domingo, 30 de enero de 2011

Guillermo Fernández Vara, o Cuidado con tus amigos

La actitud de Fernández Vara puede expresarse de esta manera: dos caminan por la calle y uno apesta a mierda, y el que no quiere ser confundido con su maloliente amigo, va señalando a todo el que se encuentra que no es él quien huele mal, sino el otro.
En comparación con la actitud o estrategia del Partido Popular, cuyos diferentes dirigentes, al ser preguntados por algún compañero que huele a mierda, siempre responderán que "son las ocho y cuarto", el modo como Fernández Vara emplea el paraguas no puede dejarme más perplejo. En lugar de abrirlo para cobijar a un compañero, continuamente marca a los periodistas la presa a seguir: "vayan por ahí, que ése es el que huele a mierda".
Quizá Fernández Vara se cree de la escuela de Juan Carlos Rodríguez Ibarra -premio Piquito Lindo-, que decía lo que le venía en gana, o sin gana -que le venía sin más-, claro, porque había sido profesor de Francés, que al menos a mí me resulta muy difícil de imaginar cómo sonará esa lengua de los poetas al ser alterada, esencialmente alterada. Ahora bien, Rodríguez Ibarra practicaba el exabrupto como figura permanente, aunque tenía el mérito de no perjudicar al PSOE y de ganarse la simpatía de la izquierda más pura y moderada del socialismo -la que yo llamaría "del sentido común", sin izquierda ni derecha en realidad. Pero Fernández Vara dice algo y sienta mal en el ámbito del socialismo; suena siempre inoportuno, es imprudente e inadecuado; no suma, sino resta, y mucho, y uno se pregunta por qué no se habrá callado.
Sucede así en relación con la sucesión de Rodríguez Zapatero. Para empezar, "sucesión" es un término impropio para una organización democrática que interviene en democracia, por mucho que en ocasiones se hayan producido sucesiones en el PSOE. Desde las primarias madrileñas, se ha redescubierto la democracia en los partidos políticos -apetece que haya primarias para todo-, y la ciudadanía ha visto con buenos ojos la lucha a muerte entre los candidatos hambrientos de poder de representación -por si alguien duda todavía de que la política no es a veces más que otra forma de vida, con su salario, su jubilación y todo.
En mi autorizadísima opinión, Rodríguez Zapatero, aunque no debe presentarse a un nuevo mandato, tampoco debe resolver el secreto ni antes ni muy temprano después de las elecciones autonómicas. Nada haría más daño al PSOE que ofrecer a su líder como pelele ante la creciente jauría de caza, que diría Elias Canetti, que comanda el Partido Popular. Esto es, cuanto menos se hable de la "sucesión", Fernández Vara, mejor. Y además, existen las mascarillas.


Yvs Jacob