jueves, 26 de enero de 2012

Se populariza la expresión "tonto como un valenciano"

Creíamos que constituían los políticos nuestro problema, pero tras la absolución recibida por Francisco Camps de un jurado popular, no cabe sino admitir que el problema es la sociedad. A mí no me hubiera temblado el pulso, y no hubiese tampoco cedido ante el miedo o la amenaza; cuando se tiene en el banquillo a un gestor que deja en la ruina a toda una Comunidad Autónoma, cuando la ocasión de juzgar a un individuo por su incompetencia política se abre a los ciudadanos que han padecido sus presuntuosos desatinos, en tal situación, a mí no me hubiera hecho dudar nada, y hubiese enviado a este farsante sin titubeos al patíbulo, si todavía tal virguería de la justicia existiera. Y se pregunta la fumadora cizañera De Cospedal quién rehabilita ahora el honor de Ricardo Costa y Francisco Camps, pero la cuestión es, una vez más, otra bien diferente: ¿cómo podrá jamás recuperar la sociedad española el honor para sí misma, tras el espectáculo de teatrillo ambulante que está ofreciendo, no sólo el ambito de la justicia, sino el conjunto de la nación, incapaz de tomar posición a favor de la honestidad, el único partidismo necesario?
Un día y otro ofrecen los medios de comunicación imágenes de la destrucción social que ha hundido a la Comunitat Valenciana, y que lastra a España por el capricho de unos pésimos gestores más entregados al delirio playero adolescente que a otra cosa, un día y otro somos testigos los españoles de la esquilmación de cualquier esperanza de un progreso racional, y nada parece suficiente a nuestros compatriotas valencianos, esa raza patética y petardera, intoxicada hasta la estupidez irrevocable de floclore provinciano. ¿Pero acaso se ha consumido allí todo el sentido común como si fuese pólvora? ¿Y a quién cojones se le ha ocurrido emplear un jurado popular cuando el pueblo es todavía y profundamente analfabeto? ¡Si es que tanto arroz bomba ha causado estragos en sus mentes y hasta un retroceso antropológico! ¡Esa gente tiene el cerebro fragmentado y duro como el turrón!
Yo os maldigo, chiringuiteros, horteras, y deseo que sufráis las más terribles consecuencias por este espurio perdón que habéis concedido a quienes se han burlado y se burlarán de vosotros. 100 gr. de caviar... Yo os maldigo. ¡Hombres sin piedad, eso es lo que necesita la política española, un jurado de hombres sin piedad! ¡Pero cómo van a ser jueces de los hombres los tenderos y los taberneros que no conocen otro mundo que el de los diarios deportivos! ¿Y qué será lo próximo en este circo de la ley, una absolución a cara o cruz?
Asco de país cretinizado... 25 de enero, Día de la Vergüenza Nacional en la Comunitat Valenciana.


Yvs Jacob