jueves, 1 de octubre de 2009

Patetismo olímpico es sólo patetismo

Así lo digo: me alegraré si mañana los Juegos Olímpicos se van a tomar por el culo y nos libran a los madrileños de ser claque de chiringuito. No nos engañenos: el deporte es 'bonito', como todas las actividades humanas que se realizan con voluntad y esfuerzo, pero el 'deporte político' se encuentra entre lo más despreciable de lo que es capaz el hombre. El político desprecia al deportista con su apetito de medalla; el político corrompe la competición con sólo desearla, e incluso cuando se admita que podría sinceramente querer el beneficio para su ciudad, para cualquier administración que represente, la necesidad de su gestión deprime el valor del deporte, relegado a un papel secundario: el de los aplausos.
Por otra parte, el gasto que exige la seducción de unos individuos absurdamente aupados como jueces del destino económico de millones de personas -recuérdense las palabras de Alberto de Mónaco, ese eunuco escupido por una vida ociosa, mencionando el terrorismo en Madrid-, unos jueces de méritos desconocidos, pero a quienes hay que rogar y convencer con las mieles de la Epifanía; ese gasto es dinero perdido en mantener la esperanza de los ambiciosos, que se desviven por procurarnos nuevas dosis de opio, bienestar posible que se derrama, ¡y sabe el universo cuándo podrá ser otra vez recogido!
'No', di 'No a Madrid 2016'.
'Almansa 2020', ¡cojones!


Yvs Jacob