lunes, 28 de enero de 2013

Contiene la letra "p": país de pobres, pedigüeños y parados

¿España?
La semana pasada vivimos otro episodio de recio costumbrismo español, se publicaban los datos del desempleo y respiramos con alivio porque no se había alcanzado la cifra de 6 millones de parados, un episodio más del consabido miedo español a que se oficialice la realidad, la sanción libre de superstición. No obstante, en un pequeño titular de diario se decía algo así como que "la mitad de los parados ya ni siquiera busca empleo", y habría que añadir que hay muchísimos, pero realmente muchísimos desempleados que ni siquiera están inscritos en los registros de desempleo, o lo que es igual, que hay muchísimos más parados no oficiales que nada va a oficializar. Luego no respiremos tan satisfechos, que todo está mucho peor de como lo percibimos. Como nunca faltan humoristas en los Gobiernos de España, tras pedir la ministra Fátima Báñez un capote a la Virgen -en Madrid, en particular, le hemos pedido un casino-, fue el turno para Miguel Arias Cañete, el ministro Caducao, que quiso darnos fecha de caducidad por consumo preferente al defender los llamados "frutos" de la llamada "reforma laboral", lo que no es sino el timo por todos conocido: a cambio de nada, te saco hasta los ojos -España, tierra de bandoleros, no oferta la bolsa o la vida, aquí si es posible acabamos con las dos.
Y todo el mundo anda revuelto con la situación en España, que no se sabe muy bien por qué trabajan tan pocos ni se sabe muy bien en qué se podría trabajar donde no hay más que bares, hoteles y restaurantes, el modo de vida elegido por los taberneros, por los listos y por los horteras; se preguntan también en Alemania en qué se podría emplear una población tan grande, tal cantidad de consumidores, o potenciales consumidores, según evolucionan los acontecimientos, se lo preguntan los alemanes, ellos que compran en supermercados alemanes, que conducen coches alemanes, que montan en bicicletas alemanas, que viajan en puntuales trenes alemanes, que hablan por teléfonos alemanes, que se gobiernan por eficientes leyes alemanas, ellos, los alemanes, que no dudan en absoluto de Alemania. Y todos, aquí y allí, nos preguntamos a qué nos dedicamos los españoles, que ni compramos en supermercados españoles, sino en los alemanes y franceses, que no conducimos coches españoles, sino alemanes y franceses, que no montamos en bicicleta, salvo raras ocasiones, pero bicicletas extranjeras, que consumimos todo cuanto no producimos, y no producimos nada, que nos gobernamos por leyes improvisadas e ineficaces, y que no sabemos en absoluto qué es España.
También la semana pasada, además, apenas se daban a conocer los datos del paro, dos nuevos titulares no produjeron la menor alarma en el país de los taberneros: en Catalunya se aprobaba una declaración soberanista; por su parte, el FMI declaraba que la situación en España sería peor en 2013 de lo que fue en 2012. Y todo seguirá igual. Desde la instituciones europeas se juzga vergonzoso que el 55% de los jóvenes españoles no tenga empleo. En España, no obstante, se confía en que el empleo llegará como sucede con algunos vientos, o quizá como las aves migratorias, se piensa en el empleo como en una bonanza inevitable, sujeta, sí, a vaivenes, pero fiel, que no se ha ido de aquí para siempre, y que tarde o temprano volverá -es una idea magnífica que nos envidiarían los antiguos griegos, creo que merece la pena bautizarla así, "la idea climática y migratoria del empleo". Como tal, como idea climática y migratoria, nos impide a los españoles hacer nada por favorecer el empleo, no está en nuestra mano, decimos, cualquier intento por reindustrializar el país, por recuperar el trabajo que la deslocalización se llevó a otros lugares, cualquier intento por convencer a los empresarios españoles de que existe una manera nacional no necesariamente ridícula de favorecer a sus compatriotas, a los hijos de sus compatriotas, nos parece un disparate antiliberal, porque el empleo, como las reglas de mercado, o precisamente porque no depende sino de ellas, se autorregula, y unas veces va mejor y otras peor, pero siempre que va muy mal termina por recuperarse, y a eso esperamos, a que el empleo se recupere, pero a que se recupere él. Como decía, una auténtica fatalidad griega este asunto del empleo en España -nos hemos precipitado hacia la ruina, pero ha sido la mala suerte... y quizá también Angela Merkel. (A propósito de la fatalidad ya había dicho Platón que no la enderezan ni los dioses -a ver si vamos a ser los españoles de alguna manera racionalistas, ¡lo que nos faltaba!).


Yvs  Jacob

martes, 22 de enero de 2013

Buenas noticias para Amancio Ortega

¡Amancio, Amancio, tengo algo que contarte!
Antes de nada, ¿qué te parece el chiste que hicieron los de "El Mundo Today", ese que decía que le habías comprado un tren a tu nieto, en concreto, el AVE Madrid-Sevilla? ¡Jájaja! ¡Qué bueno!, no me dirás que no es gracioso, ¿verdad? Es tan sencillo, tan simple, sin suponer eso una falta, presenta una realidad de manera tan bruta, sin la menor necesidad de matices... ¡Qué cachondos! Yo me reí a más no poder, ¡qué bueno es el humor, Amancio, cuánto bien nos hace!
Te cuento. Hace unos días, al sacarme el jersey, un movimiento del codo supuso el final para una de mis camisas favoritas, una con ese cuadro que creo llaman Oxford, una camisa a la que tenía un aprecio que sólo puede tenerse por algunas mascotas y ciertos humanos. Con esa camisa solía pasearme por la facultad mirando a las chicas, aunque jamás he pasado un buen rato gracias a ella -creo que ya me entiendes... Te hablo de los tiempos de la facultad, así que imagina la cantidad de años que tenía la camisa, es probable que la hubiese lavado más veces de las que muchos pasan por la ducha. Por cierto, no lo tomes a mal, pero la compré en el Corte Ingles, ¡más de quince años me ha durado! Ya no las hacéis así...
No sé si te he dicho en otra ocasión que no estoy para afrontar muchos gastos, la vida trata muy mal a los intelectuales, Amancio. El sábado pasado, sin embargo, salí con María Malamenti a mirar las palomas dar picotazos a las mierdas de perro, o como a veces se dice, a dar un paseo por las calles de Madrid, y pasamos al lado de una de tus tiendas. (Déjame presentarte a María Malamenti, la jefa de todo esto -"¡hola, Amancio!"). Allí en el escaparate, ¡zasca!, ¡camisas a 9.99 €! Fue verla y ya la quería poseer, una camisa blanca de rayas muy finas... te gustará saber que era un diseño perseguido por mí durante mucho tiempo, pero, claro, nunca la había visto a ese precio... y tan bien cortada. ¡Pues me la he comprado, Amancio, me la he comprado y ya me la he puesto! Oye, una camisa preciosa, me sienta a la perfección, y déjame decirte a qué precio la vendíais antes, supongo que cuando estuvo de moda, aunque este diseño, Amancio, nunca pasa, es lo que sucede con la sencillez, que gana el premio de la atemporalidad. Pues antes la vendíais a 39.9 €, Amancio, ¡pero en qué estabais pensando!
Y seguimos paseando, porque María Malamenti quería ir a una tienda de esas que se llaman U -te recuerdo que estamos en el periodo de rebajas. Había allí, Amancio, no te lo vas a creer, había allí prendas de cuando Adolfo Domínguez estaba empezando, vamos, había allí prendas que debían de pertenecer a su colección personal, y prendas había que no debían de ser extrañas en los tiempos de Weimar -te dejo aquí esta confidencia por su quieres hacer uso de ella en otro contexto como una pequeña maldad, ¡jájaja!
Pues eso era todo lo que tenía que decirte, creo que era mi obligación después de lo que pasó entre nosotros.
No me despido sin preguntarte por un asunto que tal vez tú puedas aclararme, como te mueves en esos círculos tan exclusivos del mundo empresarial... He visto que la FNAC ha empezado a comercializar máquinas de café y pequeñas aspiradoras, ¿sabes tú si venderán también nueces? Te agradezco cualquier información que me puedas proporcionar.


