? ¿No habíamos llamado a un gobierno anterior "incompetente" por su falta de imaginación para resolver los problemas de la economía? ¿Qué diremos de éste que ahora esgrime el sacabocados del zapatero para taladrarnos el cinto hasta la parálisis de la columna vertebral y su posterior tronchamiento? ¿No deberíamos sentirnos estafados, engañados, ultrajados, envilecidos, vapuleados, idiotizados y burlados por las ilusiones vanas de un mesías menor? ¿No deberíamos empezar ya con las movilizaciones, con la oposición salvaje, con los obispos peleones que se desviven por la paz y el bienestar de los hombrecitos? ¿O estamos todavía demasiado aturronaos?
¡Oh, con qué placer nos ha comunicado hoy Sorayita a los españoles que el déficit público se eleva casi al 8%! Ya podemos imaginar las portadas y editoriales de los medios de la derecha opinácea: "Vinieron con la mentira y con la mentira se fueron", "Rodríguez Zapatero mata incluso después de muerto"... Pero seguro que ni una palabra de las soluciones mágicas de Mariano "el notarías"; mágicas, y no tanto, que tras conocer la medicina para combatir la crisis que nos ha comunicado hoy la vicepresidenta "que más poder acumula" no hacían falta procesos electorales ni cambio, porque ¿cambio...? ¿De qué?
Y menos mal que, en lo que al déficit se refiere, una décima supone una cantidad enorme de dinero, porque hubiera fardado más la vicepresidenta "que más poder acumula" diciendo que el déficit supera el 70%, pero ya conseguirá la derecha opinácea dar un golpe de efecto similar al logrado con la cifra de abortos del presente año: cien abortos más convierten a España en el paraíso de las frescas. ¡Y esto acaba de empezar!


Yvs Jacob


P. S.: ¡Tooontos, tooontos, tooontos!

miércoles, 28 de diciembre de 2011

No fue violencia de género, es que se lio...

Y los españoles, a lo nuestro: en vez de identificar un problema cultural y buscar los medios adecuados para resolverlo, nos metemos de lleno en disquisiciones filológicas, pero siempre triunfa la visión de la moral conservadora, esto es, si no hay acuerdo en cuanto al modo como la realidad se refiere, tal realidad no existe. Por supuesto, los problemas sociales son invenciones de la izquierda más incompetente, porque en el mundo de verdad, un mundo como Dios manda, las cosas pasan. Si uno percibe un salario miserable, "mire usted..."; si los empresarios son insaciables, "la vida es así"; si no hay justicia social, si fracasa la redistribución de la riqueza, "qué quiere que le diga"...
Se llama infantilismo en política a la cerrazón de un gobierno de derechas en no dejar ni huella de cualquier avance social impulsado por un gobierno de izquierdas anterior. Y es así como ha llegado el PP con los productos de limpieza, pero cuidado con el amoniaco. Para no dejar ni huella de los problemas inventados por la izquierda española, se les ha ocurrido a los "populares" que debe ser abandonado el lenguaje con que eran referidos. No les ha faltado ingenio, la verdad: no hay otro país en el mundo que contabilice a las víctimas de la violencia machista dentro de un delito tipificado, y aunque sean tantas -o más- en cualquier país europeo, si la ciudadanía ignora la cifra y el tipo de asesinato, ¡problema resuelto! -hay formas de la delincuencia que son menos patrióticas que otras, y no queremos que se piense mal de los españoles.
Pero no está de más que un pueblo revise los fundamentos de su cultura, y tampoco que se entienda la pluriformidad de la violencia. Por ejemplo, el Gobierno que preside Mariano Rajoy -e insistió el presidente en su saludo a las Fuerzas Armadas en su incrédulo presidir...- sólo cuenta con cuatro ministras, si bien le hubiesen correspondido dos más. Que un primer ministro de un gobierno progresista no alcanzase a copar la cuota de igualdad podría llegar a justificarse por la inmadurez de la democracia española, el corto período de bienestar extendido, quizá no suficiente para formar por igual a los miembros de ambos sexos en el espíritu progresista de la gestión de los asuntos públicos. Incluso inverosímil, esta justificación no exige demasiadas tragaderas. Ahora bien, que no haya bastantes mujeres en la derecha para gestionar al modo de la derecha, esto es, cuando menos, sorprendente. Por supuesto, sobre la paridad, ni la menor queja entre las mujeres de la derecha, y si no llegan a ocupar algunos cargos, pues por algo será, se dirán unas a otras. Hay que observar lo siguiente: en el mundo de los pobres, un loco te mata; en el de los ricos, un tonto se hace cocainómano y te deja por otra, pero vas un día a esquiar y conoces a Chechu, que también tiene dinero, aunque es un poco gilipollas. Pero es que la vida es así.


María Malamenti para Basuragurú

lunes, 26 de diciembre de 2011

Ninguna confianza en el Gobierno de Mariano Rajoy

No voy a ocultarlo: estoy deseando que "la marianada" se dé ya el primer leñazo. Y espero impaciente conocer quién la liará antes que los demás, porque es seguro que poco a poco irán ofreciéndonos todos los miembros de este nuevo Gobierno lo más circense de sí mismos. Todo se andará: a uno lo ponen ahí y no tarda en creer que es la mismísima obra de algún dios.
Después de dos legislaturas de gobierno del PSOE, había perdido esta curiosidad insana que han practicado con tanta mala fe los medios de opinión de la derecha, el ansia del batacazo, ese placer malévolo de ver a un gobernante al que se desprecia precipitarse y caer, y chocar, y pisotearlo ya en el suelo, ni un hueso indemne, ni un diente en su sitio, nada. Un regodeo semejante en la desgracia de los españoles... ¡hacía tanto tiempo que no lo sentía!
Tras ver por televisión las juras de algunos de los ministros, me ha quedado ese regustillo de peli mala, de teatrillo independiente y callejero, tan vergonzoso, de pésima interpretación, de inverosimilitud, de falta de coherencia, de estafa... También he percibido al PSOE empequeñecido, tan reducido, tan chato, siempre empeñado en una suerte de bien que la ciudadanía desprecia por su incapacidad moral para asumir el ejemplo de un modelo ético superior. Elena Salgado advertía de que el PSOE practicaría una oposición responsable y leal, pero esto no se lo agradecerá nadie. Por otra parte, igual que el PP ha perjudicado a los españoles durante años sin la menor carga emocional, así podría perderse otra legislatura sin el menor cambio. Y dicho con total sinceridad: a la vista de la medicina con que se ha presentado el PP, es claro que ni se ha entendido el problema al que se enfrenta España ni se emplean los medios adecuados -hace falta otra cosa que la razón para entender que el desempleo se combate con más desempleo, que un gobierno que se dice "mejor" crea las condiciones para un desempleo mayor, y que un pueblo que busca resolver su problema de desempleo entrega el gobierno a quienes brindaban con champán apenas se conocía la cifra del mes correspondiente. Nada de esto se puede entender.
Descartado Esteban González Pons -pobrecito, después de todo lo que ha hecho...-, yo apuesto por Ana Mato -desde luego, ¡qué miedo! Ya ha visitado con las cámaras de televisión un hospital: ¡como si no estuviese uno allí lo bastante jodido! ¡Es que son insaciables!


Yvs Jacob

jueves, 22 de diciembre de 2011

Y ahora, el "Botellazo"

Es inútil intentar cualquier cambio en la concepción de la política de los españoles cuando la escena es dominada por los aventureros. Sospecho que los dirigentes del PP nunca han superado una prueba real que pudiese ofrecer a los ciudadanos su valor de manera incuestionable. El caso de Madrid, ciudad y Comunidad Autónoma, es, una vez más, ejemplar. La concentración de una clase media-alta de gran volumen en la capital garantiza casi con seguridad la victoria de la fuerza conservadora en todas las elecciones. Por otra parte, la población de los restantes municipios madrileños es menor que la correspondiente a la gran urbe, y en una época en que el título de "trabajador" se ha convertido en vergonzoso para muchos de ellos, el PP parece condenado a triunfar sin solución. Tal ventaja ha llevado a la confusión a Esperanza Aguirre, por ejemplo, y es posible que confunda también a Ana Botella. De nuevo, termina en un cargo principal de la gestión de lo público uno que andaba por allí, porque a estar por allí es a lo que se dedica en política el aventurero.
Ana Botella no es Hillary Clinton; Ana Botella no es concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Madrid, ni será nunca su alcaldesa. Ana Botella es la esposa de Josemari, y aquí es, como decía un gran profesor, donde un español siempre remata: "y punto". Cualquier otra afirmación sólo justifica lo ya dicho: la esposa de Josemari.
De Alberto Ruiz-Gallardón se ha dicho muchas veces no lo que a él le gusta creer -eso de "un verso suelto"-, sino que es un lobo con la piel de cordero. Y lo hemos vuelto a ver. Muchos ignorantes lo han votado al constatar que la ciudad de Madrid ha emprendido desde hace años una gran transformación, dudosa e inquietante para mí, aunque el gran gestor sienta sobre ella el poder casi divino de quien dispone a cuenta de los demás. Así, mucho clamó la derecha mediática contra el "Plan E" del anterior gobierno socialista, un gasto irresponsable e innecesario en un momento crítico, "nos dijeron", pero nada se ha arrojado contra el alcalde de Madrid, que con tanto desparpajo ha gastado -"por mí, por ti y por todos los demás...". Tal vez porque estamos en la era de las hipotecas a terceros -la pido yo y la pagan mis nietos-, ninguna iniciativa popular ha llegado hasta el Ayuntamiento con la solicitud de un poco de contención -"manirroto, que lo tuyo es de ludópata". Por supuesto, el alcalde tenía sus planes: aquí nos ponemos como locos con la hormigonera, que tan pronto el COI nos conceda unos juegos olímpicos no va a quedar ni un agujero por tapar. Pero Hans Christian Andersen fue un escritor de cuentos danés, y aquí hemos gastado dinero con más alegría que si cayese café del cielo. Claro, ¡a nadie se le había ocurrido! Las demás administraciones están dirigidas por idiotas, ¡mira que no atreverse a gastar lo que no se tiene! Y todavía es más hilarante que ahora, cuando llega el PP al gobierno de la nación, haya preparado el Ayuntamiento de Madrid cuñas publicitarias de su oficina de empleo, para la que ha recuperado un edificio en la Puerta de Toledo. ¡A buenas horas! ¿Acaso no nos recordó bastante el gran líder que ya somos 5 millones mirando a las musarañas? Y hay que ver ¡qué tontos son esos socialistas! Keynes "sí", Keynes "no"...
"La última" de Ruiz-Gallardón ha sido el "Botellazo", y ha acertado de pleno. Muchos piensan que Ana Botella no ganaría en Madrid; les animo a que no olviden a José María Álvarez del Manzano, que ideó el sistema de "ir ligerito" en las manifestaciones: arreando que vienen los "barrenda". Que nunca ha sido muy listo el chulapo, vamos...


Yvs Jacob

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Mucho PSOE por hacer frente a la gran nada

Recomiendo la lectura de esta solicitud a cargo de algunos miembros relevantes del PSOE, un gesto de singular importancia y que sólo un gran partido político puede proponer a la sociedad que aspira a gobernar -una vez más, el PSOE traza la línea que su principal adversario nunca atravesará. Se invita a militantes y ciudadanos a elevar propuestas que ayuden a redefinir la socialdemocracia, que muchos piensan ha consumido su tiempo histórico, con el objetivo de recuperar la confianza en el electorado y adquirir, según lo entiendo, un compromiso respecto de las actuaciones de un futuro gobierno socialista al que sus votantes puedan seguir mirando con reconocimiento. Quiero manifestar mi decepción por el modo como los medios de comunicación están tratando el asunto, al interpretar que la petición se hace contra la herencia de Rodríguez Zapatero y para apartar a Pérez Rubalcaba de la carrera por la secretaría general. Si se interpreta de esa manera, todo empieza mal -si los medios de izquierdas sólo buscan crear la noticia, será mejor que quienes de verdad se preocupan por la recuperación del PSOE los dejen de lado.
Supongo que empezarán a llegar propuestas de lo más variopinto. Creo que es mejor que no se trate el asunto de si las papeleras deben incorporar o no el cenicero. A mí se me ocurren muchas en detalle y una generalidad que diré espiritual, como horizonte.
Ahí van algunas.

