miércoles, 18 de mayo de 2011

Esperanza Aguirre alcanza a Francisco Camps en la carrera del gobernante más burro de España

En otra competición existente, son los valencianos quienes pujan fuerte porque en España se los reconozco como los ciudadanos más idiotas. La verdad es que han sacado ya una ventaja imposible de acortar, luego la victoria será, con seguridad, para ellos. Me perdonarán si no les felicito; los idiotas me dan pena, y no alegría.
Como siempre sucede, negar la realidad sirve de muy poco. Francisco Camps está podrido, se aprecia un día tras otro en su discurso, ha perdido, además del juicio, cualquier capacidad para el gobierno, y si éste ya era mediocre cuando la sociedad española desconocía el fango de la corrupción en Valencia, después de las elecciones, si es que consigue Camps una mayoría incluso más contundente, el daño para la salud democrática no habrá forma pacífica de subsanarlo.
Y por aquí aparece la Espe. Mira que la Espe nos está jodiendo bien. Es el misterio nacional por excelencia, que debería ser estudiado por especialistas del MIT: cómo un individuo tan ignorante como la Espe, sin ninguna virtud para el gobierno democrático, se alza con la presidencia de la principal división administrativa de un Estado. Yo creo que sólo por eso tendría que aparecer en las enciclopedias. El ascenso de la condesa consorte a una de las cimas de la gestión pública en España produce un escalofrío de muchos amperios cuando se piensa en la miseria de la política española y en su sociedad de analfabetos.
Tengo que decir que cualquier votante todavía indeciso que, tras escuchar a la Espe cargar sobre los hombros del socialismo español el desmán de Dominique Strauss-Kahn, haya resuelto dar su apoyo al Partido Popular sólo puede un gilipollas integral, al que no cabe tratar con respeto intelectual.
La situación que vive la sociedad española en insostenible, cierto, pero son los fanáticos votantes de la derecha, y toda la masa ingenua que vota sin conciencia, los que deben caer en la cuenta de que el Partido Popular necesita una medicina urgente; sus dirigentes no entienden la esencia de la democracia y están obsesionados por el poder, que no existe en democracia, sino el gobierno de lo público, y lo público, como la realidad, es compleja, se compone de múltiples discursos y partes reconocibles.
No podemos tolerar por más tiempo ni sus formas ni su locura: el Partido Popular no está preparado para las tareas de gobierno.
El 22 de mayo, haz, por primera vez en tu vida, algo bueno por tus compatriotas: vota a la izquierda democrática. Tristemente, quizá, no hay más cojones.


Yvs Jacob

Francisco Camps nos habla ahora del ginecólogo de su madre [Recuperado]

Así de mal está la cosa... pública.
Muchos tertulianos sensatos se preguntan estos días en los medios de comunicación qué secretos no guardará -de momento- Francisco Camps para, incluso en su estado de avanzado deterioro intelectual, imponer su voluntad a Mariano Rajoy -al parecer, presidente del Partido Popular-, sin que éste se atreva a contravenirla en lo más mínimo, ni sancione con el castigo los desordenes del tronchante cómico valenciano que oficia de gestor de lo público para (des)gracia de los españoles.
Puestos a los cotilleos -el ginecólogo de la madre de Camps se llama Paco Donat, y al parecer, puesto que cortó el cordón umbilical, Camps es un ser humano como otro cualquiera, ¡alucinante!-, yo tengo algunas preguntas para los dirigentes del Partido Popular, y pido colaboración ciudadana: quienes acudáis a los mítines de esta formación amiga del chascarrillo y de la confusión, por favor, elevad a sus participantes las siguientes cuestiones. Por ejemplo: ¿quién le hace el toldillo a María Dolores de Cospedal y por qué, si ya no tiene edad para ese peinado? ¿Se puede afirmar taxativamente que Ana Botella sale de la peluquería mejor que cuando entra? ¿Ha dicho Esteban González Pons alguna vez en su vida algo que no sea un disparate? Si san José María Aznar es un genio, ¿qué frotaron para que apareciese, una papelera?, ¿una lata de salchichas? Si un reloj marca las ocho, preguntada María Dolores de Cospedal por la hora, ¿qué probabilidades hay de que admita que, en efecto, son las ocho y no cualquier otra hora? A mí me interesan todas estas cuestiones -el ideario del Partido Popular me importa tanto como yo a sus dirigentes.
Quiero decir algo acerca de una corriente de opinión favorable al voto nulo. Una práctica tal es de todo punto ineficaz como "castigo a la clase política", y sólo beneficia al Partido Popular. De hecho, sería un éxito de su estrategia de destrucción de la vida pública -política- que quienes no conciben entregarle su voto no lo hagan tampoco a ningún otro partido, porque sólo con sus afiliados y con las familias correspondientes ya suma votantes suficientes para gobernar en todas partes, no en vano tiene más afiliados que cualquier otra agrupación europea, incluidos países con más población que España. Este dato, que ya mete más miedo en el cuerpo que encontrarse a Ana Botella en un semáforo mascando chicle, da buena cuenta de la concepción de la política entre los españoles, que miran con tan malos ojos a quien se afilia a un sindicato, pero no desconfían del Partido Popular, y no será porque sus portavoces no han declarado ya con fuerza e insistencia su desprecio y su insaciabilidad.


(Y mañana en Basuragurú: "Tras el éxito editorial de ¡Indignaos! y ¡Reacciona! llega ¡Tócate las pelotas!").


Yvs Jacob