Un afectuoso saludo, Amancio,


Tocomocho

lunes, 21 de enero de 2013

El PP está podrido

El PP está podrido y pone a trabajar en su defensa a María Dolores de Cospedal. De María Dolores de Cospedal sabemos dos cosas: la primera, que le gusta mucho el dinero, el dinero para ella, claro, y muy poco el dinero para los demás, y la segunda, que es una de esas personas con tic, esto es, si, por ejemplo, se le pregunta qué hora marca un reloj cuyas agujas se sitúan a las 12.30, ella dirá que las 6.40, llámese como se quiera este problema de María Dolores de Cospedal. Cabe añadir a su carácter otro rasgo que se expresa a las mil maravillas en esta patochada: si existe financiación ilegal del PP o se han pagado sobresueldos a sus dirigentes, tendrán que revelarlo las cuentas de la formación, y si tales cuentas no revelan nada, entonces ni hubo pagos ni fue irregular la financiación. Como se dice en una de las cuñas de "Todo por la radio", "¡olé tu chocho!".
El PP es el partido de los ricos muy ricos que desprecian a los pobres, el partido de los patriotas horteras, es el partido de los fanáticos de la religión católica, el partido de los intolerantes, el partido de quienes antes prefieren el enfrentamiento entre los ciudadanos que aceptar la noción orgánica de la sociedad, el partido de quienes prefieren una sociedad, mejor que viva, muerta. En España todos sabemos cómo se han hecho las grandes fortunas hasta el advenimiento de la democracia, y sabemos cómo se han hecho muchas fortunas cuando la democracia llegó aquí. El "caso Bárcenas", del cual se discute si es un fleco del "megacaso de corrupción Gürtel", si es el "caso de financiación ilegal del PP" en el ámbito nacional o un caso endémico de corrupción política en España, ha sacado a la luz el modo como se hacen todavía hoy las fortunas. Para tener una fortuna en España, no sirve sólo y en absoluto el mérito, por mucho que los impostores que tanto elogian al liberalismo nos hablen de meritocracia, no; para tener una fortuna en España hay que saber ahorrar, un principio muy liberal-ascético, sí, pero saber ahorrar al fisco, pues ¿si no tengo que pagarle a nadie la cama del hospital cuando está enfermo ni ayudarle a superar un cáncer, cómo voy a tener que pagar impuestos si puede pagarlos otro? La lógica es impepinable; a esto lo conocemos como neoliberalismo analfabeto español.
A nadie debería sorprenderle que en el PP haya corrido el dinero ilegal en sobres o en cajitas de bombones, hablamos nada menos que del partido que más cerca está del gran capital, del mundo de los negocios, de los empresarios más espabilados, el partido de la patronal, el partido de los obispos, el partido de quienes no sienten el menor pudor al decir en una solemne Cámara democrática "que se jodan", cuando a los desempleados de larga duración se les acaba una prestación miserable que perciben precisamente en calidad de eso, de miserables, personas fuera del sistema por exigencias del mismo. No se trata, pues, de una casualidad, y cabe recordar lo siguiente: cualquier caso de corrupción política es también un saqueo de lo público, un reparto entre delincuentes de algo que no les pertenece y que es de todos; luego no es una casualidad, no es que exista la posibilidad fortuita y remota de que el partido de los poderosos favorezca legal e ilegalmente a quienes lo soportan, es que no puede ser de otra manera. Por supuesto, el PP no refleja algo semejante en sus estatutos, como tampoco figurarán en sus cuentas los pagos en dinero negro, ¡pero cómo no va a estar metido en los asuntos más turbios un partido que no ha echado sino carbón a la máquina del boom inmobiliario! Si es que no puede ser de otra manera, ¡si el hedor a podredumbre en el PP es tal que no hay quien aguante de pie! Y tampoco se olvide lo siguiente: una formación política como esta conservadora española, que tan poco demócrata es, cuenta con más de 600.000 militantes, la mayor en número de Europa, lo que no deja de dar bastante miedo, pues se hace evidente que busca hacer de la política algo que se critica mucho en los adversarios, la dedicación profesional y en su defecto el "enchufismo", y que en el PP casi funciona como monopolio, ¡todo para mí!
Cabe sacar la conclusión de que las fuerzas vuelven por fin a un equilibrio que la mayoría absoluta de Mariano Rajoy, el acontecimiento más destructivo en la historia de la democracia en España, había roto: se reconoce en los dos grandes partidos el mismo mal, son, en palabras de los independientes, "la misma mierda", y eso, de alguna manera, resulta tranquilizador, porque conocida la evolución del PSOE, es ahora el PP quien tendrá que cargar con su muerto en adelante, se le señalará con el dedo y se dirá que es otro partido podrido, algo que antes sólo podía decirse de su ideología y que hoy ya sabemos es algo más.
El PP no es el partido de los emprendedores, no es tampoco el partido de los ancianos, de los piadosos pensionistas, ni el partido de los trabajadores, ni siquiera el partido de los patriotas, de los españoles; todo ha sido un engaño. Llevo años diciendo que los millones de votos que obtiene el PP no podrían obedecer jamás a nada real, es decir, se necesita mucho más que "sacrificar los propios intereses económicos", en palabras de George Lakoff, para explicar tantas adhesiones. Su éxito se debe a una manipulación a gran escala de la opinión pública. Pero su descenso a la realidad ha comenzado, y si antes algunos vaticinaban la desaparición del PSOE, está ahora más cerca la escisión del PP, incluso la reproducción descontrolada de UPyD, ese partido fantasma, está mucho más cerca la creación de un nuevo partido con la lideresa por el sociosuicidio de los españoles que una nueva mayoría de Mariano Rajoy.
Hay en alguna calle de Madrid una pintada que reza: "Dios existe y no es del PP". Yo me lo estoy pasando en grande con tantas desgracias -con razón se apoya en el PP todo lo que tiene que ver con Israel, ¡un Dios de verdad es un dios de la venganza!