1) La ley existe, es bella y se cumple. Y se cumple siempre, sin permitir que en ella aparezcan fisuras, espacios donde impera y se fortalece el vacío de la ley. Para los ciudadanos, lo primero tiene que ser la ley, el conocimiento de la ley, el respeto a la ley, el temor a la ley si es necesario. Con dinero o sin dinero, la libertad es siempre una ley.

2) El mundo de los hombres es el mundo de la ley; la sociedad sólo existe cuando todo, absolutamente todo, está regulado, y cualquier resquicio es un refugio para la delincuencia y la inmoralidad. Confiar en la capacidad del azar como fuerza reguladora no es más que otra utopía que también ha fracasado.

3) La izquierda no puede echarse sobre sus hombros la salvación del mundo entero, sino la de este mundo. El ideal de la redención de la humanidad sólo puede construirse de manera lenta y precisa, y aquí no caben la ingenuidad ni el cálculo sobre los efectos a largo plazo de las buenas acciones de los gobiernos en lugares remotos. La sola generosidad no resuelve ningún problema; España debe ofrecer y exigir eficacia, o no ofrecer nada.

4) El presente es el mundo del dinero; todo cuesta. No se debe permitir que los ciudadanos se construyan una idea equivocada de la capacidad de su gobierno para gestionar aquello en lo que el ciudadano participa poco o nada. El gobierno no tiene dinero, el gobierno gestiona. El gobierno no hace hospitales: los hospitales se hacen con dinero. El dinero no cae del cielo; el dinero exige de todos la responsabilidad de aportar para cubrir las necesidades de la sociedad. Cada uno según su capacidad, pero todos.

5) La socialdemocracia española debe estimular en los ciudadanos la idea de que la nación es mucho más que un equipo de fútbol. Hay que mostrar a los ciudadanos la importancia de la unidad de una nación plural, y hay que mostrar a los partidos nacionalistas soberanistas el límite de lo que puede ser conseguido sin perjudicar la unidad de la nación plural. Por supuesto, debe aclararse, sin ninguna ambigüedad, que jamás -jamás- serán posibles procesos independentistas democráticos en España. La unidad real es innegociable.

6) El adversario de la socialdemocracia es la derecha conservadora; el aliado de la socialdemocracia no es la derecha nacionalista. La socialdemocracia no puede ser vasca, gallega o catalanista. En un Estado que ha desarrollado tanto sus administraciones regionales, lo gallego, lo vasco, lo catalán... han llegado a su máxima realización dentro de la nación plural. Cualquier negociación para satisfacer las ambiciones nacionalistas sólo alimenta la mitología.

7) La educación es el servicio más importante que un Estado puede prestar a la sociedad. Por mucho que la nueva pedagogía haya descubierto que el aprendizaje puede endulzarse con los medios adecuados, el aprendizaje debe reconciliarse con el esfuerzo. La educación debe ser ambiciosa y exigente. Así dicho: la educación debe ser aristocrática.

8) Es imprescindible abundar en una educación cívica y ciudadana, por mucho que se oponga la parte más conservadora de la sociedad. El próximo secretario general del PSOE debe insistir en el Parlamento sobre la recuperación de la asignatura de Educación para la ciudadanía como prioridad tan pronto se alcance el gobierno de la nación; sin una educación moral, la sociedad vive en el caos.

9) En la gestión de cualesquiera competencias por parte de las Comunidades Autónomas debe existir siempre la seguridad de que el Estado vigila las decisiones de los gobernantes regionales -descentralización no puede significar desintegración; el bien de los españoles no puede convertirse en el mal de los españoles.

10) Hay que limitar temporalmente el ejercicio de los cargos públicos en todas las instancias de la gestión administrativa, y hay que desacostumbrar a los aventureros de la política a ambicionar el cargo como fin en sí mismo, el poder, la legitimidad de la representación como lo más deseable. No existe ninguna inteligencia, ningún carisma tan sobresaliente que no agote la paciencia de los gobernados.

11) Un gobierno socialdemócrata debe estimular la sindicación de los trabajadores, y debe solicitar a los sindicatos la observancia de la responsabilidad laboral de sus afiliados. Los sindicatos no pueden llegar a convertirse en el punto débil de la izquierda, como ahora sucede, sino en su punto fuerte. Un gobierno de izquierdas debe desapegar a los sindicatos de cualquier subvención; la fuerza de un sindicato proviene de sus afiliados y de su independencia en todos los ámbitos. Un puesto de trabajo, un sindicado, ésta es la fórmula.

12) Un gobierno de izquierdas debe intervenir activamente en todos los ámbitos en que la ley de la oferta y la demanda se convierte en una estrategia para la estafa de la propia sociedad. El salario mínimo interprofesional, el precio de compra, venta y alquiler de viviendas... todo esto se encuentra en una situación de inmoralidad y delincuencia, y debe ser regulado con ambición, siempre de acuerdo con la renta y capacidad económica real de las familias españolas, y no abandonado a patrones externos.

13) Hay que fomentar una educación empresarial que tenga como finalidad el progreso, el bienestar y la satisfacción espiritual de la nación. Si se fija por ley un salario mínimo interprofesional indigno, el empresario español no se exige nada por encima de eso. Un salario no debe ser suficiente para comer, sino para vivir, que son aspectos sustancialmente diferentes.

14) La actividad financiera se halla en estado de enloquecimiento severo y usura feroz fortalecida por toda suerte de subterfugios. El ciudadano debe asumir su responsabilidad cuando solicita un préstamo a una entidad bancaria, pero un gobierno de izquierdas debe mostrarse intolerante con todas las expresiones de usura y robo que practican esas entidades.

15) En Europa hay que saber decir y hay que saber decir No. La nación española tiene su historia y tiene sus intereses. Hay que buscar el modo de romper con la dependencia económica europea para adoptar una posición fuerte y de liderazgo. El lugar de España en la UE debe ser reflexionado: los españoles han perdido gran parte de su capacidad productiva a cambio de una salida directa en los aeropuertos -claramente, han salido... perdiendo. Deben reconsiderarse las cuotas y las subvenciones, y no se debe ceder en cuanto a la importancia histórica de sectores tradicionales -como se ha podido ver, la reconversión conduce sólo al desempleo. Hay que empezar a usar con desparpajo el as guardado en la manga, como hacen los demás: Europa podría no ser buena para España.

16) El fortalecimiento de la economía española debe implicar a todos los sectores y a todos los ámbitos y clases dentro de la sociedad. Los impuestos son tan bellos como la ley, y deben ser tan justos como ella. La economía no es un problema del gobierno, es un problema cultural.

17) España no puede ser el lugar de acogida de inmigrantes sin fin ni el refugio de delincuentes cuyo abuso de la libertad perjudica a los intereses nacionales. Respecto de los delincuentes europeos que se han establecido en España, hay que manejar con rigor los instrumentos legales que la UE dispone para los Estados. Hay que atreverse a suspender el espacio Schengen cuando sea preciso, hay que advertir a los Estados que no hacen los esfuerzos más notables para combatir la delincuencia que España no tendrá tampoco paciencia ni generosidad con ellos.

18) Hay que asumir que la inmigración ha llegado a convertirse en un problema, hay que afrontar con responsabilidad que es así. Esto implica una reflexión acerca del modo de vida español y de la perpetuación de las formas de la pobreza. En el mundo del dinero, la libertad cuesta.

19) Un primer ministro en el gobierno de la nación española no tiene que comportarse necesariamente como un presidente de la República de Francia. Cuando gana una lista, gana un partido, y un partido fuerte debe contar en sus filas con los elementos adecuados para gestionar todas las competencias -la independencia de un independiente es un problema personal.

20) El PSOE es un partido nacional; allí donde esto no se entienda, deben afrontarse la ruptura y la refundación de una nueva federación con responsabilidad nacional.

Por supuesto, pueden añadirse aquí muchas más observaciones, y no hace falta demasiada imaginación para advertir en cada una de ellas el modo como gran parte de la sociedad española ha perdido la fe en la socialdemocracia, hasta el punto de no saber si los problemas que atacaba el anterior gobierno eran reales o ficticios, por su ineficacia para satisfacer los intereses más inmediatos.


Yvs Jacob

martes, 20 de diciembre de 2011

¡Lucía Etxebarria abandona la literatura!

¡Oh, joder, joder, joder! ¡Maldita sea tu estampa, Steve Jobs! ¡Maldita la tecnología asesina! ¡Maldita tanta avaricia! ¡Mirad lo que habéis hecho a la pobre Luchi! ¡Malditos seáis todos, internautas!
¡Oh, estoy jodido, jodido, estoy realmente jodido! ¡Esto no puede ser, coño! ¡Y encima en Navidad! ¡Ojalá me pasase por encima un Papá Noel cargado de renos...! ¡Mundo apestoso! ¡Humanidad suicida! Si Luchi ya no escribe, ¡yo no quiero vivir más!
¿Y quién citará ahora a Guy Debord? ¿Quién se ocupará ahora de nosotros, que no somos como los demás, que somos Luchi...? ¿Quién llenará nuestra imaginación con las más atrevidas y desafiantes fabulaciones contraculturales? ¿Quién nos elevará a los más alto de la cúpula celeste, donde apenas se llega con el dedo índice y un poco de poesía, si Luchi ya no está...?
Pero me dice un buen amigo que Luchi está en su derecho de abandonar la literatura, y que la literatura ya la abandonó a ella y no montó ningún escándalo. Claro, ya estamos exprimiendo el limón en la herida bien abierta, ya estamos hurgando con la pluma en el tejido venoso. Le aclaro que Luchi es una autora de culto, y él me dice que no, que es porno. Aquí, siempre faltando; para las cosas de Luchi, ¡hay que ver cómo somos...! ¡Malos, malos, malos!
Estoy mirando en la agenda del móvil porque me habían dado el número de varios indignados, a ver si hacemos algo allí en el árbol que Ágatha Ruiz de la Prada diseñó para decorar la plaza de la Espe, seguro que conseguimos revertir esta desagradable situación con una orgía y un huerto.
Luchi, ¡vuelve, vuelve, vuelve! Te prometo que jamás he descargado un archivo digital de tus obras y que nunca lo haré.
Yo lo que creo es que Luchi necesita un poco de cariño. Voy para allá con unas muy buenas ideas para otra novelita: son tres amigos, dos mujeres y gay senegalés, ¡y una de ellas lee a Michel Foucault!
¡Vamos, Luchi!


