lunes, 15 de noviembre de 2010

Esperancita de los sepelios

No hay hombre de bien que se lleve Dios que no acuda allí "la Espe" a hacerse una fotografía. Para completar la escena, "la Espe" suelta ante los medios alguna que otra obviedad -para las cuales es ella muy obvia. Como "la Espe" es persona institucionalísima, piensa que debe presentarse allí donde haya un burro volando. Pero le sucede a "la Espe" lo mismo que a los Parlamentos, a saber: que a veces representan demasiado, y habría que limitar tanto representar. Porque la ley sí consigue aquello en que yerra siempre la moral, y ya que "la Espe" no encuentra límites a su insana ambición, esto es, ya que la moral se le ha agarrado menos al alma que la cultura, habría que denominarla, por ley, "persona no grata en los sepelios", al menos en aquellos donde se despide a personas que han dedicado su vida a combatir los no-valores que "la Espe" representa, y cuya mejor exhibición es precisamente la desvergüenza de presentarse donde no pinta nada.
Concedo que Luis García Berlanga haya confundido a "la Espe", porque Berlanga se volvió un hombre mayor de los que escriben en ABC, y tal vez "la Espe" sintió la llamada para colaborar con los de su clase, superado el humorismo franquista, que tanto divirtió con las supersticiones españolas. No obstante, nada, pero absolutamente nada tenía que hacer "la Espe" en la sede de CCOO cuando falleció el histórico Marcelino Camacho, y menos aun cuando "la Espe" está ahogando a los sindicatos en Madrid, de los cuales tiene ya la ciudadanía una imagen criminal gracias al liberalismo vandálico del Partido Popular madrileño.
Yvs Jacob, que ya piensa en sus homenajes cuando Dios lo llame a poner orden en "las otras cosas", impedirá que acudan a ellos los cazavotos de la derecha española, y se reirá en la eternidad si a alguno que apareciese le acertaran en la cabeza como a una piñata.


Yvs Jacob