Yvs Jacob

jueves, 17 de enero de 2013

Yvs Jacob informa a Rosa Montero que por fin ha leído "Do Androids dream of electric Sheep?"

Hola, Rosa.
Ya te había dicho desde esta humilde hoja de opinión que me interesó mucho tu atrevimiento, ese ejercicio literario tuyo que se valía, al parecer, del universo de Philip K. Dick en Do Androids dream of electric Sheep? y lo trasladaba de manera originalísima a la grotesca ciudad de Madrid, y aguardaba yo el momento de acercarme a la fuente para comentarte después algunas impresiones -son muy pocas-, porque ya sabes que la enseñanza que nos proporciona siempre un buen libro no despierta hasta que no se comparte con otros lectores... ¡bueno, qué te voy a decir yo a ti! Yo no creo en los Reyes Magos, Rosa, y tengo muchas dudas sobre el federalismo -temo que si se reconoce a algún territorio como Estado dentro de otro le hayamos dado un golpe al melón que lo reviente-, pero me animaron a que dejase los zapatos en la entrada -en casa no montamos ningún árbol de Navidad porque somos enemigos irreconciables del plástico, y los árboles de verdad están mejor en la naturaleza de verdad-, así que accedí al ruego que se me hacía, y no fue poca la ilusión con que desperté a la mañana siguiente, y cuando abrí uno de mis paquetes -perdona, ¿es habitual que te regalen calcetines cuando necesitas calzoncillos?-, allí estaba la obra de Philip K. Dick. La empecé tan pronto se dispuso el desayuno, y para la noche ya había terminado con los seis androides y medio roscón. Tengo que admitir que la novelita, que he podido leer en una preciosa primera edición, la he encontrado más bien flojilla -no sé si es así como se expresa la crítica...-, creo que me ha decepcionado, Rosa, aunque voy a dejar que pase algún tiempo para que este juicio se asiente. Supongo que muy mal no se te habrá dado reinterpretarla, porque mucho... mucho donde agarrar no hay -ya sé que yo soy un lector con escasa competencia y todo eso...-, y quiero decirte que Blade Runner, la puesta en imágenes de Ridley Scott, supera con mucho al arte de Dick, y no sólo por lo atractivo que es Harrison Ford para el espectador -por cierto, qué pena lo de Harry, ¿no?, ahora le ofrecerían sólo el papel de la cabra...-, y te sugiero que hables con Montxo Armendáriz, a ver si entre los tres hacemos la versión española a partir de tu revisión, que la vamos a liar bien -yo propongo a Eduardo Noriega, que si no la sala no la llenamos ni en el estreno.
Leyendo a Philip K. Dick he podido atisbar tus intereses, supongo que siempre cercanos al tema social, y quizá también al medio ambiente, que hay quien piensa que el medio ambiente va por su cuenta y nada tiene que ver con las acciones de los hombres -¡fíjate, lo mismo se dice de los dioses! Supongo que has sentido esa aguda punzada cuando el autor presenta la maldad de la humanidad en aquella deriva futurista, el uso perverso de la ciencia, ¿no? Ya te puedo imaginar encolerizada cuando en la novela se dice que "the humanoid robot - strictly speaking, the organic android - had become the mobile donkey engine of the colonization program". ¡Ufff, qué expresión, "the mobile donkey engine", durísima, Rosa, durísima! Y ese otro fenómeno, la colonización, que me pone la piel de gallina. Y también está el polvo ese, "the dust which had contaminated most of the planet's surface"... pero, atención a lo que dice Dick, Rosa, "[the dust] had originated in no country... this plague... had descended from above". ¡Uaaau, terrible, el futuro era terrible...! Yo encuentro no obstante muy ambigua la creación de Dick, que se niega a atribuir la contaminación a ningún país, ni siquiera a los que emiten más gases de efecto invernadero, entre los que se encuentra EEUU, aunque cito de memoria. Pero hablemos de Madrid, Rosa, que yo hay días que salgo y de tanta polución, que algunos creen niebla, casi me imagino que me voy a subir a mi propio hovercar y que voy a planear sobre el cielo de la ciudad para aterrizar después sobre una mierda. Menos mal que quien fue antes concejal de Medio Ambiente en Madrid es ahora su alcaldesa. Pero estoy totalmente de acuerdo: a quienes no relacionan la polución de las ciudades con las actividades humanas habría que colgarlos a todos.
En una aproximación tal vez anecdótica querría proponerte una discusión acerca del término andy, no sé si contracción, sinéresis, diminutivo o ninguna de esas opciones para android, ¿no te parece genial y divertidísimo? Me gusta esa palabra, andy. ¿Te imaginas que nosotros dijésemos algo así en español, por ejemplo, "eran las cuatro de la mañana y entramos en un garito que estaba lleno de andys", o, por ejemplo, un niño que replica a su madre "mamá, no quiero ir a casa de los andys, en referencia a los abuelos"? Para partirse de la risa, Rosa, ¡la de cosas que nos da la buena literatura!
No te quiero entretener mucho más y voy directamente por un último aspecto que me ha llamado la atención, un aspecto quizá más alucinógeno, por así decir. Ya casi en las páginas finales, cuando el héroe ha concluido la peripecia, se logra un clímax emocional que atrapa al lector atento. Iran, la esposa del protagonista, le da la fatal noticia: "'Rick,' she said, 'I have to tell you something. I'm sorry. The goat is dead'." Podría no ser nada esto de la cabra, pero poco después, cuando Rick habla con la secretaria de su jefe, insiste en ello: "Did you hear about my goat?", y debe de ser desmoralizador que te den una respuesta como la que Rick recibe -"No.I didn't even know you had a goat". ¿Crees que todo esto obedece a una suerte de lenguaje encriptado? ¿Conoces sus claves? ¿Cómo trataste tú ese asunto? ¿Cuál fue tu solución?
Bueno, pues eso era todo lo que quería decirte. Ahora no tengo tiempo de incluir aquí una lista de obras de la literatura universal que necesitan una revisión, pero así de manera sucinta te hago la solicitud de un Robinson Crusoe, mi obra favorita de todos los tiempos -ya, ya me imagino que vas a pensar que leo poco... Pero sin prisa, a tu ritmo, sigue con el Lazarillo que tengas entre manos.
Para que no quede todo así tan frío, déjame preguntarte por el asunto del chalé del presidente accidental que tenemos en la Comunidad de Madrid. ¿Qué te parecen las palabras en televisión de Esperanza Aguirre, cuando dijo que "el pobrecillo se lo quería comprar", te recuerdo que hablamos de un ático en Marbella valorado en 800.000 €? Pues mira, en eso también estamos de acuerdo: nos gobierna una pandilla de horteras.