Tocomocho para Basuragurú

sábado, 17 de diciembre de 2011

Y la Espe nos habla de la libertad

Hace un par de meses dijo Félix de Azúa en Madrid que estamos gobernados por los mediocres. No le faltaba razón en absoluto, no obstante, eran unas palabras todavía generosas. De Azúa se refería a los que desde la etapa del capitalismo industrial avanzado se conoce como técnicos. Al técnico de la sociedad, en tanto que gestor, no le corresponden la expectativas, que no tiene, sino la burda disposición de determinadas acciones y de muchos silencios, justificados por la inconveniencia de afectar la reproducción de un modo de vida muy específico, la dulce esclavitud de no pertenecerse a sí mismo el ser humano, pero no importarle lo más mínimo. El gobierno ténico es, por supuesto, ideológico, y su mediocridad es de competencia, es decir, no se le pide otra cosa. Pero existe por debajo de la categoría del técnico otra clase de mediocridad que no se justifica en montos ni partidas presupuestarias, la mediocridad propia del analfabetismo, la mediocridad de quienes carecen del espíritu para los grandes asuntos, a pesar de que han sido aupados hasta los cargos donde debería tomarse cualquier iniciativa que condujese al progreso y bienestar, consolidado y extendido, de toda la sociedad. Si la primera mediocridad se acerca a la necesidad, por la competencia de la gestión, esta segunda es gratuita, la mediocridad de la incompetencia. Esta colonización de los mediocres en la política se aprecia como en ningún otro lugar en las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP, y la de Madrid supera cualquier cima imaginable para la más atroz mediocridad, la que produce Esperanzas. Lo Espe se traduce como el enigmático empeño de sentirse alguien llamado a intervernir en asuntos que escapan por completo a su comprensión, un enigmático empeño que incluye un elemento aznárico-mesiánico -en el caso de Josemari fue tan obvio que hasta supo cuándo marcharse, el momento de la adoración personal y de la admiración de la propia obra. Como sucedía a Josemari, la Espe tiene un problema de interpretación de la realidad, una confusión tanto en aquello que contempla como cuando dirige su atención hacia ella misma. La obsesión liberal de la Espe no es nada más que la expresión de su confusión. El liberalismo es el fin, y la Espe es el enviado, el medio. Yo me he declarado en muchas ocasiones liberal y me fascina la lectura de Herbert Spencer, pero ni soy británico ni creo que el liberalismo funcione en ningún país pobre en todos los sentidos; la estafa, sin embargo, sí. El liberalismo que enseña Herbert Spencer es uno nacionalista, aristocrático e ilustrado. Aquel liberalismo de Spencer tenía de hecho mucho sentido: el Imperio Británico dominaba la mayor parte del mundo, sin ningún competidor a la altura, y sus clases altas habían alcanzado un ideal de civilicación que todavía permanece, al constituirse como la más elevada realización de lo humano. El egoísmo liberal podía perfectamente contribuir al progreso de toda la sociedad británica; el perfecto liberal era sobre todo un caballero. Este esquema jamás podría funcionar en España: nuestros ricos son vulgares y no pueden admitirse como modelo en nada. Nuestros empresarios son unos tarugos, o nuevos ricos o lo bastante lerdos como para relacionar su actividad económica y empresarial con el progreso de la sociedad y la atención a la patria. Nuestros políticos sólo crean división en la sociedad: al apasionamiento de una parte despierta una reacción contraria e igual de intensa en la otra. En un país así, el liberalismo conduce al desastre.
Tiene que ver el liberalismo, en efecto, con la libertad, pero no seamos tan ingenuos, que es una libertad muy corta. Un proabortista, un defensor de legislar las condiciones de una muerte digna, éstos pueden no tener miedo a la libertad, pero si ese grito se utiliza para desregular el horario comercial, aquí la cosa da pena. Llama la atención el modo como desde la derecha sectaria se ha interpretado, por ejemplo, la ley de plazos para el aborto: ¡diríase que lo obligado es abortar! (¿Nos obliga la ley al divorcio?). Tal simplicidad en la interpretación de la ley es muy propia de la derecha española, y quienes se niegan a disfrutar de una libertad, no la quieren tampoco para los demás -una simplicidad intrusiva. Estoy conforme, no obstante, con que el aborto es una práctica violenta, pero nunca podría impedirla con mi voto -yo temo mucho más a quien considera que él no puede circular a 120k/h...
Ya hemos visto que el déficit público puede reducirse suspendiendo el empleo público -es cierto que aumenta el desempleo, pero el culpable sería un Gobierno de la nación, y no regional, de signo contrario-, y veremos que la desregulación del horario comercial terminará por confirmar el parentesco de la raza ibérica con la rata. Lejos de hacer un esfuerzo por comprender la originalidad de los pequeños comercios familiares madrileños, a nuestra presidenta se le ocurre que la mejor manera de pasar un piano por una puerta estrecha es partirlo por la mitad.
Cuando un gobernante no tiene miedo a la libertad no tiene tampoco miedo a una asignatura como Educación para la ciudadanía. Cuando un gobernante no tiene ni puta idea de en qué consiste la libertad humana en sociedad, sólo se le ocurre que la mejor solución para combatir el desempleo es desregular el horario comercial a las tiendas.


Yvs Jacob

jueves, 15 de diciembre de 2011

¡Descubierto el rincón secreto del gran líder!

De lo que nos vamos enterando...
Ya sabíamos que era Mariano Rajoy un ávido lector de diarios deportivos, pero que pasara tanto tiempo en el bar, eso tiene más gracia, y ya no me resulta en absoluto un enigma que los españoles votasen a la gran nada que se hace llamar PP, porque el candidato ganador de las pasadas elecciones generales legislativas se ajusta perfectamente a la idea que los españoles tienen de sí mismos -lo raro hubiese sido que ganase Pérez Rubalcaba, un infatigable trabajador... Y aunque los españoles no acostumbran a viajar en helicóptero, no están por ello menos flipados.
Pero ya puede uno imaginar que se pondrán en marcha peregrinaciones hacia el local de la calle de Fernando el Santo, y que los mismos que insultan a Rodríguez Zapatero a las puertas del Congreso poblarán el recién descubierto santuario, peleándose quizá por un servilletero sobre el que reposara un gemelo del hombre que ha venido a cumplir la Ley de Dios.
Y son muchas las preguntas que nos hacemos quienes nunca hemos tenido la menor curiosidad en el gran líder. Por ejemplo, ¿es hombre de barra, Mariano Rajoy, con el brazo extendido?, ¿tiene alguna mesa reservada, una limpia? Por ejemplo, ¿es un español de verdad, un Carlos Dávila de esos que se hurga con el palillo mientras se caga en to'? Por ejemplo, ¿cuál es la tapita preferida por el gran líder?, ¿se la ponen inmediatamente con la correspondiente bebida, o le sucede al gran líder como al resto de los españoles, que tienen que reclamar el privilegio de disfrutar de un trozo de pan duro y empapado al que le han atravesado un boquerón? Por ejemplo, ¿quiénes se sientan, si se da el caso, a la mesa con el gran líder?, ¿y de qué hablan en el bar?
La verdad es que resulta bastante triste imaginarse al gran líder allí en el bar, pensando en sus cosas (Hércules-Levante, "2"), no obstante, quién sabe si incluso ha tenido la ocurrencia de componer su Gabinete con unas cañas, y pronto aparecerá alguien con el mismísimo hueso de aceituna escupido por Mariano Rajoy cuando nombró para sus adentros a Ruiz-Gallardón como ministro de Fomento, ¡una auténtica orgía, vamos!
Ahora que el "Botellazo" parece más que inminente, podremos suponer que los plenos del Ayuntamiento de Madrid se convertirán en descacharrantes libretos de zarzuelilla, ¿no? -"la Puerta de Toledo tiene una cosa que se abre y que se cierra como las otras"... y todo eso.
¡Ay, cuándo se darán cuenta los españoles del lío en que nos han metido!


Tocomocho para Basuragurú

martes, 13 de diciembre de 2011

Hurtangarín, el talonmano y el duque de palma ancha

Algo huele a podrido en Dinamarca...
¡Hay que ver cómo lo estamos pasando...! Como ya sucediera con Marta Domínguez, España estrena presunto delincuente, y el genio nacional se aplica con las saetas, y quién sabe si para la Semana Santa tendremos por fin crucificado con lanzada en la tetilla.
Pero algo huele a podrido, y tal vez no sólo la poca ejemplaridad del duque, por el momento, sin probar. Para empezar, los españoles de bien no comprendemos qué interés podría tener el diario El Mundo en llevar esto demasiado lejos. Siempre nos había dicho El Mundo que España era algo que rompían los demás -los nacionalistas periféricos, la jovialidad del PSOE, los gays y las lesbianas, los sindicatos, los proabortistas...-, pero jamás hubiésemos pensado que pudiesen romper la patria quienes la tienen poco menos que en propiedad, al menos tal es su ficción, su responsabilidad infantil... No se comprende en absoluto que un diario que practica el conspiracionismo paranoico se nos presente ahora como garante de cualesquiera prácticas, incluida la periodística, y todo apunta a un mal cálculo dentro de un ejercicio de ocultismo.
En el problema de los dineros públicos se trata de saber lo siguiente: quién era el cerebro, quiénes sus colaboradores necesarios, quiénes sus instrumentos, cuáles las prácticas de todos, la estructura de la organización, la cuantía de la estafa o robo y si se podrá devolver o no. Y aquí puede aparecer de todo, desde amiguitos del alma hasta partidos políticos que no gastan de sus arcas ni el recibo del wifi. Como dice un buen amigo mío, aquí puede haber hasta pederastas, que es el non plus ultra de la infamia. Yo sospecho que el duque es una pieza menor, por mucho que desde la Casa Real se haya ofrecido ya la bandeja de plata para su cabeza, pero no creo que se trate, por ejemplo, de sacrificar a un miembro menor de la Familia Real para proteger a otro mucho mayor, sino que más bien se busca distraer al personal con un poco de circo sin que por ello exista algún peligro para el melón -ya se sabe, el asunto de si pasamos por fin a un sistema de gobierno totalmente republicano que dé con procesos independentistas a mano alzada en Catalunya, Euskadi y algún pueblecillo de Murcia. ¿Se atreverán los ideodos de El Mundo a prender esa mecha?
Tampoco creo que esté todo perdido para el duque -aquí faltan todavía por aparecer el personaje sorpresa, uno que siempre termina haciéndose la cirugía en São Paulo, y el loco, que éste sí que es la mar de resolutivo, y sirve lo mismo para aniquilar a una masa como para un descuido (además, lleva el asunto varias semanas en el hit parade y ni rastro, por el momento, de mochilas ni furgonetas...). Ya digo que no creo que veamos al duque en el banquillo como estamos viendo estos días a Francisco Camps, uno que, a pesar de tenerlo todo perdido, prefiere no apearse del burro y fingir que alguna vez tuvo honorabilidad -debo añadir que uno de los argumentos para su defensa, cuando sostiene que a veces era el guardaespaldas quien le prestaba tres mil euros para un pago en efectivo, debería registrarlo en la SGAE, porque hay quien se dedica durante toda la vida al humor y no consigue que te partas el pecho a reír como el amigo Paco.
Seamos pacientes, que mucho se dijo de las bolsas de sangre que guardaba Marta Domínguez en la nevera, y hemos llegado después a verla entrar en el congelador... Seamos cautos, la línea de investigación por la que están atacando los medios esta madeja huele demasiado mal...


