lunes, 30 de abril de 2012

Mariano Rajoy, a Londres 2012

Por mucho y muy bueno que pueda hacer en adelante el Gobierno que preside Mariano Rajoy -Mariano el Breve, Mariano el Digodiego, Mariano el Cuatro Casas, Mariano el Notarías...-, por mucho que pudiera hacer... cuando llegue el final de la crisis, cuando llegue el final de la legislatura y el viento sople favorable como por milagro, por mucho que eso suceda, en los libros de historia no se le perdonará el registro con propiedad, el registro olímpico alcanzado en escasos cuatro meses de gestión: 5.639.500 españoles desempleados... ¡y subiendo...!, o bajando, según se mire, si es que en una crisis subir y bajar no significan lo mismo.
Muchos hemos pensado que semejante portento de la naturaleza no debería quedar desaprovechado, no al menos en el empeño de superarse con lo peor y rentabilizarlo, y creemos que habría de presentarse el primer ministro del Gobierno de España a competir en pruebas donde pudiera ser interpretado su talento, pruebas olímpicas a la altura de su egolatría, pues se recordará que Mariano el Digodiego consiguió engañar a un importante número de españoles, ¡millones!, esos imbéciles vacíos, que cuando viene el lobo, en lugar de buscar refugio, ya van poniendo al fuego una enorme perola y hasta se mutilan. Como se creía Mariano Rajoy que porque el lobo atemoriza a las ovejas españolas no hay lobo en el mundo que lo acobarde, vamos de muy mal en muy en peor, y para la lucha en la casquería por los despojos no parece que quede mucho, ¡esa hora llegará! -¡cuánto les cuesta a estos de la vil derecha española enterarse de qué va la historia!
Número de parados por minuto; puestos de trabajo destruidos por día; lanzamiento de sindicalista; patinazo ideológico-artístico; salto de periodista; carrera en marcha atrás y con los ojos cerrados hacia el mundo de las cavernas; al escondite inglés; duelo a muerte por causas absurdas y perdidas que nada afectan al honor de la nación; carrera suicida por la analfabetización de la sociedad; amontonamiento de pacientes en pasillo de hospital; consejos de dirección con presencia de Rodrigo (de) Rato... En todo esto, ¡vamos con Mariano por la medalla! E incluso podría ser el gran Mariano abanderado para la ocasión, y no le doblegará el peso de la bandera, habida cuenta de que la patria en España es ese lema que tanto repite la clase afortunada: que cada uno se conforme con lo que Dios le ha dado... (y no seáis maricones, ¡guarros!).
Y si haber elegido al registrador de la propiedad en Santa Pola como primer ministro ha sido el disparate nacional más notable en los últimos tiempos -insuperable será siempre aquel espectáculo que ofreció Josemari cuando habló amexicanizando para toditos ustedes-, qué decir de esa circunscripción rociera donde la estupidez campa desbocada, Madrid, ¿cómo puede elegir el populacho a una condesa consorte que de tan ignorante sólo puede ser ultra(liberal)...? Yo no sé qué habrá ganado la nobleza con ella, pero los analfabetos ya tienen su reina.
Qué pueblo, los españoles... Jamás se vio que tanto tonto se vendiese por la más absoluta nada. Lo llaman crisis pero es una guerra de los ricos contra los pobres, una guerra ilegítima pero legal, y tanto que se sanciona con una modificación de la Constitución, maravillosa capitulación -esta guerra la están perdiendo los tontos.
¿Y cómo fue aquello que nos dijo el periodismo de derechas cuando el PSOE ganó las elecciones en 2004? ¿No se nos dijo que había sido inmoral? 5.639.500 parados...


Yvs Jacob