Un saludo, Rosita,


Yvs Jacob

miércoles, 16 de enero de 2013

El "caso del niño Güemes" y la "puerta giratoria" de los cojones

Este simulacro de liberalismo que la derecha española de toda la vida está utilizando para convencer a la sociedad de que mucho Estado coarta las plenas capacidades económicas de los ciudadanos con más talento ha encontrado en el periodismo una de esas expresiones afortunadamente desafortunadas al servicio de los interesados, porque lejos de funcionar como una denuncia, funciona mucho mejor como acto de comprensión, y ya se sabe lo mucho que se relaja la conciencia cuando comprende algo, que llega incluso a justificarlo. En cualquier tertulia radiofónica o televisiva que se precie, no faltan analistas que la empleen, y la expresión "puerta giratoria", con la que se describe en realidad un hecho en sí amoral, esto es, un hecho libre de valores absolutos, como son los éticos y estéticos, oculta por completo la obscenidad de nuestros días, el saqueo y reparto de lo público, algo en lo cual nunca podrán participar millones de ciudadanos españoles anónimos, mientras sus esforzados gestores se llenan las manos y los bolsillos en nombre de una falsa eficiencia. Este simulacro de liberalismo que lanza al ciudadano anónimo contra la pared y por el precipicio, que le propone su propia ruina como realización de la libertad al confiarse a la milagrosa solución del emprendedor, esto es, al riesgo personal como motor de la economía nacional, oculta de nuevo la comodidad y ausencia de riesgo en la que los gestores de lo público encuentran las vías de su propia realización, y así puede verse que quien ha sido ministro es más tarde consejero aquí y allí o directivo en tal o cual empresa alguna vez pública, en su mayoría, y se presenta ante el ciudadano a la manera de héroe y modelo de esfuerzo con recompensa, cuando no es más que un vulgar estafador o el beneficiario de una gran estafa. Este simulacro de liberalismo que se va comiendo todo lo público y que todavía exige de los humildes no tocar siquiera las migajas es obra de la vil derecha española de toda la vida, y cabe preguntarse cómo tantos millones de imbéciles han podido entregar su voto a un partido de zorros, de lobos y de buitres, un partido con más de 600.000 militantes que enchufa Carromeros y carroñeros por todas partes, y que les cuesta a los ciudadanos españoles tanto dolor, sufrimiento y desesperación, y sobre todo tanto dinero. Es en nombre de este simulacro de liberalismo que se cierran centros de salud y quirófanos, que se aleja a los hijos de los humildes de las universidades, que se encarece el precio de servicios mal prestados, que se mina la confianza de los ciudadanos en los profesionales de la sanidad y de la educación, de quienes se duda su filiación o su ideología, que se introduce incertidumbre en todos los ámbitos de la sociedad, al sentirse el ciudadano común por completo desvalido y sin ningún auxilio frente a tantas agresiones legales o institucionales. Por si la tomadura de pelo no fuese ya una magnífica, la expresión "puerta giratoria" normaliza la obscenidad y no alcanza a poner de manifiesto lo que realmente molesta a los ciudadanos: son los de siempre quienes se hacen con todo, los que dan bocados generosos a todos los pasteles; es siempre sobre los mismos que llueve la riqueza que una vez fue de todos. Este simulacro de liberalismo no es más que una estafa, sus acérrimos seguidores son todos unos impostores que jamás han hecho una apuesta arriesgada en su vida, que han ido de una flor a otra mientras le pedían al ciudadano el compromiso que ellos nunca han tenido porque ya nadaban en la indolente opulencia. Hay que acabar con el mito del brillante gestor de lo público al cual la empresa privada compra su inteligencia, no es más que una falsedad que acompaña a la gran estafa del saqueo, no es más que un complemento para buscar la mencionada justificación. Ninguna empresa persigue a estos gestores pésimos por su inteligencia, no hay absolutamente ninguna idea de ningún gestor de lo público de entre quienes han usado la "puerta giratoria" para entrar en la empresa privada de la cual se conozca una aplicación beneficiosa, algo así sería de verdad un milagro, porque el cerebro de las empresas que dominan en cualquier ámbito se encuentra en el cuarto oscuro donde no tiene lugar el político, ese adorno siempre sospechoso, y el cerebro del cuarto oscuro sabe perfectamente que el político incompetente, confundido por la comodidad de su anterior gestión, cuando contaba nada menos que con la capacidad de endeudamiento del Estado, hundiría la empresa, donde opera un concepto de gestión real. Que no se alimente más ese mito: quien tiene cuatro casas no puede decir a quien nada tiene que la vida es muy dura, y quien siempre ha vivido en un entorno favorecido no puede hablarle al ciudadano común de ningún esfuerzo social compartido.
El "niño Güemes" ha dimitido. El argumento principal de su renuncia no aborda el problema de la obscenidad, sino que pasa por encima de toda sospecha y reclama que la obra del consejero Güemes no resulte dañada por el modo como al ahora ciudadano privado Güemes le cae uno de esos premios que ya quisiéramos todos los demás. Yo escuché a Güemes anoche en Hora 25 y sentí idéntica repugnancia que cuando escuchaba a su antigua jefa atribuirse la construcción de hospitales y líneas de metro. Ya está bien, coño, ya está bien. Los hospitales, como todo lo público, no los hace ningún partido político, son la obra de una sociedad que se endeuda, que se sobreendeuda y que paga por ello, y ningún "niño Güemes" gestiona la riqueza pública mejor que cualquier otro individuo, no hay en ello ninguna exhibición de talento, ninguna capacidad sobresaliente, sólo hay mucho dinero para gastar. El talento y la destreza los muestran los ciudadanos anónimos, los trabajadores y los autónomos que sacan adelante su vida con escasos recursos, ellos son los héroes de nuestra sociedad, y no los gestores de lo público de las buenas familias españolas de siempre. Por si el circo montado por el caso del "niño Güemes" no fuese ya de sesión continua, aparece Esperanza Aguirre, protagonista del extraño caso de la gestora mediocre de lo público que enfrenta a unos ciudadanos con otros y que tras recuperar su puesto como funcionaria con la intención de herir a la institución que representaba, la presidencia de una Comunidad Autónoma, recibe la oferta de una empresa privada para un puesto de florero. En realidad, a nadie le ha interesado el caso de la diva de provincias, pero como el caso del "niño Güemes" ha armado tanto revuelo, la diva, que chupa mucha cámara, se ha puesto a gritar desesperada eso de "a mí, a mí, los focos a mí", y unos focos que se le han puesto, y así nos hemos enterado de que presidirá un consejo "tipo Bankia", se me ingrese tanto por firmar unos papeles el jueves. Y lo llaman inteligencia...