Yvs Jacob

domingo, 11 de diciembre de 2011

Elvira Lindo reflexiona sobre los chinos

Y le da la risa. A mí también me dio la risa al leer las reflexiones de Elvira Lindo sobre los chinos.
Existe una izquierda en España que de tan buen rollo como quiere alimentar sólo despierta una inconsolable tristeza, y levanta una neblina opiácea donde cree dirigir sus apasionados propósitos. Según la izquierda guay, los valores se han repartido de este modo: todos para la izquierda, ninguno para la derecha. Que la derecha desprecia no es un secreto para nadie, no en vano ha entrado el mundo en la era del gran dinero y ha sido la fraternidad canjeada por la caridad; no obstante, que los sublimes valores de la izquierda acerquen de verdad unos hombres a otros y estimulen la convivencia y el respeto dentro de una sociedad multicultural y multiétnica, esto ya empieza a no creérselo nadie, y menos si ese milagro se pide sólo a los pobres y a su vicio por el amontonamiento. A Elvira Lindo le produjo risa que se acusase a los chinos del alto índice de alcoholismo juvenil, que se culpase al proveedor, y no al educador, de un mal social. A menudo se pone el grito en el cielo por la demagogia esencial de la derecha mediática, pero ya se deja ver sin la menor reserva lo mucho que enfangan algunos que se pretenden sensibles y críticos... de verdad. Qué se puede decir sobre el argumento... En algo tiene razón su autora: un padre siempre será el culpable de que un hijo salga gilipollas, no obstante, utilizarlo para blindar a los proveedores, eso es tan obsceno como cargar el peso de la masacre sobre las autoridades de Hiroshima por no evacuar a tiempo la ciudad.
La sociedad española, siempre tan ignorante y simplona, está postergando por demasiado tiempo una reflexión urgentísima acerca de su destino, y tanto el ciego laissez-faire de la moral económica como el no tocar del buenrrollismo de izquierdas están dejando paso a un vacío cívico, propio del desorden de un pueblo sin espíritu, que podría tener consecuencias impredecibles, y quizá no positivas.
Para defender a los chinos que se ganan la vida al margen de la legislación española en nuestro país hay que observar mucho más que una manifestación espuria por televisión y congratularse por las bondades del Estado de derecho frente a los totalitarismos. Hay calles en Madrid que atizan el alma con una aguda depresión cuando se recorren. Son estas calles los almacenes de la fealdad humana más abominable, donde se exhibe todo lo que la sociedad mundial es capaz de producir de más -¡hasta individuos! Hay calles en Madrid que son un escaparate de la depravación, calles con cinco, seis, siete comercios regentados por orientales, uno al lado de otro, con los mismos productos a la venta, abiertos en horarios que ninguna competencia nacional puede soportar, atendidos por mujeres y menores de edad que pasan su vida, desde las 10 de la mañana hasta la madrugada, encerrados en los escasos metros cuadrados que les concede la libertad de mercado, enterrados entre su propia basura, vencidos a su cosificación, y todo por nuestra bondadosa pereza y nuestra conmiseración -¡oh, los pobres chinos...! Y viene Elvira Lindo a celebrar que por fin se manifiestan... Pero no se manifiestan contra sus compatriotas explotadores, esos sádicos neocapitalistas; no piden asilo en ninguna embajada ni presentan denuncias por mutilación de lo humano, sino para que les permitan la venta de alcohol a partir de las 10 de la noche. Y a Elvira Lindo no le da la risa; los explotadores obligan a sus esclavos a que reclamen mayor humillación, y la izquierda guay española celebra su ¡por fin!
Todo esto es repugnante, intelectual y moralmente repugnante.
Debería esta aguda crítica de la realidad dar un paseo nocturno por Madrid. Yo no sé si en Manhattan existe alguna ley o si todo el mundo se la pasa allí por los cojones, pero el paisaje madrileño, apenas se va el sol, se convierte en un apocalipsis de los valores de la izquierda guay. Llegada la hora legal de cierre de sus locales, tras la dura jornada de explotación indoors, salen los chinos por fin a la calle, y lo hacen acarreando bebidas, que camuflan en los contenedores de basura y en el interior de los portales; pero es que tampoco cierran sus comercios, sino que pasan a una segunda fase, dígase stand-by, abierto hasta que no quede más remedio, hasta apurar los últimos veinte céntimos de beneficio del día, y si se gana uno la confianza del jefecillo chino, le venden allí lo que haga falta.
A mí también me dio la risa cuando vi las imágenes de la manifestación ante el Ayuntamiento de Madrid. Y luego lloré. Es tan patético y ridículo el pueblo español que hasta el bien lo hace mal. El desembarco chino que sufrimos no está aportando absolutamente nada que lo merezca, pero conseguirá perpetuar instituciones y formas de la pobreza que cualquier pueblo con responsabilidad combatiría sin concesiones. El desembarco chino por exigencias de la deuda soberana ha secuestrado parte de nuestra soberanía: en primer lugar, por ser el pueblo español uno que ejerce nula presión moral sobre quienes dentro de él vienen a vivir, y, en segundo, por la incompetencia de los dirigentes políticos, por su temor a que la ley brille y se cumpla -¡cómo se puede tener tanto miedo a la ley!
Muy a mi pesar, debo manifestar mi comprensión por una vez con los gestores del Ayuntamiento de Madrid y su duda acerca de la idoneidad de expedir la "segunda licencia". No basta con pagar impuestos si no se respeta ni se cumple la ley, ni se tiene la menor intención de vivir de una manera más digna en un país que ha tardado siglos en proporcionar las condiciones de posibilidad de la misma, si bien ha fracasado en su realización. Si los chinos traen sus formas de humillación y nosotros les ofrecemos la complicidad de ignorarlas, estaremos mostrando al mundo la raza miserable que siempre hemos sido. Y ya está bien de tanto buen rollo, coño; aquí hacen falta más civilización y más cultura.


Yvs Jacob

jueves, 8 de diciembre de 2011

¡Quedarse en vuestro barrio, coño!

Los vecinos del distrito de Centro en Madrid ya no podemos acoger más curiosos y viandantes en esta parte de la ciudad, y no nos cabe tampoco ni un delincuente. El acoso que sufrimos por parte del resto del mundo, espoleado por los ideólogos y dirigentes de la sociedad de consumo, por los fanáticos de la productividad y el asolamiento, está limitando aún más nuestras ya básicas libertades, nos priva de nuestra esencial intimidad hasta la mutilación de lo humano, y solicitamos a quienes tengan la intención de asomarse por el corazón de la capital que se queden en su barrio, en su municipio, en su país..., y no molesten más, coño, que hemos colgado el sold out.
Aquel placentero orinar en las calles para volver a beber y orinar... esnifar cocaína sobre el capó de los coches... abandonar los escombros de las obras domésticas en las esquinas, o el inverosímil acomodo de cuanto sobra en las casas abarrotadas por la obscena vulgaridad sobre la vía pública... volcar los contenedores, hurgar entre las bolsas de la basura, examinar los residuos ajenos en busca de algún tesoro orgánico o tecnológico, un resto, cualquiera que sea, con el que comerciar o contagiarse una enfermedad que mataría a un ser humano, pero refuerza la salud del madrileño, -natural o "naturado"-, hasta la inmortalidad... llevar al perro a mear a la puerta de algún vecino, o ponerlo a cagar en los lugares que el Ayuntamiento destina para sus excrementos, la misma entrada al portal de todos los demás... bajar la ventana del utilitario para atormertar a quien haya recibido el don del gusto aristocrático con el lamento monótono de la economía neuronal... todo esto ha terminado, todo lo hemos perdido con la llegada de la larga pre-Navidad. Porque hay gente por todas partes y a todas horas, gente desesperada con la esperanza de encontrar paz, amor y bienestar en los almacenes de la fealdad que han hecho de Madrid la misma y patética ciudad, con las mismas tristes y patéticas calles de todas las demás ciudades tristes, patéticas y feas que en el mundo occidental existen, tiranizada cada una de ellas bajo el imperio de la baratija planificada, del muerto de hambre desalmado y de la inagotable insatisfacción. Madrid es capital...
Esta sociedad apocalíptica que se invade a sí misma, sociedad ocupada con esmero en su propia destrucción, no puede ser contenida en ningún espacio humano, y ni siquiera una ciudad que la ridiculez ha convertido en una tienda continua, en un único bar, como Madrid, consigue alojarla dentro de su buche repleto de miseria. La masa se desparrama, desborda los límites físicos con su vacuidad e inunda la ciudad los días y las noches como si fuese su última hora, la masa inconsolable... -y hay quien incluso afirma pasarlo bien...
Pero así no se puede vivir, o no todos. ¡Tanta presión demográfica sobre nuestra intimidad podría hacer de nosotros buenos ciudadanos!, y no estamos dispuestos a tolerarlo.
La rica fertilidad que tanta mierda da a nuestras vidas no la encontramos en la civilización centroeuropea. Sin la animalidad española, se pierden las mieles de la existencia, y nada merece la pena. ¡Ah, la sucia vida española...! ¡Qué pueblo, qué raza!


Fullero para Basuragurú

martes, 6 de diciembre de 2011

Insultar a Iñaki

Hubo un tiempo en que los españoles no sabíamos muy bien en qué consistía la libertad de expresión; teníamos demasiadas dudas, no se conocía exactamente la legislación al respecto, o mejor, como sucede siempre en España, se ignoraba que alguna legislación pudiese regular nada, pero se pensaba que lo correcto era ir con cuidado, y no tanto por temor al castigo de la sociedad como a la hostia que pudiese darte el afectado. Una vez liberalizado el sector audiovisual, los españoles comprendimos que para ejercer ese derecho había que ser cocainómano y trabajar en televisión a partir de las 10 de la noche en Telecinco, que fueron no mucho después las 9, las 8, las 7..., hasta hoy, cuando hay cocainómanos insultando a los demás a cualquier hora y en casi todas las cadenas. Sin embargo, aquella restricción, la etapa todavía inmadura que dominaba el cocainómano nocturno, fue superada por las lecciones de periodismo de Federico Jiménez Losantos, quien bajo la figura de impunidad legal conocida como "el calentón radiofónico" vino a mostrar que la libertad de expresión era una suerte de desparpajo por el que no existía ningún ser humano en la tierra -ni en la historia- que pudiese librarse de un severo castigo en el hígado, un castigo real para unos males en su mayoría ficticios. Los orígenes de Internet en España aclararon que el "chat" era también un medio de la locuacidad: cualquiera que no tuviese nada que hacer, y ni imaginación tuviese, podía entrar en uno y arrasarlo -o masturbarse. Y fueron apareciendo sucesivamente los llamados "foros", donde quien más quien menos ya se iba cagando en la puta madre de los demás. Pero la gozosa salud de la libertad de expresión en España no sería tal sin la TDT, complemento de Internet que ha permitido a una raza como la española, tan rica en vida interior, publicar lo que durante tanto tiempo permaneció retenido: el insulto al adversario ideológico y político en vivo y en directo tomando una copita de vino.
En este contexto sociocultural avanzado, tuvo Iñaki Gabilondo la idea de abrir un videoblog -Iñaki, yo prefiero escribirlo junto-, en cuyas reflexiones diarias aporta el periodista "una mirada propia llena de serenidad y sentido común". (No voy a discutir eso ahora). Se entiende que este videoblog es el espacio virtual, que no ficcional, abierto por Iñaki para su reflexión, uno más, entre muchos, para hacer uso de la libertad de expresión sin calentón. Pero este espacio ha sido inmediatamente colonizado por los enemigos de la libertad, a quienes molesta, no lo que se dice, sino que alguien lo diga, pues el enemigo de la libertad ni come ni deja. Así, hay quienes por iniciativa propia o por encargo asumen el cometido de asaetear a Iñaki a todas horas, dedicándole las lindezas más garcilasianas de la Red, y si alguien osase manifestar una opinión contraria a los enemigos de la libertad, es increpado, se lo acusa de todo lo imaginable, y siempre con faltas de ortografía y muy mala prosa. Pero se me ocurre que tal vez haya acertado Iñaki con la iniciativa, aunque parezca lo contrario. Ha conseguido con pedagogía lo que la derecha sólo consigue con violencia, a saber, mantener entretenidos con las palabras a quienes antes se entretenía con los cacahuetes y las piruletas. Si al final va a tener la izquierda razón, ¡pues no parece que una sociedad puede llegar a ser educada!


