lunes, 25 de octubre de 2010

El académico Pérez-Reverte despotrica en Twitter

Es un todoterreno en el amplio ámbito de la literatura. Estos días hemos podido disfrutar del último subgénero cultivado por Pérez-Reverte, el "arreón a ex-ministro", una forma de crítica política, "opinión" que dicen algunos, que se caracteriza por la fina ironía, un logro de sutilidad sólo apto para plumas de excelencia -cierto que no se entiende cómo semejante don puja por manifestarse en el académico. La víctima de esta espada de verbo ha sido Miguel Ángel Moratinos, y hay mucho de absurdo en el asunto. Entiendo por "absurdo" algo parecido a lo que expresaba Albert Camus cuando enfrentaba veinte hombres armados con ametralladoras a otro que se defendiera con una navaja. El modo como el académico ha cargado contra el ex-ministro es de todo punto absurdo si se consideran la especificidad de su cargo y la afabilidad de su carácter. Es difícil pedir a un ministro de Asuntos Exteriores que haga algo más fuera del marco de sus competencias aeroportuarias. Pero, incluso si el académico pretendía advertir que la conciencia -que es coherencia, o adecuación del pensamiento con la acción- debería haber convencido a un miembro de un gobierno del PSOE de que la complicidad -o compromiso- con el Presidente había alcanzado ya un grado de lo inadmisible en el contexto de la crisis económica que atraviesa el país, existe otro vocabulario, mucho más sereno, que tal vez Pérez-Reverte conocería si leyese un poco en lugar de vomitar sobre el teclado de su ordenador.
Por otra parte, basta con ver la cara de Miguel Ángel Moratinos para trazar una delimitación en la interpretación de los rostros -a este respecto recomiendo al académico una obrita de Julio Caro Baroja, Historia de la fisionomía, por si de nuevo comienza a leer y nos priva así de futuros "best-seller" y de su careto en los kioscos. La conclusión es contundente: no se puede comparar a Moratinos con Francisco Álvarez-Cascos. No digo que lo haya hecho el académico, sólo me refiero a que esos rostros informan de diferencias absolutas. El vocabulario pérez-revertiano, no sé si de mercenario o de independiente pasado de vanidad y ya perdido en el laberinto de la locura, es más adecuado a un rostro como el de Álvarez-Cascos, mientras que la mesura sienta mejor para acusar a Moratinos de lo que sea que el académico pretende, y que no hemos entendido muy bien, tal vez porque los grandes genios de la literatura son a menudo crípticos, ¡qué coño, poetas!
Todo esto me produce una gran tristeza. Desde que José María Aznar introdujo en la política española lo hiperbólico, todo exceso es poco en los opinadores que asolan nuestra cultura, y algunos de ellos, los más cortos de inteligencia, creen que critica mejor quien insulta más, y que sólo quien insulta de manera explícita ejerce su libertad de expresión.


Yvs Jacob

El insoportable mundo del Partido Tontular

Cuando el Partido Tontular gobierna, no pasa nada, todo pasa cuando gobierna el PSOE.
Si un atentado asesina a 192 personas, sólo un miserable diría que es una consecuencia de una pésima decisión tomada por José María Aznar respecto de la guerra de Irak, porque todo el mundo sabe que el atentado se debía a la participación española en la destrucción de Afganistán, iniciada en el último gobierno de Felipe González.
Para el Partido Tontular, un inmigrante en situación ilegal no existe -¡no tiene papeles!-, por mucho que pueda ser comprado por un salario tercermundista o interno en un piso del barrio de Salamanca. No obstante, cuando los inmigrantes son regularizados se convierten en un problema, lo que es obvio.
Cuando un dirigente del Partido Tontular dice o hace alguna asnada, se trata en realidad de una táctica de la oposición para desgastarlo, pero cualquier juicio moral acerca del asno es inadmisible.
Inadmisibles son también las sospechas de incompetencia que puedan despertar los dirigentes o gobernantes del Partido Tontular: nunca yerran, sus errores son construcciones de la prensa dogmática de la izquierda.
Cuando el Partido Tontular parece implicado en un caso de financiación ilegal y de gestión más que dudosa de recursos públicos, sucede en realidad que ha sido víctima de un abuso de confianza por parte de delincuentes organizados que se han servido de argucias para sacar provecho de la bondad "de los hombres y mujeres" tontulares.
Cuando otro partido negocia con ETA, se mancilla el honor de las víctimas, pero cuando negocia el Partido Tontular se busca una solución para un problema complejo.
Los dirigentes y gobernantes del Partido Tontular son responsables de todas sus acciones, siempre que sean acertadas y buenas.
El fracaso escolar, el fracaso cultural en general, nada tiene que ver con el Partido Tontular, que sólo gestiona recursos, sino que es culpa del Gobierno de la nación -el Partido Tontular obra casi milagros con lo poco que recibe en cualesquiera instituciones que dirige.
Si hay casi 2 millones de viviendas que no encuentran comprador en España la culpa es de los ciudadanos que se resisten al concepto liberal de riesgo, y no las compran porque no les sale de los cojones, porque construidas ya están.
El desempleo es un mal endémico español debido a la pereza mediterránea.
Con Franco no había paro, pero el Partido Tontular sólo es franquista de vez en cuando.
Las protestas contra las leyes que liberan a los hombres de la superstición religiosa y que arrojan a la calle a miles de personas en estado febril-místico con arzobispos a la cabeza de manifestaciones nada tienen que ver con el Partido Tontular. Si alguno de sus dirigentes o gobernantes fuese advertido en ellas, debe saberse que sólo acude como cristiano, pero la política queda al margen.
La vida es así de dura: quien vive con un salario mínimo interprofesional de 633€ mensuales puede perfectamente sobrevivir con 400€, y quien se apaña con esa cantidad puede perfectamente recibir 100€ menos.
El Estado no existe para buscar trabajo a los ciudadanos, luego tampoco debería pagar prestaciones de desempleo ni pensiones.
Si el mercado de trabajo no puede acoger toda la demanda de empleo, hay que joderse si te toca. Si no tienes alternativas para una vida digna, que te den por el culo.
La gestión privada supera en todo a la pública: si además de soportar el pago de una hipoteca y de los gastos asociados a un automóvil no pagas una sanidad privada y una guardería con un salario de 1000€, no puedes ser más que un traidor hijo de puta.
Otro hijo de la gran puta es el sindicalista, cuyo deseo es arruinar el país.
En fin... ¡Así no podemos seguir, María Teresa!


Yvs Jacob