sábado, 27 de noviembre de 2010

¡Va por ti, "tripartit"!

Todavía no se ha consumado la desgracia -o tal vez sí-, y ya siento añoranza del tripartit. Pena me da "de ver" a la izquierda catalana desaparecer por el agujero del retrete, y me pregunto a esta hora de incertidumbre qué habrá sucedido para que la ciudadanía abandone a unos partidos que representan intereses mayoritarios, pues la esencia burguesa de CiU apenas contaría con asientos en la Cámara catalana si no recibiese el voto de eso que algunos llaman "clase media" y que no es más que proletariado con capacidad para pagar sus hipotecas.
Las dos legislaturas que ha disfrutado el socialismo catalán para brindar a la democracia la posibilidad de realizarse, pues el gobierno continuado de una misma formación -PNV, CiU, pero también PSOE y PP (véase Andalucía, Comunitat Valenciana...)- es una enfermedad política, enfermedad social, las quiere convertir la burguesía decimonónica, anacrónica, en un pasaje accidental que nunca debió haberse transitado. Porque, para CiU, los catalanes deben gestionar las cosas de Catalunya, y eso excluye al socialismo, tan unido a un Leviatán imaginario, España.
La noche pasada, Artur Mas cerró la campaña apelando a un mundo catalán donde triunfasen la justicia y la libertad. Una vez más, sentí el dolor que produce en el alma la estupidez ajena. Porque son proclamas del pasado. Entendería que en la España franquista se dedicasen todos los esfuerzos de resistencia al triunfo de la justicia y de la libertad, pero en la España democrática -y todavía espiritualmente deficitaria-, cuando Catalunya disfruta de más autogobierno que cualquier otra nación de las que pujan dentro de cualquier Estado europeo, esas palabras equivalen a un insulto a la inteligencia, que no beneficia en nada al votante "de allí" a los ojos de lo que el derecho político llama "cuerpo político", que incluye a los ciudadanos-votantes de todo el Estado, y sobre los que habrá de recaer la sentencia de lo que debe o no suceder en Catalunya, por mucho que los líderes del infantil secesionismo hablen de autodeterminación.
CiU debe saber que la vía iniciada sin violencia hacia la separación del resto de España no podrá avanzar mucho más hasta que por fin la violencia venga. Y la violencia, cuando no se manifiesta como violación de la prohibición expresada por un semáforo, no merece la pena -antes habría que ejecutar a todos cuantos, en un bando y en otro, condujesen al pueblo estúpido e idólatra de lo imaginario al desastre. Luego es palabrería vana seguir cultivando la imagen franquista de España cuando España hace tiempo que enterró a su Franco.
Y ha sido error del tripartit jugar con el fuego de la tribu, porque, por definición, nacionalismo es oposición, y no se es un poco nacionalista en la dialéctica de lo relativo, ya que los conceptos viven en tanto que se distinguen unos de otros -ser un poco español y un poco francés significa no entender ni sentir una cosa ni la otra.
El PSC pretendió ser sólo un poco nacionalista, llegar sólo allí donde el nacionalismo permanece solidario con lo extranjero inventado. Y no puede haber mayor ingenuidad que un sentimiento al que se le ata en un extremo una cuerda como a una morcilla.
La tensión catalanista va a entrar en una nueva onda de máxima intensidad. Quién sabe si viviremos la época definitiva...


Yvs Jacob