María Malamenti para Basuragurú

sábado, 3 de diciembre de 2011

Los votantes de la derecha, a favor de los recortes... si los hace la derecha

Y no es una observación tan tonta como parece, aunque sí trata de los españoles tontos. El Gobierno en funciones, a cuyos miembros se ha señalado con el dedo como los creadores de la presente y de todas las crisis que sufra España, las pasadas y las que tienen que venir, es también el "gobierno de los recortes", arma arrojadiza con la que la derecha ha sabido llenar de terror el corazoncito de funcionarios, pensionistas y fumadores. Es cierto que en las pasadas elecciones legislativas el PP no aumentó el número de votantes -la cifra de tontos, por fortuna, se mantiene, al menos, estable-, sino que perdió algunos miles, pero no había nadie en frente, sólo muchos partidos para elegir democráticamente, y el PSOE, tras defraudar a los españoles, estaba condenado al fracaso. Un Gobierno, el de Rodríguez Zapatero, compuesto de inútiles y personas moralmente enfermas, y así no hay manera de provocar ningún trasvase de votantes desde la derecha, porque el votante de la derecha en España es un ser humano exquisito -perspicaz, con una sólida formación en todos los campos del conocimiento, sin prejuicios, patriota, ecologista, buen cristiano...-, y no podría dar el salto hacia lo podrido, si no le fuese presentado como algo muchísimo mejor. Es muy difícil engañar a un votante de la derecha española. Si un gobierno de izquierdas ve necesario afrontar cualesquiera "recortes", el votante de la derecha verá brotar de repente sus derechos, de los que no hace ningún uso en situaciones normales ni consiente a los demás; el votante de la derecha sentirá la amenaza neurótica de que se le priva de libertad, y por ahí no está dispuesto a pasar -¡"no" a los rojos! Un gobierno de izquierdas que "recorta"... ¡malo, malo...! Por el contrario, los recortes de la derecha son necesarios, no afectan a ningún derecho, y tan estimulantes que solucionan tanto los problemas de la economía como los de la moral -¡y qué bonita es la vida frugal... para los pobres! ¡Gracias, oh, derecha, por ocuparte tan bien de nosotros!
Hay en el fondo de todo esto un problema de razonamiento, que otra cosa no es: podría no llamar la atención si no fuera porque se da en los mismos individuos sobre los mismos "recortes". En tales condiciones, se trata una vez más de un problema genuinamente español. La psiquiatría llamaría a este mal "irracionalismo", pero eso supondría que, en efecto, las cabezas tienen algo que va mal, que no funciona. Yo prefiero el más burdo término "alcornoquismo" -úsase cuando en la cabeza no hay nada.
Existe la tentación de justificar los recortes de la derecha por la mala gestión de la izquierda anterior o un nivel superior jerárquico. Si, como dice el adagio de la Espe, "lo público es mal gestor", cuando gestionado por la izquierda, peor todavía. Esta fórmula propia del alcornoquismo podría funcionar en aquellos casos en que el gobierno de la nación fuese del mismo signo que el de los gobiernos regionales -ya se sabe, el socialismo es incompetente aquí y allí-, pero nunca con gobiernos regionales de distinto signo y muy larga duración -Madrid, Comunitat Valenciana, Región de Murcia, Castilla y León, La Rioja... Estos casos probarían más bien que la derecha gestiona mal, lo que nunca ha sido un misterio, dado su pervertido orden de prioridades sociales -cinco coches para llevar a Ana Botella a la peluquería son más socialmente necesarios que un profesor de apoyo. Pero que un gestor de lo público -a muchos les gusta llamarse "políticos"- afirme sin sonrojo que "lo público es mal gestor" sólo cabe estudiarlo dentro del mencionado alcornoquismo.
Ya he dicho que el número de alcornoques se mantiene estable, si bien se percibe una ligera, ligera, ligerísima tendencia a disminuir. Es sabido también que no ha aportado España a la teoría política más que el meritorio término "liberalismo" -¡a partir de un insospechado "liberal"!- y a Josemari "el políglota". Pero la sociedad española podría superarse si el alcornoquismo no cede y empiezan a convocarse las que llamaré "manifestaciones a más", esto es: si un gobierno de derechas rebaja el salario de los funcionarios un 3%, nosotros saldremos a la calle para que sea un 15%, ¡y con obispos y todo!


Tocomocho para Basuragurú

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Problema con restos peleones de tiranuelo muerto (Solucionado)

Pues tiene el cuerpo humano de un adulto 206 huesos (fuente, Wikipedia); si se suman las piezas dentarias, que se mantienen bastante bien durante cuarenta años rascándose uno la huevada, más algún sable y una montura de gafas, ya se tiene un buen montón de reliquias para una rifa profana.
Qué jaleo se está armando con los restos del dictador, que no lo dejan descansar tranquilo. Se desvivió ese hombre por salvar a España de los rojos, y ahora se lo quiere recoger a golpes de escoba. Ya lo sabía el tiranuelo: la democracia no es buena para España, lo que aquí se necesita es un régimen autoritario como Dios manda. Y mandó Dios un pequeñín con ínfulas de aristócrata, un modelo poco evolucionado pero de larga duración; y Él lo trajo y así se lo llevó, porque no hubo manera de destronarlo.
Ya en democracia, los restos del tiranuelo siguieron siendo admirados en el santuario que se había hecho construir por unos trabajadores bien pagados, con su salario, con la observancia de la más exigente legislación sobre la seguridad e higiene en el trabajo, con sus dietas y su posterior pensión, que fue consolidada por el gobierno del PP (1996-2004) para sus viudas. Como el santuario fue tan ejemplarmente construido, a los demócratas españoles no les importó que se recogiesen allí los restos de quien había mandado en España por el bien de los españoles -y luego hay quien dice que el buenismo es de izquierdas... Pero llegó al gobierno de la nación un resentido secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, antiamericano y guerracivilista, que nada más tomar posesión de su cargo como primer ministro del Reino mandó retirar las tropas de un país ocupado por USA y destruido por el mundo entero -arrogante insolidario-, y no tardó mucho en tocar los cojones, en abrir las heridas bien cerradas en 1939, cuando triunfó la razón y ganaron los buenos, quienes vinieron en llamarse "españoles de bien". Este sádico extendió la idea revisionista de que la "transición española" fue una estafa lograda sobre un abuso de la paciencia de la izquierda, en vez de un ejemplo de fraternidad, lo que desató la furia entre hermanos que mucho se querían -el pueblo español-, que pronto se vieron de nuevo enfrentados por el capricho de un adolescente. Y en eso estaban los españoles, hasta que la última crisis mundial se llevó por delante a esos rencorosos descendientes de rojos -¡lo malos que son y qué mal perder que tienen!
Que si se quedan, que si no; que si debe decidir la familia, que si son patrimonio de todos los españoles... Nada me hará creer que la rifa de los restos no es la mejor solución. Me consta que hay españoles que matarían por tener un huesecillo de Franco junto al descodificador TDT y un gato de la suerte adquirido en un comercio oriental. Bien gestionada por Rouco Varela y el Ayuntamiento de Madrid -billetes de metro especiales, menús para peregrinos a fondo perdido, libertad para abandonar residuos en espacios públicos y privados...-, la rifa de las reliquias ¡nos llena todos los bares de la capital! ¡Y el Estado se forra!


Yvs Jacob

martes, 29 de noviembre de 2011

Insisto: que sea Carme Chacón

Personalmente, que Carme Chacón sea catalana me importa tanto como si duerme con antifaz. No niego que es un valor desde una perspectiva igual que es, desde otra, no sólo un mal, sino hasta un pecado original. No tardaría mucho "la caverna" en manipular a sus huestes hambrientas de supersticiones, y haría falta mucha voluntad para proteger a la Carme de quienes la quisiesen fundir -que se rompe España, que es una candidata trampa, que ha humillado al Ejército, que es zapaterista y, por qué no decirlo, mujer, y una cosa es mandar en casa (una Comunidad Autónoma, por ejemplo) y tener la lengua como un estropajo (la Espe), y otra bien diferente ocuparse de los asuntos de los españoles cuando se ha nacido catalán... barbaridades todas sólo al alcance de las inteligencias menores. Por lo demás, un antifaz.
No obstante, viene la Carme del Partit dels Socialistes de Catalunya que ha dado buenas tardes en los ruedos, muy en particular aquel giro hacia sí mismos, "porque somos de Catalunya", en un mundo que ya no está para metafísicas eidéticas.
Campechanote siempre ha sido José Bono, y tanto que ha impuesto la prueba del algodón con su "viva España" -sólo le faltó imponer también la jura del cargo con obispo toledano. En principio, yo no me opongo, siempre que se piense en España según aquello que decía Elias Canetti, el pueblo como el gran grupo que padece de manera conjunta la misma suerte, el pueblo como las gentes. Es lo único emocionante. Que los españoles tienen que aprender a cuidarse es una gran verdad, pero no se caiga en la simpleza de igualar Lugo con Cái.
Hay quien sólo quiere ver en Pérez Rubalcaba al candidato que perdió las elecciones legislativas de 2011; cabe también el riesgo de que el mismo Pérez Rubalcaba termine viéndose así. Sólo en este caso se explicaría su empeño, todavía no manifiesto, de liderar al PSOE en la oposición. Alfredo Pérez Rubalcaba siempre será el ministro del Interior que derrotó a ETA, una historia todavía viva del socialismo, aunque debe empezar a asumir el lugar que le corresponde. Aquí hay que dejarse ya de periodisteo y poner la máquina a trabajar: los candidatos se hacen.
A cocer vamos poniendo a Carme Chacón, que se bata en las aguas del Congreso en las peores condiciones posibles, con mayoría absoluta del partido de los fumadores; que se bata con un programa orgulloso, práctico, pero de izquierdas, y que sepa despertar en los españoles de toda condición el entusiasmo republicano mínimo como para superar con la moral todo lo que falla siempre en España con la ley. No es poco, desde luego.
Quedan cuatro años para recuperar el gobierno de la nación; no es demasiado tiempo, pero tiempo sí es, y no vale conducir un ratito uno hasta la próxima gasolinera, donde ya me pongo al volante yo. Hay que salir desde ya ¡y to' p'alante!
¡Yo apuesto a la chica!


Yvs Jacob

domingo, 27 de noviembre de 2011

¡Sorayita vuelve al trabajo! (Así toma el pelo el PP a esos españoles tontos)

"Mariano Rajoy encarga a Soraya Sáenz de Santamaría el traspaso de poder".
Se están produciendo en España cambios a cuál más extraordinario, y quienes sospechábamos del pueblo tonto, vemos redobladas nuestras sospechas: un pueblo tonto gobernado por lobos. Por ejemplo, se ha pasado del desprecio a la clase política en España a la navideña adoración de nuevos becerros de oro a los que el carisma les sale hasta por las orejas. De repente, Mariano Rajoy, con más escaños, pero con menos votos que Josemari, se convierte en el gran líder, el hombre a quien las cámaras retratan trabajando en su despacho, nuevo modelo para el español medio del político talentoso y esmerado, que ya nada tiene que ver con ese otro tipo, que también era retratado en las actitudes de Rajoy, el zángano que hacía viajes en helicóptero y fumaba puros en las hamacas de los viñetistas. Si hubiese algún Goethe entre nosotros, de seguro que Faust tendría una continuación con Rajoy, el nuevo hombre de acción. Y luego Sorayita, de la que sólo se conocían reprimendas en el Congreso a dos veteranas de los tablaos que nunca estuvieron dispuestas a perder el tiempo con la cuidadora de patio de un colegio de monjitas, las vicepresidentas María Teresa Fernández de la Vega y Elena Salgado. Se convierte Sorayita, también de repente, en modelo, más de mujer que de político, una mujer capaz de renunciar a lo más íntimo y valioso, su maternidad, por el bien de España. ¡Ahí es na'! -parece que la derecha española ya tiene por fin su Pasionaria (más lozana, mejor alimentada). Pero una vez más la realidad se escinde, y unos y otros nos situamos a cada lado, y es obvio que lo mismo, lo mismo... no se ve.
Dígase que eso de traspasar el poder es demasiado abstracto como para concretarlo en una tarea. Y surgen algunas preguntas: ¿cuánto se tarda?, ¿se encarga uno de eso igual que se encarga de preparar los macarrones?, ¿es necesario que sean muchos los que intervengan, o basta uno solo?, ¿uno solo podría hacerse cargo de todo, como cuando Pérez Rubalcaba puso en contacto al fundamentalismo islámico con ETA, preparó los atentados del 11-M, se dejó una furgoneta olvidada en Alcalá de Henares y metió después en la cárcel a unos pobres inocentes?, ¿y cuántas horas al día hacen falta para culminar el traspaso?, ¿media jornada o jornada completa?, ¿puede empezar uno, marcharse a casa a las 12 y regresar después de comer? A mí me abruman estas preguntas y muchas más.
También hay respuestas. Ciertamente, el traspaso de poder es una tarea minuciosa, pero España no se hundirá si todavía reprime sus ansias y su desesperación por el poder Sorayita -si ya ha ganado el partido de los fumadores...- y atiende, como Dios manda, a la obligación impuesta por la maternidad. Ciertamente, las reuniones entre dirigentes de diferentes partidos para abordar el traspaso de poder no se celebran a las 8 de la mañana, no duran tampoco una jornada de trabajo ni suponen un encierro sindicalista oliendo a infantería. Ciertamente, los votantes tontos de la derecha creerán el mensaje que envía el PP con Sorayita, "ya llegamos nosotros, que no somos como ellos", pero a los demás no nos impresiona lo más mínimo, sobre todo cuando ha gastado el PP casi cuatro años haciendo todo lo posible para que se estrellase el Gobierno, sin importar nunca que se llevase por delante a un buen número de desempleados. Ciertamente, los votantes tontos del PP habrán mordido el anzuelo, "ya llegamos nosotros, que estos otros no sirven para nada", pero los demás sólo percibimos una vez más el intento de tomarnos el pelo y se queda en eso, intento. Ciertamente, el PP da un golpe con Sorayita a eso que unos llamamos derechos y que otros empiezan a condenar como abuso y atraco de los pobres que quieren vivir como si tuviesen dinero. Ciertamente, el PP quiere mostrar a los españoles tontos que la situación es tan complicada que requiere de todos los mayores sacrificios y esfuerzos, y si Sorayita es capaz de dar a España su atención prioritaria once días después del parto, ¡qué no podrán hacer los españoles si siguen su ejemplo! Pero ya hay que ser tonto para dejarse engañar por el lobo cuando se le ven las orejas a un kilómetro de distancia. Para mostrar preocupación por España ya ha tenido el PP bastante tiempo -y también Sorayita para arreglarse el pelo, que uno la ve y se queda con la triste impresión de que el solemne traspaso de poder es algo más vulgar que pasarse el libro de cuentas un vecino a otro en una escalera, las batas con pelotillas y los rulos en la cabeza.


