domingo, 8 de mayo de 2011

¡No votéis al Partido Popular, hostias! Contra el triunfo del canallismo (III)

Qué buena oportunidad se presenta a los españoles para desalojar al Partido Popular de aquellas instituciones en las que algunos de sus dirigentes han echado raíces, instituciones a las cuales quieren acceder otros, como en el caso de María Dolores de Cospedal, para lograr el zarpazo de un nuevo sobresueldo. Nunca se abordará en detalle este asunto, pero ha sido la democracia lo que ha permitido a María Dolores de Cospedal hacerse millonaria -¡en euros!- sin caer, al menos no se sabe, en la ilegalidad, y cuando digo democracia me refiero estrictamente a la forma, esto es, el nefasto parlamentarismo o sistema de partidos español. ¿Cómo es que somos tan gilipollas todos los demás? O mejor: ¿qué clase de democracia es ésta?
Es una oportunidad magnífica para que la ciudadanía española acceda a la mayoría de edad y renuncie al infantilismo donde encuentra la protección de un sistema político que la exime de su responsabilidad. Oportunidades así ya las quisieran otros pueblos tan analfabetos como el español, pueblos en los albores de la democracia, como el español, no obstante su pretendida madurez democrática.
Si los españoles fuesen auténticos demócratas, tiempo hace que hubiesen marcado un límite infranqueable al Partido Popular, que los trata como basura, que los domina como a niños a quienes se aterroriza con cuentos fantásticos.
Escuchar las declaraciones hechas esta mañana por ese modelo de ignorancia, la Espe, me redescubre la condena que sufrimos los españoles en un sistema deteriorado, donde los aventureros más incompetentes consiguen el voto de mayorías compuestas por borregos, fanáticos y malas personas, a su vez, fanáticas y borregas. Sé que resulta en un comentario agresivo, pero tal y como se juega la política en España, un votante de la Espe sólo puede ser un ignorante o un idiota; un voto que llega sin convicción a un candidato que carece de ella, y que se aferra a la representatividad ciudadana por haberla convertido en su modo de vida.
Todavía no está todo perdido. Una victoria de la izquierda no tardará en mostrar a la sociedad el modo como la globalización de la economía perjudica más a los pueblos que no tienen cultura, por mucho que ahora puedan repartirse los españoles un museo por cada tres personas. La sociedad española debe iniciar la senda de los valores republicanos, de la educación que dirija todas y cada una de sus actividades para el bien y el bienestar del conjunto, y señalará así al Partido Popular las reglas de un mundo de hombres.
El día 22 de mayo, no te quedes en casa, da tu voto a la izquierda democrática, y grita a los asaltadores, a los aventureros, a los atracadores, a los timadores, a los carroñeros y a los alcornoques ¡No!


Yvs Jacob