martes, 29 de diciembre de 2009

¡Jájaja! Los terroristas salen de Holanda

Primero fue Dinamarca y ahora, Holanda. Occidente se derrumba, amigos míos, todo está condenado a la destrucción, y las democracias ejemplares de la gran Europa no podían quedar fuera del proceso de esta deliciosa consunción cósmica...
No habíamos conseguido entender cómo una activista de los derechos humanos podía entrar en España tras ser deportada por su país cuando un "quiero-ser" terrorista supera todos los controles de seguridad en Holanda y vuela hacia la tierra de la megalomanía con un artefacto defectuoso entre sus piernas... ¡Mundo maravilloso!
Holanda me gusta, no puedo negarlo; no comprendo por qué disfrutan tanto sus comerciantes con eso que se llama "dinero cash", en lugar de abandonarse al suave deslizamiento de la banda magnética de las tarjetas para recaudar los ahorrillos de los numerosos turistas... Hasta Bélgica les aventaja en generosidad... Sobre los abusados coffee shop y las prostitutas de expositor galáctico, reclamos de insuperable pobreza, sólo puedo decir que encuentro el espectáculo, no inmoral, sino bastante hortera, y puesto que soy un sensible urbanista, en mis viajes a Amsterdam apenas he recorrido el circuito de la desesperación, porque lo mío es caminar por la zona alta de los grandes canales, donde uno puede envidiar más silencioso la fortuna de la burguesía.
¡Oh! Pero nadie imaginaría que Holanda, el gran puerto europeo, podría relajarse en cuanto a los deseos del Gran Hermano americano, y que un agujero negro se abriría para poner a prueba el sentido heroico de los pasajeros de un vuelo transatlántico en el letargo navideño...
Como esto siga así, hasta Joan Laporta va a desear ser español. Me pregunto si habrá sitio para todos...


Yvs Jacob