Yvs Jacob


P. S.: Truco para conseguir un café expreso bien cremoso. Una vez el café en la tacita, añadir la leche caliente en un fino chorrito y sin prisa.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Mariano Rajoy cierra por fin la quiniela de la próxima jornada

Una agotadora semana para el líder conservador, futuro primer ministro del Reino de España y terror de los "mercados", Mariano Rajoy. Y así es. El "terror de los mercados", apenas sacudirse el polvo de la victoria electoral, informó a su vasta grey que se iba a poner a trabajar, incluso especificó que iniciaría esa actividad "mañana por la mañana". Como nunca se ha sabido en qué trabajaba Rajoy hasta "mañana por la mañana", que sólo se lo veía de un lado para otro, y hablando como en el siglo XIX, le sugirieron al gran líder que cayesen por su despacho los chicos de la prensa, por esa capacidad de mediación que tienen siempre los que comercian con la información, pues si se traslada a la sociedad una imagen cabal de quien está al frente, seguro que todos los demás se animan y lo imitan. Esto ya lo decía Aristóteles, que nos hacemos buenos imitando a quienes saben serlo y lo son, una de las leccioncillas que pueden aprenderse todavía en el presente curso en Educación para la ciudadanía, asignatura condenada a desaparecer y ser sustituida por eso que lleva siempre el PP donde llega: la nada.
Cómo nos hemos reído quienes sabemos reír al ver esas imágenes patéticas de Rajoy en su despacho. Nos lo presentaban los reporteros gráficos con un bolígrafo en la mano, haciendo algo así como que trabaja, aunque sólo pasaba unas hojas y anotaba aquí y allí unas palabrillas, y queriendo dar a entender que no es una tarea fácil la que le ocupa -basta mirar su cara, observar su concentración, ¡ese hombre podría tener una quiniela de quince!
Llevo días preguntándome quién habrá tenido más valor, si los directores de los diarios que colocaron estas imágenes de pura pornografía en sus portadas o el candidato vencedor, quien, seguramente, nublado ya por el éxito, no encontró el menor reparo en que la parte de la ciudadanía perdedora, esos detestables rojos obsesionados con problemas pequeños, advirtiese que había tenido razón, y viera al nuevo gran líder, el "terror de los mercados", como lo que parece ser, un gran bluff. Los directores de los diarios ridículos de la derecha española llevaban en portada un ejercicio más de pueril periodismo, género ficcional que llena cada mañana los quioscos con folletines protagonizados por furgonetas mal aparcadas en Alcalá de Henares y ministros gallegos que patrullan las gasolineras con una baraja en la mano. Por más que lo intento, no doy crédito a tanto atrevimiento: Mariano Rajoy ya trabaja en sacar a España de la crisis, y van y nos ponen una fotografía. Si al final tendrán razón quienes han defendido que en España hay demasiada gente con estudios universitarios, que se regalan los títulos ¡y nadie sabe de na'!


Fullero para Basuragurú

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Que sea Carme Chacón

Hace ya casi diez años se convirtieron en objeto de deliciosa chanza para los humoristas unas declaraciones de Rodrigo (de) Rato, más o menos en estas palabras: "365 días puede parecer mucho o poco, pero 365 días son 365 días". Quizá no fue por esto que Rodrigo (de) Rato llegó a la dirección del FMI, o tal vez sí. Tras la derrota del PSOE por el partido de los fumadores, pues parece obvio que, finalizada la campaña electoral de varios años, y ganada La Moncloa por los gandules, el PP ya no será el partido de los trabajadores ni de los pensionistas, al menos no hasta que se inicie otra nueva campaña desde la oposición, tras esa derrota, pues, yo sí diré que cuatro años es mucho tiempo, sin temor a una fractura en mi inteligencia. Es mucho tiempo porque ha vencido la nada, y quienes vivimos en Comunidades Autónomas gobernadas desde hace décadas por el PP sabemos perfectamente que el único cambio que pueden traer sus dirigentes será siempre uno hacia lo peor. Madrid es un claro ejemplo: se ha entrado de lleno a desmontar el sistema educativo y todavía no ha tomado conciencia la mayoría de los ciudadanos de la gravedad de los hechos. En consecuencia, el PP ha obtenido más votos que en anteriores convocatorias, y todo esto resulta desconcertante para la masa fiel de votantes del PSOE y para los ideólogos y estrategas del partido. Parece claro que aquello a lo que aspiraba Cayo Lara -darle un bocado a los votantes del PP, no a los del PSOE- está lejos de conseguirse, la principal razón, la fuerza manipuladora del pensamiento mítico-supersticioso de la derecha española, frente al excesivo buenismo de la izquierda. Es un error esperar a que el pueblo comprenda -está demasiado distraído, es ignorante y simplón, vota a la corriente, por mucho que se vayan reforzando dentro de él sus núcleos críticos.
Cuatro años es mucho tiempo para quien espera. Ya antes de que la crisis mundial golpeara con fuerza a España, y de que se abriese el "debate por la sucesión" de Rodríguez Zapatero, manifestó Pérez Rubalcaba que se sentía un poco cansado, quizá porque había manejado con mayor éxito que nadie antes la lucha antiterrorista, y la derrota de ETA no iba a tardar en confirmarse, una obra que entregaba a su autor la posibilidad de una jubilación jubilosa después de una extensa carrera política. Este mérito indiscutible de Pérez Rubalcaba alcanzará su debido reconocimiento cuando la historia se escriba con honestidad, no en la TDT. No obstante, por el carácter siempre educativo de la izquierda, es inviable presentar al "ministro del Interior que acabó con ETA" como líder de la oposición hasta las elecciones legislativas de 2015, sobre todo cuando ya se renunció a presentarlo como candidato a la presidencia del gobierno bajo ese título durante la campaña. El electorado de izquierdas no vive en la obsesión que sí es propia del PP y de sus votantes fanatizados respecto de un triunfo semejante. La izquierda entiende que es una victoria de la sociedad en su conjunto y ya pasa a ocupar su mente en otros asuntos -la desregulación financiera y el dinero ficticio son los grandes problemas-, mientras que regodearse en el rencor es propio del sectarismo de derechas español. Pérez Rubalcaba ha sido el mejor cartucho gastado por el PSOE tal vez en toda su historia. Es cierto que la autoinmolación del presidente Rodríguez Zapatero no consiguió aglutinar al electorado de izquierdas en torno a un solo partido mayoritario, y si la estrategia de la izquierda debe ser repensada, esta tarea no puede corresponder ya al más veterano dentro del socialismo en el Gobierno saliente. La travesía que ahora comienza no puede dirigirla alguien que ponga como empeño para la victoria su honor, alguien dispuesto a que la historia le conceda una tercera oportunidad -González, Aznar, Rajoy...-, sino otra persona lo bastante joven como para afrontar cuatro años en la oposición como una necesaria experiencia en su vida política, y que defina a la perfección un programa más agresivo de izquierdas que sea capaz de realizar una reforma moral y cultural de la sociedad española.
Se mire por donde se mire, no hay otra opción que Carme Chacón. Algunos analistas han demostrado que no son tan agudos como se tenían. Si Chacón no ha superado a CiU en Catalunya es algo que, por el momento, juega a su favor: el Partit dels Socialistes de Catalunya no se impondrá hasta que no supere su obsesión por la identidad -cayeron en la trampa de CiU, menearon el árbol y otros se han llevado las manzanas.
La estrategia del PSOE pasa, por supuesto, por asumir que las elecciones de 2015 están ya ganadas, por advertir al PP un día tras otro que la crisis lo arrollará, que su triunfo no ha sido real, y que el periodo de Rajoy quedará como el más nefasto de la historia reciente de España.
¡Yo ya me he apuntado al equipo de Carme!


Tocomocho para Basuragurú

lunes, 21 de noviembre de 2011

¡Los gandules vuelven a La Moncloa! (Algunas observaciones sobre el discurso fanático de Mariano Rajoy tras la victoria electoral del PP)

Quieren hacer burla los palmeros de la derecha española de una actitud que ellos juzgan propia de la izquierda, a saber, el carácter religioso de su ideología, manifiesto especialmente en la voluntad de solidaridad republicana, frente a la caridad, que pone en la decisión de cada uno si son más importantes las personas que los gatitos persas. Esta solidaridad, así llamada, caridad, es la que impera en USA, por ejemplo: usted es partidario de salvar a los delfines y yo me encargo de que no se cierre Guantánamo. Este modelo tan evolucionado, al que los palmeros de la derecha española restan religiosidad, sí recibe la inyección de una buena dosis de individualismo protestante, pero no creo que triunfe en España, la muy católica España, porque una gran diferencia entre España y el resto de los países donde se libra una lucha liberal abierta por la existencia se reconoce fácilmente en lo beneficioso que es para una nación culta el egoísmo, y el retroceso antropológico que empezarán a sufrir los españoles si nadie arbitra en su vicio de darse por el culo unos a otros.
Pero pensando en las religiones buenas y en las malas, en las que son y en las que no son, siempre vienen a mí las imágenes de la calle de Génova tras cualesquiera elecciones que se celebren en España. Aquella gente allí reunida agita banderas del PP y la bandera del Reino de España, y grita algo así como "yo soy español", y cuando lo grita, también bota, y grita después contra el aborto, quizá porque no puede ser español quien aborta, y contra los socialistas, quienes, con total seguridad, españoles no son. Pero es que no hay religión sin mitología, y fue aquí donde se soltó Mariano Rajoy cuando dijo aquello que Josemari le había escuchado a George W. Bush, "somos una gran nación", fue aquí donde se dieron los mayores botes, algo así como recibida una hostia -sagrada- cada uno de aquellos españoles -ya se sabe, agítese antes de usar...
El mito de la gran nación es el patrimonio del PP, su tesoro, pero los demás sólo vemos un montón de mierda, despertamos del "mito del Descubrimiento" en una edad todavía escolar. Una gran nación, vino a decir Mariano Rajoy, se ocupa de cosas grandes, y un gobierno de una gran nación no atiende a nimiedades. Tengo yo algunos libros en casa, pero nada he encontrado en ellos que me ilustre acerca de las competencias de una gran nación. Pero parece que Mariano Rajoy tiene claro que ocuparse de los ancianos y de las personas con discapacidad, mediante una ley, es una pequeñez de mierda; como lo es procurar una tumba decente a un fusilado en una cuneta -¡total, ya está muerto, enterrado y le han salido florecillas, y menudos ecologistas somos aquí!-; es también una mierda, propia de gobierno pequeño, que la igualdad se cumpla, y lo será, no me equivoco, que los jóvenes con un trabajo precario reciban una ayuda del Estado para emanciparse. ¡Menuda mierda es todo esto! ¡Las casas se compran!
La vida es muy difícil, y si a uno le ayudan mucho, se vuelve comodón. Por eso no hay nada mejor que estímulos directos, propios de un gran gobierno de una gran nación. Aquí, ni prestación por desempleo ni jubilación ni pollas: planes privados de pensiones. ¿Que le pagan 1000€? ¡Pues no se queje, hombre! ¿Que no puede usted pagar la universidad para su hijo? ¡Pues claro, hombre...! ¡Quién les mandará, si no son ustedes de la clase preferente! Pero su hijo podría ser muy buen mecánico... ¡El alquilar se va a acabar! Las nuevas generaciones son más longevas: ¡mire qué bonita es esta hipoteca a setenta años!
Si es que somos una gran nación, y cuando nos ponemos...


