miércoles, 20 de octubre de 2010

¡Bravo por Miguel Ángel Moratinos!

Esta mañana paseaba yo en bicicleta, pues, aunque soy liberal, desprecio el trabajo, y he respetado el semáforo de la calle de El Salvador situado antes de la plaza de la Provincia, donde se encuentra el Ministerio de Asuntos Exteriores -por cierto que en esta calle desemboca otra más divertida, calle de la Lechuga. No es habitual que un liberal como yo respete los semáforos cuando marcha en bicicleta, pero un grupo interminable de ancianos cruzaba el paso de cebra. He supuesto que los abueletes procedían de Catalunya, por su inconfundible acento, y digo "acento" porque hablaban en castellano -¡para creerlo! Mientras me regocijaba en la sorpresa, ha pasado a mi lado otro grupo más reducido, que no cruzaba, sino que bajaba la calle, y he descubierto que se trataba de la comitiva del ministro Moratinos, con el ilustre en medio. Sólo le acompañaba un guardaespaldas, o por lo menos sólo había en este grupo un individuo forzudo, con gafas de sol y cara de muy mala hostia. El ministro se ha sentido reconocido de inmediato y ha puesto esa cara de Moratinos que pone siempre. Después he escuchado en las noticias que se ha emocionado en el Congreso el día de su despedida. Me ha enternecido. Creo que se marcha un gran ministro, de los pocos que ha tenido España en democracia, y se merece todo mi respeto y mi aprobación. Siempre me ha parecido que Miguel Ángel Moratinos es el único español con una idea cabal de la España contemporánea, al menos el único entre lo que se llama "la clase política", tan delirante, y un ejemplar imposible de encontrar en la derecha con fantasías visigóticas. Creo que en los gestos de Moratinos se ha podido apreciar que es el nuestro un país muy limitado en cuanto al concurso internacional, quizá por ello el ministro de Exteriores debe esforzarse en ser diplomático, y no "perejilero". Ojalá su cordura abundase entre los aventureros de la política española.
A la vez que conocía el cambio de cartera en Exteriores, me enteraba de que Leire Pajín asciende en la carrera política, y la cosa parece no tener fin -terminará en la ONU, o la ONU terminará. Su caso es digno de análisis, pero no quiero meterme mucho con ella. En mi opinión, es el punto negro que queda siempre que Rodríguez Zapatero se remanga, y lo peor es que le va pasando al Presidente lo mismo que a José María Aznar, que demostró a los españoles que ministro podía ser cualquiera, especialmente si había invertido parte de su capital en el partido y tenía más suelo en propiedad que el archipiélago balear al completo.
Quiero en último lugar dedicar unas palabras a María Teresa Fernández de la Vega. Imagino que inmediatamente se la atará a los caballos para desollarla -algo apenas complicado. Sin embargo, creo que De la Vega cumplió con su tarea muy bien durante mucho tiempo, y se ha ido, como se dice tanto, "desinflando" -lo que es obvio. Cuando Rodríguez Zapatero ganó la elección de 2003, era necesario contar con alguien como De la Vega, porque al Partido Popular hay que atacarle con descaro y sin piedad. Lástima que sólo durase una parte.
En fin, ¡bravo por Moratinos!


Yvs Jacob