viernes, 5 de noviembre de 2010

¿Y por qué no lo dejará Raphael?

Qué pena da hacerse mayor -o tan mayor-; se pierde el respeto por las cosas, se olvidan los valores supremos que deberían guiar siempre al ser humano, como el amor propio, la honradez, la dignidad, y, casi con inquina jimenezlosantosniana, se dedica uno a hacer daño a los demás como si otros tuvieran la culpa de la miseria de cada cual.
Raphael se empeña en seguir siendo aquél, pero ya no lo es. Las últimas imágenes que he visto de él confirman que, en efecto, hace décadas que no es aquél, por mucho que aquél sea quien a él le persigue. Querer vestirse con prendas que ya quedaban incluso mal en los años ochenta, la década mortal para la cultura popular, no le ayuda en absoluto, y las poses marcando culete son más letales que un cuadro de Antonio Saura bajo los efectos de un tripi.
Raphael pensará que, si The Rolling Stones siguen dando por el culo, también puede hacerlo él. Mira que yo he pensado a veces lo muy hijoputas que son "los Stones", y que debería existir pena de geriátrico para roqueros de una cierta edad y valentía. No obstante, y sin que sirva como defensa de esos cadáveres, Raphael era un muchacho que cantaba villancicos, y ya de inicio se aprecia una diferencia. Porque no es lo mismo el R&R que el "rómpompompom".
Es cierto que los artistas que nacen a diario tampoco tienen ya nada que aportar a la música popular, que se ha agotado en un mundo que todo lo agota, pero las glorias del pasado, que tuvieron además la ocasión de llenar la ilusión de tanta gente, harían mejor en anunciar a sus fans -o fanes- que no van a sacar más discos ni volverán a actuar. Entonces, sus fans -o fanes- pensarán: "es un buen hombre, una persona ejemplar", y eso les hará sentirse bien en el recuerdo de la juventud. Pero ver a Raphael vestido como su nieto con un disfraz..., eso duele mucho, eso no se puede tolerar, y alguien tiene que ponerle remedio.
Tristemente, sólo puedo traer ahora a mi mente algunos métodos violentos, luego me abstendré en honor al carácter constructivo de mi blog; pero pido a Raphael que lo deje, que lo deje todo, hasta el bolero, que se gaste ya el dinero, que viaje y vea el mundo como quizá nunca lo vio, y que no olvide comprar en Roma, por ejemplo, una americana para adultos de su edad, que tienen paños muy finos y sientan muy bien. Y a "los Stones"... En fin, si es que da grimita de verlos...


Yvs Jacob