domingo, 6 de marzo de 2011

Filmoteca Española exhibe una copia en buen estado

En el cine Doré no se hablaba de otra cosa, y tras la proyección de la película se produjo una avalancha hacia el despacho de la gerencia, que resolvió a favor de los espectadores descontentos la devolución del importe de su entrada.
Que Pulp Fiction sea una película de 1994 podría invitar a creer que, en efecto, no ha transcurrido el tiempo suficiente para que una copia envejezca. Pero, ojo, hablamos del cine de la Filmoteca Española, y como quiera que lo consigan, siempre se las apañan sus gestores para procurar a los habituales de la sala una copia entre las que peor se encuentren, cuando no la peor, y casos se han dado en que sólo gracias a la distribución de un complemento -una gafas, un libreto, un narrador externo...- se ha podido participar de la ficción que une los fotogramas, si bien tras la película unos asistentes decían que el protragonista era Gary Cooper, y otros, que Tony Curtis.
Tengo que decir que he visto películas allí que, aunque estrenadas en el 2008 o un año antes -o después-, parecían haber sido atravesadas por el haz de luz muchas más veces que cualquier reproducción de Some like it hot, y otras incluso anticipaban la era 3D, sólo que en vez de emplear varios proyectores para una misma película, es posible que, al dirigirse a un público intelectual y madrileño, se proyectasen varias películas en la única pantalla.
Entre los asiduos se ha originado el mito que explicaría la cualidad de la Filmoteca Española para suministrar a su público las copias "envejecidas o en mal estado por necesidad". Al ser un tipo de cine consumido en su mayor parte por dinosaurios, se debería a una propiedad perdida de las retinas, sin la cual no es posible percibir imágenes con buena definición, inconveniente que obliga a los técnicos de la Filmoteca Española a acelerar la degradación de las copias, lo que explica además el alboroto crónico del patio interior, donde los técnicos juegan el partidillo con las latas hasta ajustarlas a su estado óptimo de proyección para el público intelectual madrileño.
Si la copia de Easy Rider que se proyectará a final de mes es la misma que tuve la oportunidad de disfrutar hace diez años, cuando ya no me atrevía a decir si iban tres o cuatro personas sobre la misma moto, ese día habrá lleno absoluto en la Sala 1 de la Filmoteca Española.


Yvs Jacob