martes, 22 de diciembre de 2009

Pues yo sigo siendo pobre

¡Ay, la suerte!
Ese Dios extraño que habla con Benedicto no me quiere bien... Repaso mi triste vida y constato que nunca he sido beneficiario de ningún premio... Es cierto que carezco de fuertes supersticiones, aunque no de algunas convicciones, y lo es también que participo poco en las bacanales de la suerte, de sus tentaciones, y que mi confianza en la espontaneidad parece contradecir mi esperanza en una graciosa solución de mi futuro mediante una compleja gestión cósmica...
Hace unas semanas encontré en la calle un billete de diez euros. Llegué a pisarlo, incluso; falso lo creí al principio, y un acertado vuelco que resultó de una audacia deportiva me presentó que era bastante verdadero en ambas caras...
Estuve bebiendo whisky toda la noche mientras leía la obra maestra de Erich Maria Remarque... Sus reflexiones sobre la muerte me pusieron de buen humor, pero en cuanto al antibelicismo, yo me declaro fanático de Slaughterhouse 5... Hay tan pocos escritores tan divertidos como Kurt Vonnegut...
Im Westen nichts Neues, no obstante, propone una ingeniosa y sencilla manera de resolver los conflictos entre países: un combate romano entre dirigentes... Quizá eso podría conseguir que mucha gente se interesase en la política, abierta la posibilidad de darle unas buenas hostias a algún mandatario mundial... Tampoco sería una mala iniciativa aplicada a las escalas menores de la política... ¡Yo me afiliaría de inmediato!
¡Ay, la suerte!


Yvs Jacob