martes, 11 de junio de 2013

¡Que le den por el culo al FROB!

Cómo nos toma el pelo el Gobierno de España...
Dejo aquí testimonio de un caso real libre de derechos para uso de comunicadores, creadores de opinión y otros demagogos.
Dos jóvenes de treinta y tantos años montan una empresa, se convierten en capital activo dueño de sí mismo, en autónomos, ¿o habría que decir "emprendedores"?, lo que con satisfacción de tabernero antes decíamos "empresarios". Capital dueño de sí mismo... o no tanto. Cuando se trabaja por cuenta propia (¡autónomo!) todo es más difícil: no existen el salario ni el horario, que son sustituidos por la fatiga y las deudas, un trabajador por cuenta propia no alcanza beneficios hasta años, digo años, después de haber puesto en marcha su actividad y siempre existen las dudas acerca del grado de profesionalidad en la ejecución de los trabajos. Por supuesto, es una opción de alto riesgo y hay que tomar decisiones definitivas: si no se aceptan todos los encargos que van saliendo al paso, la actividad mengua y la empresa desaparece (ya lo decía Marx...), si se aceptan, hay que contar con más trabajadores, pero ¿cómo repartir algo, que es poco, entre muchos necesarios? El problema en realidad consiste en lo siguiente: dos no pueden asumir todo el trabajo que les permitiría cubrir el capital arriesgado, pero si hay que repartir entre cinco, entonces todos no pueden cobrar. Y, efectivamente, los jóvenes emprendedores sacrifican su parte para cubrir los salarios reducidos de sus trabajadores. Y alguien se preguntará cómo puede suceder algo así. Pues bien, los jóvenes acuden a varias oficinas bancarias en busca de apoyo -¿financiación?-, su caso no es el más desfavorable, porque no es que no tengan trabajo, sino que cobran con mucha demora por los trabajos realizados, luego las entidades no habrían de asumir un gran riesgo. No obstante, ni siquiera así consiguen un préstamo. Menos mal que existe el Gobierno de España y su bendito FROB, o como dice el anuncio miserable con que nos toman el pelo, menos mal que entre todos hemos saneado el sector financiero. Pero ni por ahí consiguen nada nuestros amigos: por extraño que parezca, no cumplen los requisitos para beneficiarse de los apoyos en la financiación de su empresa. Agotadas las vías oficiales, sólo resta pedir dinero a sus familiares, de donde resulta que el padre de uno de ellos, pensionista, firma un préstamo para que su hijo pueda pagar a sus empleados, préstamo que se reeditará indefinidamente. Hablamos de 9.000 € de mierda, algo que ni siquiera en el PP se dignarían a meter en un sobre. ¿Es de verdad tan difícil que dos trabajadores por cuenta propia, que dedican su vida de 8 de la mañana a 10 de la noche, sin descanso de fin de semana, a no morirse hambre, que tienen la capacidad de repartir sus miserables no-beneficios con otros, puedan obtener un pequeño apoyo financiero para que no cese su actividad? ¡Pero qué cojones estamos haciendo en este país de mierda!
Preguntados los jóvenes emprendedores por la situación política del país, una respuesta común: que les den por el culo a todos, a la UE, al Gobierno de España y a la madre que los parió. Tras conocer esta y otras historias reales, me declaro rendido ante la siguiente conclusión: lo que no pudo la riqueza -aniquilar el Estado-, lo ha conseguido la pobreza mediante el envilecimiento de los ciudadanos. Yo siempre he hecho una pequeña campaña entre familiares y allegados en defensa del procedimiento democrático, convencerles de la necesidad, de la responsabilidad de acudir a la urnas, pero he sido derrotado, lo confieso, me he convertido en un soñador de cadalsos, y ya sólo creo en la justicia que se realiza con violencia, y no precisamente por cuenta ajena -tanto leer a Kant para caer en la cuenta de que la cosa era la mar de simplona...
No lo llamemos abstención, el Estado en todas sus formas se ha convertido en una realidad paralela sin el menor interés para los ciudadanos.
¡Premio para el liberal del bigote! ¡Oootro perriiito piloooto!


Yvs Jacob