Yvs Jacob

sábado, 12 de enero de 2013

Y ahora ¡el "caso del niño Güemes"!

Si es que no nos falta de nada. Tenemos en marcha desde hace algún tiempo el "caso Urdangarin", el caso de un noble español que se liaba en la aplicación práctica de las matemáticas, hemos conocido en una semana la evolución del "caso Carromero", joven dirigente del PP aficionado a los coches de choque por las calles de La Habana, al parecer, la mejor catarsis contra el estrés cuando se es asesor del Ayuntamiento de Madrid, y también el desenlace del "caso Pallerols", que refiere a la trama de financiación ilegal de Unió Democràtica de Catalunya como una actividad delictiva cometida por algunos individuos en un tiempo determinado, de manera y modo que otros individuos en otro tiempo y la misma fuerza política queden exonerados de cualquier culpa; y llega ahora el "caso del niño Güemes". El "caso del niño Güemes" es para mí el de mayor fatalidad, incluso cuando el de Carromero da para escribir una tragedia donde se duerme con la madre y se saca uno los ojos y hasta el bazo. El niño Güemes fue consejero del PP de Madrid en el área de Sanidad y fue también quien inició lo que se conoce como la privatización de la sanidad pública madrileña. Ahora bien, no vaya a pensarse que el recurso a la privatización es caprichoso, y no vaya a creerse que se privatiza un servicio que presta el Estado porque sus gestores públicos son unos incompetentes y no saben hacerlo funcionar de manera más eficiente; no. Se privatiza porque lo exige precisamente la eficiencia, luego no porque, como decía la diva de provincias Esperanza Aguirre, "lo público es mal gestor", sino porque sin una buena gestión privada no hay nada público que funcione. Así, el niño Güemes advirtió que en el sector de la sanidad púbica podía alcanzarse la eficiencia -en el vocabulario liberal, "existencia de una gran oportunidad de negocio para unos pocos o los de siempre"-, y siempre por el bien de los beneficiarios del servicio y de toda la sociedad se puso en marcha el proceso de la excelencia por la eficiencia, algo que todos los madrileños le agradecemos. Una vez la iniciativa en el curso de su realización, el niño Güemes aceptó un nuevo desafío personal y decidió probar fortuna en la empresa privada, algo que fue aplaudido por tantos servidores de lo público del PP de Madrid, quienes también aguardan la llamada, o como diría Max Weber, el calling de la empresa privada para prestar otro gran servicio a Dios con un oficio (Beruf), una vez concluido el que prestaban a los ciudadanos. Y qué fatalidad, pues apenas dos años después, cuando el niño Güemes se encontraba tan implicado en el desafío liberal y personal, ascético en definitiva, la empresa para la cual trabaja se hace con la gestión de unos recursos recién privatizados. Ya es mala suerte, porque podría pensarse que existe alguna relación entre el largo trámite de la privatización de la sanidad en Madrid y el hecho de que la empresa del niño Güemes haya ganado un concurso público que, en palabras del accidental presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, "venía de lejos". Yo creo ante todo en la honorabilidad y en el compromiso de mis gestores del PP y no dudo en absoluto de que tanto desde la empresa privada como desde la gestión pública las mentes privilegiadas y los cuerpos mejor alimentados siempre buscan favorecer a la sociedad a la que pertenecen. Además, el hecho de haber entroncado Güemes por vía matrimonial con los Fabra, la conocida familia de intelectuales castellonenses, me convence por completo en cuanto a sus buenas intenciones, y no cabe sino juzgar como fatalidad este golpe de la fortuna, que, ya se sabe, lo mismo te da que te quita, como los árbitros.
La verdad es que he sido un tonto. Durante mucho tiempo había creído que la patronal es de derechas, que el gran dinero es de derechas, que los buitres se encontraban en la derecha política, que las privatizaciones siempre favorecen a quienes animan a los humildes a que sean emprendedores, y que, sin embargo, ellos no lo son en absoluto, porque compran sobre seguro, sin el menor riesgo -para qué ha existido lo público si no... ¡Qué injusto he sido! Cuando se privatiza un servicio, ¡quién va a prestarlo mejor que quien ya lo conocía cuando era público y funcionaba mal! Y tengo que admitirlo, no hay nada como un gestor privado para lo público. A mí me tranquiliza más que un director privado de hospital tenga un salario de banquero, que el hecho de que un hospital tenga tantas o cuantas camas y tantos o más enfermeros, porque cuando se gestiona bien, tiene que acompañarse de una buena retribución -así lo exige la eficiencia en la empresa privada.
El niño Güemes tiene un pelazo que testimonia que no le falta salud. Bien está y que nos dure, que todavía quedan muchos hospitales y centros sanitarios que los sindicalistas de la sanidad están llevando a la ruina. ¡Muerde ahí, Güemes, muerde!
Y ahora sacamos la bolita para el siguiente premio al liberal comprometido con la sociedad: ¡la gestión privada del Canal de Isabel II! ¡Uy, pero quién viene por ahí, si a éste también lo conocíamos...!
¡Yo soy español, español español!, ¡yo soy español, español...!