Yvs Jacob

Españoles, ¡qué habéis hecho!

Bien mirado, fuera de algunos poetas barrocos y unos pintores afrancesados, nunca ha dado España hombres de auténtico genio, ni, por supuesto, han sido nunca los españoles un derroche de pensamiento científico, sino más bien lo contrario, objetos de estudio, en todo caso, unos alcornoques con brazos y piernas. Treinta años de democracia no han enseñado nada a este pueblo bullanguero, que por no saber, ni elegir sabe, y donde cree aplicar el juicio y la razón no se encuentra sino timado, porque eso es lo que ha sucedido en las últimas elecciones, que diez millones de tontos le han dado el triunfo a un timo, y todos, tontos o no, timados vamos a ser. Para evitar la acusación de parcialidad, debo admitir que el tonto, prolijo habitante de las tierras españolas, se ha repartido con gusto entre varias formaciones políticas. Porque ya hay que ser tonto, hasta sumar doscientos mil, para votar a Equo en la actual situación económica, doscientos mil votos perdidos, naufragio de tanta ilusión. Casi un millón de tontos han dado cinco escaños a UPyD, que ya me explicará alguien qué harán Álvaro Pombo o Toni Cantó en el Congreso más que rascarse las pelotas, porque una mayoría absoluta del PP da para cuatro años recolocándose la huevada en la poltrona sin tomar ni siquiera conciencia de que se es representante de nada, que es, por cierto, la ideología de UPyD, una gran nada. Y todavía decía su líder, la cada día más agria Rosa Díez, que el bipartidismo ha sido derrotado; sí, junto con la sociedad al completo. Y qué puede decirse de IU, qué decir tras el discurso emocionado de Cayo Lara, que por un momento consiguió lo que todavía no es posible para la ciencia, retroceder en el tiempo un par de siglos, para alentar a la resistencia activa a la política neoliberal, como si pudiese su partido decir no a nada en el Congreso con la preocupación de alguien.
Comienzan unos tiempos salvajes, pues mientras el PSOE hubo de tomar decisiones arriesgadas e impopulares de carácter práctico y temporal, las que pronto empezarán a conocerse del PP son propias de una ideología que se niega a asumir el peso de la realidad -no se olvide que en España se percibe un generosísimo salario mínimo interprofesional de 641€ correspondientes a una jornada de ocho horas, que en España hay mucha economía sumergida y se pagan muy pocos impuestos, que en España no existe a partir de ahora la menor oposición.
Es probable que el próximo gobierno que forme el PP comience también a lanzar provocaciones incalculadas, bien porque gusta mucho a sus dirigentes el uso de la fuerza burra, bien porque desde la calle se recoja de manera apasionada su provocación. Es probable que el periodo de violencia que ahora se abre nos entregue también el resurgir del trabajador, esa figura renegada por todos desde que el teléfono móvil dejó de ser un artículo de lujo, y de los sindicatos, con su arma predilecta y más eficaz, la huelga general. Quién sabe; a lo mejor, después de todo, la cosa se pone interesante...


Yvs Jacob

domingo, 20 de noviembre de 2011

¡Todos a votar, coño!

Escribió Karl R. Popper que sólo existen dos formas de gobierno: tiranía y democracia. Se caracteriza la democracia por la posibilidad de deponer a los gobernantes de manera pacífica, lo que significa que en una democracia estrictamente formal, como la española, una democracia en la que, al menos, la forma sí se respeta, en la cual no se viola, pues, la reglamentación que observa la legitimidad de los procesos electorales, unas elecciones no se ganan ni se pierdan hasta que el recuento de votos no se ha cerrado. Es una obligación ciudadana acudir a las urnas, y quien se queda en casa es merecedor del mayor castigo que sus gobernantes, con sus pésimas decisiones, puedan darle.
Observaba también Popper que se dan dentro de la democracia tendencias antidemocráticas. En el siempre terrible y ridículo caso español, no pueden ser más obvias las tendencias antidemocráticas de la derecha política y del "Carajillo Party", manifiestas en sus declaraciones y actitudes, por todos los españoles de bien conocidas: votar a la izquierda es inmoral y contrario a la razón -y a Dios-; si gana la izquierda, hay que socavar la legitimidad de su victoria y convocar elecciones a la mayor brevedad posible; las leyes promulgadas y aprobadas por un Parlamento estatal pueden ser ignoradas por una demarcación administrativa que representa al Estado, pero que es gobernada por un partido de signo contrario... Todos estos males reales laten dentro de la democracia española porque hay partidos menos demócratas -lo prefiero a "democrático", lo que ningún partido es- que otros, hay partidos que sólo persiguen el amparo de la ley para burlar la ley, partidos que sólo entienden el gobierno como exhibición del poder, un gobierno y un poder vacíos, frente a quienes buscan satisfacer los intereses de todos los ciudadanos -¡gobernar para todos! No es difícil reconocer quién es quién y qué es qué en la democracia española.
Por último, advertía Popper de quienes buscan la felicidad para sus gobernados, peligrosísima tentación que conduce al autoritarismo, a la coacción mediante una fuerza que deviene provocación y agresividad institucional. La derecha española, inagotablemente analfabeta, aplaudió la preocupación del líder del partido mayoritario de la ideología conservadora respecto de la felicidad de los españoles, ¡menudo error! No tardó mucho una de sus portavoces afectada de inquietantes patologías en desafiar a las calles, una llamada inaudita a la conflictividad social y al caos.
Que cada cual busque ser feliz a su manera, pero líbrenos la razón de quienes buscan imponer a una sociedad su concepto de felicidad, la historia ya ha mostrado que siempre se acompaña tanta buena fe de trágicas consecuencias para creyentes y no creyentes.
Hasta el último voto no habrá un ganador... ¡todos a votar!


Yvs Jacob

sábado, 19 de noviembre de 2011

¡Un fin de semana de nervios! (¿Por qué son tan obtusos los conservadores españoles?)

Si en España la democracia estuviese, como a menudo se dice, "asentada", si los españoles la comprendiesen en profundidad y fuese la sociedad española una madura, nada habría más sano para su gobierno que la alternancia en su dirección, un partido diferente tras, quizá, dos legislaturas, que asumiese la responsabilidad de defender los intereses de todos los ciudadanos, dentro y fuera de la nación. En una época como la actual, donde el concepto general de socialdemocracia acoge tanto a los partidos mayoritarios de izquierdas y de derechas, una época en la cual todavía la derecha no ha desmontado el Estado social, y la izquierda liberal apuesta por el libre mercado como estrategia económica, al margen de los derechos sociales, núcleo fuerte del socialismo moderno, no existen diferencias determinantes. Esto significa que cualquiera de los partidos mayoritarios de izquierdas y de derechas podría gobernar y causar a sus gobernados males muy parecidos. Para un ciudadano sensato, basta con que uno de los partidos con posibilidades reales de gobierno manifieste su posición respecto de la igualdad, el feminismo, la ecología, la dependencia, la sanidad, la educación, el poder adquisitivo de los pensionistas... para entregar su voto. Éste es el problema de la obtusa derecha española: la igualdad es sólo un concepto; el feminismo es feminazismo; la ecología es un timo, un problema por el que no se deberían preocupar ni siquiera los nietos de Josemari; la dependencia es un lujo que un Estado no se puede permitir, ¡que pague quien quiera cuidar a sus mayores y parientes enfermos!, o que se mueran; para la sanidad y la educación, misma receta; y, en cuanto a los pensionistas, no se les puede dar mucho más de lo que reciben, pero si el partido que más ha aumentado su poder adquisitivo congela las pensiones máximas, entonces se pone en marcha el aparato de la demagogia para señalar al adversario como artífice de extraordinarios recortes sociales. Como se aprecia, la derecha española es obtusa y no tiene nada que ofrecer. Aun así, la derecha española se presenta a las elecciones como una opción seria, esto es, con posibilidades de gobierno, o lo que es igual, con posibilidades reales de que los ciudadanos, que nada pueden obtener de ella, les entreguen su voto.
En treinta años, la sociedad española ha sufrido un giro moral de lo más cómico: los españoles han pasado del progreso como dirección espiritual a la burla de todo progreso, que ya hay que ser burro. Analícese el caso particular de la ley anti-tabaco. Es mentira que muchos locales hubiesen llevado a cabo ninguna reforma para adaptar un corralillo a los no fumadores. Lo que se dio por entonces fue un ejemplo más de la actitud del español, analfabeto y golfo, ante la ley: que le den por el culo. Dijo Gaspar Llamazares, cuando se aprobó la segunda ley, la que defiende a los no fumadores, que la primera fue una apelación a la confianza en el ciudadano, pero que ésta había fracasado y hubo de pasarse a otra ley en sentido estricto: una ley en la sociedad, como insistía Thomas Hobbes, es un límite a la libertad, un límite necesario. Y son tan tontos los españoles que si un partido les ofrece un sistema público de salud financiado con los impuestos, y otro les ofrece la posibilidad de fumar en bares y restaurantes, se arrojan a las pezuñas del segundo. La verdad es que da lástima y mucho más que un partido se presente a las elecciones legislativas con una colilla como cebo -no será tampoco de extrañar que pesque un poco de mierda.
Un ejemplo entre muchos que no voy a tratar ahora.
La derecha obtusa y tergiversadora no tiene nada que ofrecer. Cabe recordar antes de cerrar la (jornada de) reflexión lo que sucedió con los atentados del 11-M. No sólo colaboró el pueblo español, por la acción de sus gobernantes, en la destrucción de un país, Irak, y en el asesinato de miles y miles de seres humanos, sino que la fantochada de esos gobernantes imberbes causó al pueblo español casi doscientas muertes, ¡menuda bravuconada! Después de la manipulación permanente de la lucha antiterrorista que tanto voto fanático ha recogido en sus redes para la obtusa derecha española, la famosa "negociación política con ETA" -es para morirse de la risa-, todavía hay quien pretende mofarse de la superioridad moral de la izquierda, cuya actitud respecto de los atentados del 11-M ha sido siempre ejemplar, ¿o acaso se le ha recordado un día tras otro, en sesiones del Congreso y del Senado, o en los medios de comunicación de izquierdas su magnífica hazaña a esa derecha zafia?
Si es que no hay color... ¡coño!


