jueves, 14 de junio de 2012

Algún día alguien tendrá que explicar... (Notas para una historia contemporánea de España).

Cómo una vivienda nueva en el extrarradio de Madrid costaba -¿valía?- 800.000 pesetas en 1973 y se vendía por 35 millones de pesetas en 1991...
Cómo era posible que antes una familia humilde pudiese pagar su vivienda en quince años y ahora no la puede pagar nunca...
Cómo es posible que el propietario de una vivienda de 30 metros cuadrados en una finca sin calefacción central ni agua caliente ni ascensor pida por su alquiler 700 € en el centro de Madrid...
Cómo un país con un problema endógeno y estructural histórico de desempleo tiene un 12 % de población inmigrante...
Cómo un pueblo históricamente tan pobre y sin valores puede asumir un 12 % de población inmigrante...
Cómo se permitió que la equivalencia entre la vieja moneda de 100 pesetas y la nueva de 1 € incrementara el beneficio en todo tipo de transacciones a favor de quienes fijan los precios de los productos...
Cómo una barra de pan de mierda, pan barnizado, producto no artesano, sino industrial, cuesta 60 céntimos de euro...
Cómo se llevó a cabo la reconversión del sector de la industria pesada que ha dado en la sustitución del trabajo de antaño por la nada...
Cómo ha desaparecido el trabajador español, el obrero, el hombre de la fábrica, y ha sido desplazado por el omnipresente camarero...
Por qué se vio con tan buenos ojos la entrada en el llamado entonces Mercado Común, la adjudicación a España de la condición de "huerta de Europa", y se vota en el Parlamento Europeo a favor de la comercialización en la UE de productos similares procedentes de Marruecos e Israel...
Por qué hay en cada calle de Madrid dos o más comercios de orientales que hacen la competencia salvaje y directa a los comerciantes nacionales sin que nadie medie en la defensa de lo nuestro...
Por qué se compra todo a China y no se busca el modo de recuperar el tejido industrial mínimo que habría de ocupar a la población española...
Por qué todos los trabajadores de las obras públicas, de las reformas, de las reparaciones e instalaciones de todo tipo, son de la Europa del Este o sudamericanos...
Por qué alrededor de un mercado tradicional madrileño con dos plantas y cuatro puestos de frutas y verduras en cada una de ellas se abren otras cinco tiendas que comercializan los mismos productos, pero regentadas por pakistaníes, con horario hasta la medianoche...
Por qué más de la mitad de los taxistas son sudamericanos...
Por qué se permitió que las cajas de ahorros empezasen a cobrar a sus usuarios por mantener en ellas su dinero...
Por qué se ha pasado de la falta de hospitales al número excesivo de ellos...
Por qué se ha empezado a ver a todos cuantos trabajan en los servicios básicos que presta un Estado, desde los burócratas hasta los bomberos, pasando por los profesionales de la sanidad y de la educación, como delincuentes...
Por qué en todas y cada una de las calles principales de medianas y grandes ciudades españolas existen todas y cada una de las mismas y horribles tiendas de todas y cada una de las repugnantes corporaciones textiles españolas y europeas...
Por qué el metro de Madrid es un paraíso para los ladrones, y la presidenta regional pone el grito en el cielo si alguien osa negar que 2 € es un precio justo, y no excesivo, para cualquier trayecto... con robo...
Por qué se contempla el deterioro del sistema de educación pública como un bien para la sociedad...
Cómo se tolera que un partido político, el PP, cuya financiación es en buena parte pública y en mucha mayor dudosa, descalifique continuamente a los sindicatos por no mantenerse con la aportación exclusiva de sus afiliados...
Por qué puede pasearse un rumano por las calles de Madrid empujando un carro de supermercado cargado de chatarra sin que nadie aprecie en el hecho la perpetuación de una forma de pobreza...
Por qué se puede ver a un rumano que extrae papel de los contenedores destinados por el Ayuntamiento para el reciclaje sin otra admiración que la de su ingenio, provisto de unas tenazas gigantes...


Y todavía tendrán que explicarse muchas cosas más...


Yvs Jacob


P. S.: A mí me gustaría creer que han sido sólo los políticos y los banqueros quienes han llevado el país al desastre, pero me basta con dar una pequeña vuelta por mi barrio, me basta con ver al chef filipino del restaurante italiano y a cualquier individuo de los que mean en mi calle para darme cuenta de que no, no han sido sólo ellos; aquí hay mucho, pero que mucho más...