Yvs Jacob

jueves, 10 de enero de 2013

El "caso Pallerols" y la miseria de España

¡Pero qué duro es ser democristiano, madre!
Hace pocos meses pudimos conocer los españoles lo duro que es pertenecer a la dirección de las Nuevas Generaciones del PP con el "caso Carromero", el joven ocioso de vacaciones en Cuba que termina implicado en la muerte rocambolesca de dos disidentes en un accidente de tráfico. Fue entonces cuando caímos en la cuenta de que no todo en política es jajajá, por mucho que hubiese gobernado en Madrid la diva de provincias Esperanza Aguirre, por mucho que en el Ayuntamiento de la capital anidase la señora de Aznar y por mucho que el cargo de asesor que ocupaba Carromero en el distrito de Moratalaz nos parezca una de esas sinecuras con las que los políticos se parten el pecho a reír cuando piensan en la ciudadanía. Pero sale ahora a la luz el acuerdo entre Unió Democràtica de Catalunya y la Fiscalía que reconoce el delito cometido por antiguos dirigentes de la formación política nada menos que en la financiación ilegal del partido mediante la malversación de subvenciones europeas. Y de nuevo nos decimos Vorsicht!, que no todo es chachachá, que esto de servir a la ciudadanía puede tener algunas consecuencias... o puede que no. Pero es duro ser democristiano, en España y en Catalunya, si no, obsérvese. ¿Cuántas veces no habrá dicho Josep Antoni Duran i Lleida que la homosexualidad es una enfermedad y que existen tratamientos médicos para curarla? En efecto, es muy duro ser democristiano. ¿Y cuántas veces no habrá dicho que los parados son también unos viciosos desvergonzados cuyo único objetivo vital es aprovecharse de quienes trabajan? Por si fuese poco, Duran i Lleida se encuentra desde hace tiempo en una situación incomodísima, lo arrastra el torrente del ingenuo secesionismo catalán cuando él no se reconoce en absoluto secesionista. Yo siempre había tenido admiración por la política catalana, aunque confieso que mi modelo de moderación ha sido más el PNV, quizá el único partido conservador en España de quienes son conscientes de que la realidad se muestra en dos aguas -constitucionalismo/soberanismo, izquierda/derecha, jovialidad/superstición, liberalismo/bienestar social... Mi admiración por Catalunya obedecía en el pasado a un apetito europeo compartido, no obstante, también he insistido en que los catalanes no son menos vulgares que el resto de los españoles, y el "caso Pallerols", como el "caso Palau", es de reconocible factura española. A mí en el "caso Pallerols" me divierte especialmente 1) que los fondos malversados y con los que Unió se financió fuesen europeos, 2) que estuviesen destinados a la formación de desempleados y 3) que el partido que arma la trama y se beneficia sea de derechas y cristiano (católico), ¡esto es una bomba, es la miseria y la ruindad del pensamiento español de derechas llevada a la práctica! Sé que hay quien reacciona con más violencia cuando la corrupción se destapa en un partido en la izquierda del espectro político -que si son unos hipócritas y tal, que vaya idea de la izquierda, que menudos chorizos los que se dicen socialistas...-, pero yo creo que el colmo de la hipocresía se encuentra en los partidos de derechas de origen altoburgués y hasta aristocrático -sólo hay que ver la conjunción i de tantos apellidos en dirigentes de CiU-, cuya ideología desprecia por naturaleza cualquier atisbo de socialismo, entendido de modo amplio como la atención del Estado a la clase más amplia y humilde de la sociedad en cuanto a la prestación de servicios para evitar que perpetúe su pobreza. Porque un partido burgués que además se hace con el gobierno de una nación o de una región ya sabrá emplear todos medios legales para su propio beneficio, que seguro que tales medios existen (no es en vano que el gran dinero está siempre tan cerca de esos partidos), pero si además de despreciar a quienes son de una ideología distinta e intentar que no salgan nunca de su pobreza con el empleo de todos los medios legales se malversan los fondos concedidos con la mejor fe por las instituciones europeas para rescatar a un país de la mediocridad, entonces nada puede ser más vil, y una vileza semejante es siempre más rastrera en la derecha que en la izquierda -la primera busca el beneficio de muy pocos pero necesita de la ayuda de muchos, y la segunda busca el beneficio de muchos y no descarta la posibilidad de beneficiar, si nadie se entera, a unos pocos mejor que a otros. Siempre he dicho que en condiciones normales ni CiU ni el PP habrían de tener mayorías abrumadoras en los Parlamentos, quizá por ello CiU prefiere que se la reconozca como la fuerza política de los catalanes -no de los catalanes de derechas-, y el PP, que en tanto que partido político de derechas no tiene nada que ofrecer a la sociedad, se presenta como el partido de los guardianes de las Españas y liberal, que en España es como decir "partido conservador o de derechas que no quiere que sus votantes sepan que de verdad lo es".
Desgraciadamente, y no obstante todo lo que tiene el "caso Pallerols" de español, desaconsejo la dimisión de Duran i Lleida, Duran, grande de España. En estos tiempos de gran distracción en Catalunya, conviene a los españoles que el torpedo Duran merodee por allí y haga todo el mal que pueda por el bien de todos. Estos casos que los ciudadanos llegan a conocer gracias a los medios de comunicación tienen vías de solución más rápidas que la justicia formal. Por ejemplo, existe la democracia.