Yvs Jacob

viernes, 18 de noviembre de 2011

Lo más inteligente es votar a Pérez Rubalcaba (Carta a un indignado español)

Amigo indignado:
Está muy bien eso de ir de "manis" y gritar contra los políticos; eso de buscar el enfrentamiento con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, instrumentos de un régimen policial (?); eso de comprarle unas birras a un "latero" pakistaní al que en algún momento hay que atender en nuestro costoso servicio público de salud, servicio que a él le importa un carajo; está muy bien eso de buscar tabaco y alcohol en un comercio oriental abierto a altas horas de la madrugada, cuando debería estar cerrado, y cuando basta una mano que asoma por una rendija para realizar la transacción; está muy bien bramar contra los "mercados", ocupar edificios vacíos en nombre de la creatividad, del colectivismo para minorías antisistema, pero la realidad no se agota con unas porciones de pizza al taglio, la realidad es eso que continúa siempre adelante estés tú o no estés, o mejor, es lo que dicta la continuidad de los hechos que te afectan mientras tú reafirmas la disconformidad liándote un "petilla". Tú puedes patalear y revolcarte por los suelos, puedes negarte a aceptarla o masturbarte, nada de esto importa, la realidad no se detendrá, no espera por ti, indignado insignificante, y, en todo caso, te perjudicará.
La democracia no se ha revelado como el maravilloso sistema que resolvía todos los problemas de los hombres, quizá porque la democracia es otra cosa. Hay quien dice que no existe, que todas las democracias son burdas aproximaciones, meros simulacros de la democracia formal. No les falta razón a quienes así se manifiestan. Pero debe tomarse en consideración que un régimen democrático acoge dentro de sí mismo múltiples tendencias, entre las que no falta la tuya, la que persigue su destrucción para una posterior regeneración. Al margen de tu marginalidad discurre todavía una corriente aplastante, la política institucional, la democracia parlamentaria. Un Parlamento puede llenarse con 400 escaños o con 250, en cualquier caso habrá un grupo con más representación que otros, un Gobierno y una oposición. A ti no te interesa nada de esto, porque tú quieres seguir haciendo descargas gratis de contenidos en Internet, no pagar la matrícula universitaria, si fuera posible, no pagar impuestos, un trabajo de pocas horas y mucho dinero para gastar, y hasta podrías ser partidario de que volviese a fumarse en los bares con total libertad. En el mundo de los hombres, todo eso se expresa en una ley, y es por ello que se celebran las elecciones legislativas, para decidir qué se puede hacer y qué no, para poner un límite a las libertades, que no otra cosa es una ley. Es un fastidio la ley, porque tú piensas que sería mucho mejor hacer siempre lo que a uno le saliese de los cojones. No olvides, sin embargo, que el mundo de los hombres es el mundo de la ley, el mundo de la mutua desconfianza, y no olvides que la ley es más necesaria cuanto menos moral es un pueblo. Es el español un pueblo donde abundan los tarugos, un pueblo de leños, y si confundes tu rebeldía con la irresponsabilidad vas a permitir que quienes menos entienden la sociedad democrática se alcen con su gobierno. Tenemos que impedirlo, y, aparte del voto, no existe otro medio que no sea violento para luchar contra la política que tú persigues destruir. El domingo hay que elegir entre algo que es malo, en su estado actual, y algo que es siempre mucho peor, que no conoce ninguna posibilidad de cambio, el PP. No podemos permitirnos que unos provocadores gandules dicten la ley, no podemos permitir que quienes sólo buscan legitimidad para su sinrazón triunfen sobre una sociedad libre estimulada por el afán de progreso. IU, UPyD, Equo... ¿qué posibilidades tendrían estos partidos frente a una bancada inflada por el sectarismo más soberbio? Los cambios que quieres hacer desde fuera sólo podrán hacerse desde dentro; ¿vas a dejar que pasen otros cuatro años? Lo más inteligente es votar a Pérez Rubalcaba -en la situación actual, no existe ninguna otra opción.


Yvs Jacob

jueves, 17 de noviembre de 2011

Un tal Santiago González escribe un libro sobre el mito obsesivo de la "caverna", el zapaterismo

Otro pobre diablo que ya ha sacado el número y ha pedido la vez para decir que está por aquí, que también él arrimó el hombro al ariete, y a ver si gana el PP las elecciones y se tercia una pedrea.
Yo me descojonaba anoche viendo el programa de Sánchez Dragó. Lo que está sucediendo con Telemadrid no tiene ya nombre, no puede ni siquiera juzgarse "propaganda", "lavado de cerebro", "insulto a la inteligencia" ni nada por el estilo, y, a riesgo de caer en el misticismo filológico, parece más bien que no existen palabras para tanta obscenidad. "Este es un programa de literatura", decía Sánchez Dragó a un tal Santiago González que cayó por allí. Pues nadie se había dado cuenta, porque los invitados suelen a acudir para combatir ese terrible mal que es la sociedad progresista. Claro, ¡si es que éramos tan felices con Franco! Sobre todo si estabas en el lado de los buenos y formabas parte, por escasez de méritos o por familia, de un sistema de administración pública corrupto y dirigido por analfabetos. ¡Y qué felices fuimos después, ya en 1996, cuando Josemari nos hizo ricos!
El tal Santiago González parecía persona leída, pero, ya lo decían los viejos gramáticos, el problema del hombre es que razona -o juzga- mal. Se puede leer mucho y se puede comer mucha lasagna. En un caso, quizá se le quede a uno algo en la cabezota, pero puede suceder como en el segundo, que una masa de queso se agarre a las paredes del estómago y no haya manera de expulsarla durante días. Yo me inclino por lo segundo, esto es, que al tal Santiago González se le haya agarrado el queso a las paredes del cráneo.
Aparte de los lectores de Ana Samboal, supongo que nadie en su sano juicio comprará las agudísimas observaciones del tal Santiago González sobre lo que ha venido en llamarse "zapaterismo". De las muchas burradas que pudieron decirse en el programa de anoche, yo rescato dos. En primer lugar, estaban allí sentados dos progres que renegaban de haberlo sido. Yo comprendo esta posición: mola muchísimo más ser un hijo de puta. Estos dos exprogres se burlaban ahora del progresismo, satisfechos de haberlo abandonado -al parecer, gracias a unas lecturas de Adam Smith, que les había ilustrado sobre el concepto de la vida como lucha, por encima del estancador colectivismo, se entiende. Colmo del disparate fue asimilar la izquierda moderna con la Cuba comunista, y hasta se habló de lo mucho que se parecía el aspecto de "el Che" al de Jesuscristo, siempre con el fin de afirmar que la izquierda se comporta como una religión. Llamo la atención sobre el asunto porque se supone que quienes afirmaban esto anoche son los que pertenecen al mundo sano, los de las cabezas preclaras. Vamos, que me tiraba por los suelos -es aquello de la paja en el ojo ajeno y la peonza en el propio culo.
Otro aspecto no menos descacharrante fue la deslegitimación de los resultados de las dos últimas elecciones generales legislativas, las que perdió consecutivamente Mariano Rajoy. Decía el tal Santiago González que la gente había votado a Rodríguez Zapatero "creyendo que hacía algo grande", sin caer en la cuenta de que era un tonto sin ideas que ha conducido a los españoles al mayor de los desastres. Por supuesto, esto no tenía nada que ver con el pataleo del perdedor, sino con una derrota de la moral: los progres de mierda se creen siempre superiores, pero no lo son en absoluto, son unos fascistas encubiertos. Hoy por fin ha pedido el diario El Mundo el voto para el PP, si bien hace unos días se quejaba su director en un editorial de la página en blanco que es el programa de Mariano Rajoy. Insisto, se supone que estas son las personas de inteligencia superior, las que perciben mejor que los demás la realidad, las que muestran con su actitud crítica quién es el bueno y lo hace bien, y el malo malísimo que todo lo hace mal.
Creo que la "era TDT" está siendo letal para la inteligencia en España, por si no éramos ya una raza de alcornoques. Demasiada gente opinando aquí y allí, demasiada gente con el megáfono en la mano.
El día 20 hay que decidir entre meter los pies en un charco o el naufragio. Quiero decir todavía algo acerca del derrotismo en política. De la misma manera que el PP y los medios de la "caverna" han socavado la democracia española con sus obsesiones -teoría de la conspiración, lucha antiterrorista, la igualdad es sólo un concepto, las dos Españas...-, han sido socavados también los cimientos morales de la sociedad. Las agotadoras encuestas que se conocen cada media hora están cerca de conseguir que el resultado de las elecciones sea uno anticipado, pero este desastre todavía no ha tenido lugar, y es un tsunami que sí puede evitarse.
¡Paremos a la derecha rancia!


Yvs Jacob

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Jueguecitos de edición en el "Festival Eñe"

Pasó la tercera edición del Festival Eñe, que fue tan sosilla como las anteriores; apenas una o dos charlas con los autores entre lo más interesante -la permanente impostura intelectual de Andrés Trapiello y un, quizá, accidental Félix de Azúa, que no habló de nada en concreto. Por lo demás, sólo me cabe agradecer a los organizadores la subida a la azotea del Círculo de Bellas Artes sin abonar el ridículo euro de rigor y la vista de los tejados de Madrid -desde arriba, uno llega a olvidar toda la mierda que encuentra abajo. Es un ejercicio espiritual la contemplación de la ciudad desde la azotea, pero tal vez no lo más sobresaliente de esta institución cultural: el Círculo de Bellas Artes cuenta además con otro mérito destacado, a saber, la única cafetería de todo el mundo donde el café Illy sabe a rayos -¡exijo una pronta reparación!
Había por allí mucha gente muy guay, como suele ser la gente del libro. Como se anunciaba la presencia de Agustín Fernández Mallo, elegí de mi armario una camisa muy recia que tengo de militar, a la que llamo, no sé muy bien por qué, la "zamarrita", y me la puse, no por ir como un modernillo -en cuyo caso tendría que haberme pegado con imperdibles una menina a la espalda o una guitarra de Picasso-, sino por si acaso me lo encontraba en las escaleras y había hostias. Pero no llegamos a encontrarnos. Mucha gente de acá para allá, arriba y abajo en los ascensores, gente codeándose con esas celebridades a medias que son los escritores, y había también muchos editores, o técnicos de edición, que es más preciso y hiere menos. Agotadas las opciones de un programa agotado, parecía de lo más interesante echar un vistazo a la principal actividad sanguinaria del festival, el encuentro de no-autores con técnicos de la edición, que se hacían pasar por editores. Había por allí quienes opinaban "que era una actividad superguay" y "que estaba super de puta madre", que entiendo yo que puede tomase por una aceptación enfática del hecho. Los técnicos de la edición explicaban a una selecta cosecha de no-autores el proceso por el que un no-autor se convierte en autor, tras superar las duras pruebas impuestas por los técnicos de la edición. Los no-autores querían conocer esas pruebas y superarlas, y explicaban a los técnicos de la edición que tenían una obra que era la repolla de buena, y que su editorial se iba a forrar si la publicaba. Un autor (no-autor) explicando su obra... Yo suponía que el autor (no-autor) ya había escrito esa obra, ¿por qué tendría que explicarla? ¡Ni que estuviera por allí George Steiner!
Como sé que ya están recogiéndose ideas para la próxima edición, propongo al comité en cuestión pasar a la segunda etapa: del no-autor al autor, y ahora, la vida de un autor novel, que tendría que superar algunas novatadas por parte de sus compañeros de profesión. Un autor novel es el que se da entre una edición y la siguiente del Festival Eñe, es decir, se es novel durante un tiempo ñ, pero alcanza la mayoría de edad, no con otra obra -tal vez un tiempo ñ sólo sea fructífero para Alatristes y similares-, sino en el trato con sus colegas.
Ahí van algunas ideas para la próxima edición: autor novel precipitándose por las escaleras (actividad cronometrada); autor novel lamiéndole los zapatos a Rafael Reig (hands off!); autor novel contando el número de personas que caben en el ascensor -obsérvese que en lo que tarda uno en subir a la azotea Juan José Millás escribe tres cartas...
A mandar.


El Tunante Bogavante para Basuragurú