martes, 11 de enero de 2011

Felipe González y san José María Aznar traicionan a los españoles (otra vez)

Vamos de muy mal en muy peor, y la cosa no hay quien la pare.
Apenas perpetrado el atraco que es siempre la subida de la luz, y en una situación económica y social de espanto, ambos ex-presidentes alimentan sus ya bien nutridos patrimonios con sendos cargos fantasma en dos importantes empresas energéticas. Un poco de sinceridad, hostias: ni van a aconsejar acerca de nada ni tienen competencia técnica para aconsejar sobre aquello que, supuestamente, justifica los emolumentos que recibirán por encargar a un pobre "negro" que les redacte un informe con el auxilio de Wikipedia y un diccionario online.
Es inevitable no pensar en Max Weber a la hora de juzgar a políticos y ex-políticos. ¿Acaso no se trata de beneficios vinculados a su actividad anterior? ¿Acaso no debería ser la sociedad la beneficiaria de tanto lucro, puesto que el político se ofrece a servirla? ¿Y tiene algún sentido que continúen acumulando riqueza quienes han animado a otros hombres a vivir en una sociedad enferma de derroche? Cuando se tiene una fortuna, directa o indirectamente formada por haber servido a un país, ¿tan difícil es decir "No"?, ¿tan difícil es declinar el ofrecimiento a favor de aquellos gracias a los cuales han construido su gloria terrenal?
No hay posibilidad alguna de perdón ante los gestos de tan famélica ambición, malsano apetito que conduce al descrédito democrático y parlamentario, y sólo puede hablarse de traición material y espiritual.
¡Qué ridículos deben sentirse hoy los votantes más humildes y honestos de la izquierda y de la derecha al saber que unos percibirán por tocarse las pelotas lo que otros sólo conseguirán en seis o siete años de trabajo y una pensión bajo amenaza!
Y qué decir de quienes todavía reclaman elevar más el precio del consumo eléctrico, ¿es que adeudan las empresas productoras otro favor a algún sujeto por el momento no identificado?
¡Huelga general indefinida y destrucción!


Yvs Jacob