Yvs Jacob

lunes, 7 de enero de 2013

Gabriel Tortella acude a la Cadena Ser y dice un montón de disparates en quince minutos

Tengo la costumbre de desayunar escuchando Radio Clásica, que complementa muy bien mi dieta apocalíptica, y admito que he intentado hacerlo con Pepa Bueno -lo de tomar el desayuno...-, pero llego a la conclusión de que no comprendo muy bien el funcionamiento de su programa, "Hoy por hoy", no sé si se trata de un programa de análisis de la actualidad que por emitirse en una radio privada abre las ondas a los anunciantes que la soportan, o es más bien otra la radiofórmula, una que consiste en la emisión casi exclusiva de anuncios y da lugar, entre sus pausas, a que opinen algunas personas con atropellos, de manera que no se distraiga a los oyentes de lo principal, la publicidad. Siento decir que con semejante atracón de consumo por las mañanas empezaría mi día muy mal -el Páramo ese y la otra pesada del Corte Inglés, el "fresh banking" de los cojones y la aseguradora con nombre de paleto...-, así que prefiero escuchar las peticiones del "Correo del oyente" de la única emisora de música culta en España -y luego hay quien dice que para ser como Alemania sólo necesitamos reforzar la F. P. y mejores condiciones de financiación... ¡Para matarnos a todos! En fin de semana, sin embargo, he encontrado una cierta tolerancia con el programa de Javier del Pino, el antiguo corresponsal de la Cadena Ser en Washington. Su voz, quizá robótica, quizá enlatada, monótona y apenas radiofónica me despierta mucha ternura, si bien no soporto a casi ninguno de los invitados que desfilan por allí -parece que hiciese una selección del pijerío más detestable y grotesco (en realidad, me recuerda mucho este programa a aquellas páginas de "El País Semanal" en los primeros años 90, cuando se alzó como espejo de una burguesía que huía de la maldición del dinero hortera...). Son muchos los días en que regreso a Radio Clásica. El sábado pasado tenía la taza de café en la mano cuando se anunció quien en principio parecía un hombre de conocimiento, un tal Gabriel Tortella, nombre que a mí que no lo soy no me decía nada en absoluto. Pero el tal Gabriel Tortella no tardó ni un minuto en desmontar la presentación que se había hecho de él para mostrarse como un bárbaro, un completo y genuino bárbaro, y dijo en quince minutos más disparates de los que podría pensarse que caben en semejante división del tiempo. El Tortella este, que tiene en verdad dos buenas tortas, se sacó de inmediato otros tantos títulos de doctorado, uno por la Universidad Complutense de Madrid y otro por una de Wisconsin, y ya estamos ante el caso típico de español con doctorado por la Universidad de Wisconsin, ¡hay que ver lo que se suben a la cabeza esos doctorados de la Universidad de Wisconsin! Yo no sé si al Tortella este de Wisconsin le pusieron una alfombra roja y un cojín de terciopelo en la silla para que le reposara bien a gusto la huevada, pero se encontraba cómodo el hombre de conocimiento de Wisconsin, y así como quien no quiere la cosa arremetió contra los estudiantes universitarios españoles para justificar la necesidad de una reforma de la universidad en España. Pero si en eso estamos todos de acuerdo, Tortella de Wisconsin, que la universidad en España está muy lejos de ser una factoría de conocimiento y que su única patente es el joven desempleado español, pero vayamos con más cuidado y no perdamos de vista en ningún momento a ese docente español con los papeles amarillos, que yo he visto pergaminos y hasta papiros he visto, y estoy seguro de que algunos podían desplazarse por sus propios medios sobre una mesa, y he asistido a clases tras las cuales he pedido perdón a mis compañeros de los programas de intercambio internacionales por la vergüenza que algún sabio de Persia nos ha hecho pasar a todos. Pero es que decía este bárbaro de Tortella que la universidad en España está casi regalada, que es casi gratuita, y que por eso es tan bajo el rendimiento de los alumnos, pero que bien diferente es cuando por un curso hay que abonar 30.000 € o suscribir un crédito para estudiantes. Dos tortas, no, mil le daba yo a este cretino de Tortella hasta que se pudiera escribir una epopeya sobre su espalda. Al parecer, la conciencia moral, como todo, funciona mejor en el rico, y si papá puede pagarle a su hijito 30.000 € entonces el esfuerzo es mayor por parte de ambos que cuando el electricista paga 1.000 € para que estudie el suyo, o dicho de otra manera, la universidad en España es mediocre porque la llenan los hijos de los pobres de mierda, pero será mucho mejor cuando sepamos dejarlos fuera. En este punto, ya me encontraba yo en un éxtasis tan magnífico que con los medios suficientes no hubiese quedado ni un rascacielos en pie sobre la tierra. Pero por si fuese ya poco lo dicho, el hombre de Wisconsin se atrevió todavía a añadir que el estudiante español practica el escapismo, que apenas termina una clase ya se da a la fuga, mientras que en EEUU se rodea al profesor y se le suplica bibliografía, lo que sin duda podría suponer una amenaza para la hora del almuerzo Pero no se crea que es una diferencia de hábitos o automatismos, no, porque se trata de una disposición psicológica distinta hacia el conocimiento y las responsabilidades que implica, pues el universitario americano no se oculta ante sus profesores, quiere ser el mejor y se ofrece, no como hace, según dijo el hombre de Wisconsin, el universitario español, que teme la aceptación social de su talento. ¡Ahí lo tenemos, menudo criminal el universitario español de familia humilde, qué cara nos cuesta su osadía! ¡Pero qué coño ha aprendido el Tortella este exactamente en Wisconsin, si no tiene más que prejuicios y supersticiones clasistas, el muy tirano! Quiero decir, no obstante, que se cumplió el dicho académico español "cualquier tonto es capaz de dar bibliografía", y citó la popular obra de Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff This Time is different, que modestamente recomiendo.
Dice un buen amigo -curtido como un pergamino complutense en el ambiente académico español- que los profesores universitarios españoles no se parecen a los de ninguna otra parte, "ni siquiera a los franceses. Aquí, tan pronto inician el asalto a la cátedra, les sobrevienen a todos unas ínfulas así como de caballo árabe y de papal infalibilidad". Me permitiré completar su observación: y si además tienen un doctorado por una universidad de Wisconsin, entonces se trata de caballo árabe montado por sátrapa.


