jueves, 23 de febrero de 2012

El ministro Wert ya ejerce de ultra en el Congreso

Antes, cuando José Ignacio Wert participaba en Hoy por hoy, su voz era sólo desagradable, y como no existía la menor duda de la posición que adoptaría el ahora ministro de Educación en cada uno de los asuntos a tratar en el programa radiofónico, siempre cabía la posibilidad de apagar la radio y librarse de él -por si alguien está perdido: el Gobierno de Rodríguez Zapatero lo hacía todo mal o muy mal. Bien diferente es incendiar en y desde el Parlamento, lo que ha venido a (de)mostrar, una vez más, que hay mucha gente en política que estaría mucho mejor fuera de ella -desempleado, en la radio, a lo mejor-, que hay mucha gente que piensa que la política es cosa de aprobar unas oposiciones, y que hay mucha gente convencida de que si uno triunfa váyase a saber dónde, es que puede hacerlo también en todo lo demás. Yo no sé si José Ignacio Wert había imaginado alguna vez que sería ministro, pero desde luego que para ultra sí da la talla.
Ya vemos que el ministro Wert no ha comprendido cómo funciona una Cámara democrática, ni tiene la menor idea de lo que significa asumir una responsabilidad política, pero sí parece haber comprendido lo que espera la derecha de uno de los suyos: cuanto más bruto y más burro, mucho mejor -nunca habrá otro Herrero de Miñón, caballero. Y es lo que está pasando con el ministro Wert, que lo han fichado como ultra, como hooligan de derechas, y a ello se dedica. La escuela no le deja a uno indiferente. Ultras ha habido ya en el Congreso que han sentado las bases de la camorra parlamentaria -Álvarez-Cascos, Mayor Oreja...-, y si se atiende a lo que dice Cristóbal Montoro, incluso si no se lo entiende, se aprecia que al buen pirómano le sucede lo que, según Freud, a todo enfermo mental: "no me pasa nada, doctor". Y entre los muchos perfiles a elegir que caben en la exposición y réplica parlamentarias, al ahora ministro Wert le ha seducido la bronca, y parece sentirse bien a gusto en ese caldillo -y tanto se había empeñado la derecha opinácea en presentárnoslo como un hombre de conocimiento... ¡con currículum! Está claro que si algo va mal es porque el PSOE lo ha dejado todo hecho un desastre, y de las malas decisiones del Gobierno actual, y de sus peores consecuencias, también es culpable el PSOE, eso ya lo sabemos todos. Pero ¡hay que ver qué gran esfuerzo está haciendo el PP por traer a España la auténtica prosperidad!, esfuerzo que está obligando a sacar de sus dirigentes todo lo que no quieren ser ni mostrar: la mentira, el engaño, la crispación, el emponzoñamiento..., porque ellos no son así, ellos son buenos, muy buenos; ellos que son amantes de la corrección, de la verdad y de las buenas maneras, y malos son todos los demás.
Y hablando de buenas maneras, ¡pues no nos enteramos de que ahora han suplantado a la legislación! Armar tanto jaleo para ganar el poder legislativo y el ejecutivo, y ahora nos dice el ministro de Economía que se pedirá a la banca inmobiliaria un código, voluntario, de buenas maneras. Vamos, si esto se le llega a ocurrir, ¡ocurrir!, a Elena Salgado...


Yvs Jacob