sábado, 24 de octubre de 2009

La última burrada de Esperanza Aguirre

Siempre presentes en mí aquellas palabras de Esperanza Aguirre con las que expresaba la fórmula del liberalismo atracador: 'lo público es mal gestor'. Doña Esperanza, a la que alguien pretende convencer de que es liberal, aunque ella no sabe realmente lo que es eso, anda con el culo en pompa deseosa por 'colocar' a uno de sus pájaros en Caja Madrid. Muchos ya estamos preparando el traslado de nuestros míseros ahorros, porque ya es bastante humillante la miseria, pero la idea de que el incompetente Ignacio González se procure un salario 'fuera de madre' mientras Caja Madrid cobra un euro mensual a aquellos clientes cuyo saldo mensual no supera los 1000€, me parece que colma la indecencia que mi alma indisciplinada está dispuesta a tolerar. La cosa me pone de muy mala hostia y tiene cojones, porque Ignacio González es Vicepresidente de la Comunidad de Madrid, luego gestor público, a nuestro pesar, y el dinero es el asunto más serio de todos: quienes tienen mucho quieren más, y quienes nada tienen, algo (de alguna manera, recuerda a la razón en Descartes).
El otro candidato es el altanero niño rico de siempre Rodrigo Rato. Tengo que decir que los madrileños abundan en estupidez, y que su voto ignorante y fanático es todo lo contrario a un voto democrático. Esta actitud madrileña de 'miedo a los rojos' ha conducido al ayuntamiento a la ruina definitiva, cuya audaz 'tasa de basuras' es otra tomadura de pelo: cobrar a los ciudadanos extraordinariamente por un servicio intrínsecamente público.
Supongo que la imagen de unas aves de rapiña planeando sobre un jugoso montón de carne se repetirá en la fantasía de quienes se detengan a contemplar la amenaza que Caja Madrid y los madrileños estamos sufriendo. Una vez más se confirma que al Partido Popular la crisis también le preocupa: cuanto peor, mejor.
Votante madrileño, votante gilipollas.


Yvs Jacob