Yvs Jacob 

viernes, 4 de enero de 2013

De la decandencia de Occidente a la involución cultural de los españoles

Blasphemy, se ha dado usted un empacho de meandros y en ocasiones lo he apreciado indeciblemente rojillo, no obstante el optimismo admitido al final, que le sienta siempre muy bien a un año nuevo. Rezagados vamos, en efecto, y mientras nuestros gestores continúen pensando que la cultura o razón de ser de un pueblo es algo que adquiere en la medida en que una nación o algunos de sus ciudadanos se enriquecen, nunca saldremos del Tercer Mundo. Yo soy pesimista, sin embargo, porque el gobierno del PP, ya en el Reino de España o en alguna de sus regiones, y siempre bajo la superstición de que liberalismo es igual a modernidad, perpetúa todas las instituciones imaginables de la pobreza, y sólo hay que dar un paseo por Madrid para observar que ya impera la ley de la selva: pedigüeños de lo más variopinto por todas partes, ladrones de los que ahora dicen "por necesidad" -¿acaso los hay por vicio, que sería ya lo más preocupante?-, buscadores de tesoros entre los cubos de la basura, jóvenes analfabetos expulsados del mercado laboral y satisfechos por esa suerte, una casa de apuestas en cada esquina y el proyecto de un megacasino como principal solución al problema del desempleo. Lo siento, soy muy pesimista.
Me gustaría añadir algo a propósito de su mención a Alemania. La información que llega a España no deja de presentarnos casos de corrupción recientes, ya en el trasplante de órganos o en la venta de títulos universitarios, luego no se me ocurriría pensar que todo lo alemán es bueno per se, sólo faltaría caer en tal ingenuidad. Lo que yo admiro de Alemania es el modo como un pueblo cuida de sí mismo: 80 millones de habitantes y una tasa de desempleo menor al 8% entre su población activa significa que existe una educada clase empresarial que comprende que toda actividad económica conlleva una gran responsabilidad social y un compromiso nacional. Aquí, sin embargo, cualquiera que pueda conducir un camión o pegar un ladrillo nos vale, lo importante es que se conforme con poco y no moleste cuando las cosas vayan mal. Por supuesto, tampoco creo que Alemania es la culpable de los males de España: España es un problema exclusivo de los españoles, los españoles son un problema exclusivo de los españoles; o mejor, los españoles tienen lo que se merecen.
Le agradezco su reconocimiento y buenos deseos. En mayo o junio Basuragurú cumplirá cinco añitos, quizá entonces podamos publicar una exclusiva, "Toda la verdad sobre el 'caso Carromero'" -le confieso que me tiene obsesionado este asunto, ya sabe, niño rico del PP que viaja a Cuba por la fatiga que le produce ser asesor del Ayuntamiento de Madrid en el distrito de Moratalaz y se ve envuelto en un accidente de circulación en el cual fallecen dos reconocidos disidentes cubanos; ésta sí que es para mí la noticia del año, sobre todo porque el PP había buscado durante años ridiculizar al PSOE por sus buenas relaciones con Cuba y Venezuela, y ahora resulta que aquellos gobiernos de los que antes se burlaban son los mejores interlocutores, ya se trate de negociar el petróleo a un buen precio o de sacar de la cárcel a este desgraciado que tenía la vida resuelta hasta que le asaltó la fatalidad. Pero no se preocupe por él, pues parece que el PP tiene en marcha un plan de rescate del reo, ya en España, y Esperanza Aguirre ha acudido a la prisión de Segovia a llevarle una cajita de mazapán (en condiciones normales, que a uno en la cárcel lo visite Esperanza Aguirre sería un guión escrito para Tim Burton). Y no me explico cómo he llegado a desarrollar este reflejo, que apenas se da a conocer un movimiento de Esperanza Aguirre se me despierta un vivísimo interés, además de ponerme de inmediato a cubierto.
Un saludo.


Yvs Jacob

jueves, 3 de enero de 2013

Mierda cruzando la calle

Ahí la tenéis, cruzando tan solita la calle, tímida y desafiante en un peligroso paso de cebra donde podría sufrir el brutal atropello de algún conductor, víctima de su desprecio, ¡ay, qué penita siento...! Una mierda abandonada a la suerte, una mierda a punto de irse... a la mierda. Quién la ayudase a cruzar la calle a esa pobre mierdecita, madre... quién será su buen samaritano, ejemplo de cristiandad, quién la cogiese en su mano, en su pie para ayudarla a cruzar al otro lado, tan desvalida, mare, una mierda española... ¡ay, quién fuese el barquero!, tan pequeñita como es, apenas una mierdecilla, una mierda insignificante, una pobre mierdecita española a la que no le han salido los dientes. Debe de ser dura la vida cuando se es una mierda, la vida de una mierda pequeña, pequeñita... Olvidada por todos, nadie quiere saber nada de una pequeña mierda. Hay otras, sin embargo, que son mierdas arrogantes, impetuosas, vanidosas y petulantes, hay mierdas imponentes, mierdas orgullosas, despampanantes; hay mierdas del tamaño de antiquísimos meteoritos sobre la tierra, mierdas donde se podría levantar un campo de fútbol, mierdas donde se podría jugar la Champions League, mierdas perfectamente visibles calles y calles en la distancia, mierdas como la obra de algún dios, mierdas divinas, inconmensurables. Y también están las mierdecillas, las mierdecitas, las mierdas pequeñas, las mierditas, las mierdinas, las mierdis... Bien mirada esta mierdecilla tan pequeña, mirada bien de cerca, parece que hubiese sufrido la furia de algún viandante desconsiderado, un déspota, un intolerante, la ira de una rueda de bicicleta, esa rueda fina, sutil, liberticida y divisionaria, porque esta mierdecilla ha perdido su integridad y adoptado el aspecto de dos mierdas menores, y no por ello menos mierdas. ¿Será una propiedad de la mierda la disgregación de la materia? ¿Qué nombre habría de recibir el proceso por el cual una mierda da lugar a dos, a tres, a cuatro hermanas mierdas...? ¿No es una auténtica pasada ser una mierda española? ¿Y quién no ha pisado nunca una mierda indefensa? Porque hay quien piensa que indefenso es aquel que pisa la mierda, pues la mierda aparece donde menos se la espera -algo tiene la mierda que la hace escurridiza, taimada, disimulada, presta... Pero indefensa está la mierda, porque ella es inocente -mierda es no tener voluntad, mierda es no ser más que eso, una mierda. La mierda cae allí donde se la aprieta, luego no es propiedad de la mierda la ubicuidad, por mucho que a veces sea viajera, pero la mierda es sólo eso, una mierda -la mierda, se comprenderá que no sea de otra manera, se deja llevar, se carga con ella, se puede ser portador de una mierda, y en ocasiones, también se pega la mierda, pero no porque ella así lo quiera, ay, pues querer ella no quiere una... Qué penita más grande la que siento por ella... Yo al 2013 le pido que alguien se haga cargo de esa pobre mierda, alguna alma buena que la ayude a cruzar hasta la otra acera.


Tocomocho para Basuragurú