viernes, 30 de diciembre de 2011

¡El Gobierno de Mariano Rajoy congela el salario a los funcionarios!

¡Tooontos, tooontos, tooontos!
Eh, amigos, ¡pero qué está pasando! ¿No resulta todo esto demasiado familiar? ¿No se parece demasiado a un acceso de acidez? ¿A nadie le suena este rollo? ¿Pero acaso no habían votado los españoles de bien al PP (los demás, ya se sabe, esos han vendido Navarra) porque conocía todas las fórmulas y medios para convertir las crisis económicas en agua, en polvo, en nada? Y ¿cómo es que nos vienen ahora los "populares" con remedios tan repudiados cuando los imponía un gobierno socialista en su empeño por hundir a España en el desastre? ¿Pero no nos habían dicho que Mariano "el notarías" venía con la solución bajo el brazo? ¿No nos habían hablado de "cambio"? ¿No era Mariano mismo el cambio? Y un gobierno dirigido por un mesías, ¿no debería presentar ya la dimisión ante el constatado fracaso de su gestión? ¿Acaso no puede ocurrírsele al mesías otra cosa que la congelación de los salarios como estrategia para sacar a su país de una situación crítica? ¿Es eso auténtica sabiduría? ¿No lo habíamos llamado ya "incapacidad"? ¿Y no deberían pedir los medios de comunicación en general, y los de la exigente derecha opinácea, la dimisión en bloque del sabio mesías y de sus ministros aventureros? ¿No habíamos llamado a un gobierno anterior "incompetente" por su falta de imaginación para resolver los problemas de la economía? ¿Qué diremos de éste que ahora esgrime el sacabocados del zapatero para taladrarnos el cinto hasta la parálisis de la columna vertebral y su posterior tronchamiento? ¿No deberíamos sentirnos estafados, engañados, ultrajados, envilecidos, vapuleados, idiotizados y burlados por las ilusiones vanas de un mesías menor? ¿No deberíamos empezar ya con las movilizaciones, con la oposición salvaje, con los obispos peleones que se desviven por la paz y el bienestar de los hombrecitos? ¿O estamos todavía demasiado aturronaos?
¡Oh, con qué placer nos ha comunicado hoy Sorayita a los españoles que el déficit público se eleva casi al 8%! Ya podemos imaginar las portadas y editoriales de los medios de la derecha opinácea: "Vinieron con la mentira y con la mentira se fueron", "Rodríguez Zapatero mata incluso después de muerto"... Pero seguro que ni una palabra de las soluciones mágicas de Mariano "el notarías"; mágicas, y no tanto, que tras conocer la medicina para combatir la crisis que nos ha comunicado hoy la vicepresidenta "que más poder acumula" no hacían falta procesos electorales ni cambio, porque ¿cambio...? ¿De qué?
Y menos mal que, en lo que al déficit se refiere, una décima supone una cantidad enorme de dinero, porque hubiera fardado más la vicepresidenta "que más poder acumula" diciendo que el déficit supera el 70%, pero ya conseguirá la derecha opinácea dar un golpe de efecto similar al logrado con la cifra de abortos del presente año: cien abortos más convierten a España en el paraíso de las frescas. ¡Y esto acaba de empezar!


Yvs Jacob


P. S.: ¡Tooontos, tooontos, tooontos!

miércoles, 28 de diciembre de 2011

No fue violencia de género, es que se lio...

Y los españoles, a lo nuestro: en vez de identificar un problema cultural y buscar los medios adecuados para resolverlo, nos metemos de lleno en disquisiciones filológicas, pero siempre triunfa la visión de la moral conservadora, esto es, si no hay acuerdo en cuanto al modo como la realidad se refiere, tal realidad no existe. Por supuesto, los problemas sociales son invenciones de la izquierda más incompetente, porque en el mundo de verdad, un mundo como Dios manda, las cosas pasan. Si uno percibe un salario miserable, "mire usted..."; si los empresarios son insaciables, "la vida es así"; si no hay justicia social, si fracasa la redistribución de la riqueza, "qué quiere que le diga"...
Se llama infantilismo en política a la cerrazón de un gobierno de derechas en no dejar ni huella de cualquier avance social impulsado por un gobierno de izquierdas anterior. Y es así como ha llegado el PP con los productos de limpieza, pero cuidado con el amoniaco. Para no dejar ni huella de los problemas inventados por la izquierda española, se les ha ocurrido a los "populares" que debe ser abandonado el lenguaje con que eran referidos. No les ha faltado ingenio, la verdad: no hay otro país en el mundo que contabilice a las víctimas de la violencia machista dentro de un delito tipificado, y aunque sean tantas -o más- en cualquier país europeo, si la ciudadanía ignora la cifra y el tipo de asesinato, ¡problema resuelto! -hay formas de la delincuencia que son menos patrióticas que otras, y no queremos que se piense mal de los españoles.
Pero no está de más que un pueblo revise los fundamentos de su cultura, y tampoco que se entienda la pluriformidad de la violencia. Por ejemplo, el Gobierno que preside Mariano Rajoy -e insistió el presidente en su saludo a las Fuerzas Armadas en su incrédulo presidir...- sólo cuenta con cuatro ministras, si bien le hubiesen correspondido dos más. Que un primer ministro de un gobierno progresista no alcanzase a copar la cuota de igualdad podría llegar a justificarse por la inmadurez de la democracia española, el corto período de bienestar extendido, quizá no suficiente para formar por igual a los miembros de ambos sexos en el espíritu progresista de la gestión de los asuntos públicos. Incluso inverosímil, esta justificación no exige demasiadas tragaderas. Ahora bien, que no haya bastantes mujeres en la derecha para gestionar al modo de la derecha, esto es, cuando menos, sorprendente. Por supuesto, sobre la paridad, ni la menor queja entre las mujeres de la derecha, y si no llegan a ocupar algunos cargos, pues por algo será, se dirán unas a otras. Hay que observar lo siguiente: en el mundo de los pobres, un loco te mata; en el de los ricos, un tonto se hace cocainómano y te deja por otra, pero vas un día a esquiar y conoces a Chechu, que también tiene dinero, aunque es un poco gilipollas. Pero es que la vida es así.


María Malamenti para Basuragurú

lunes, 26 de diciembre de 2011

Ninguna confianza en el Gobierno de Mariano Rajoy

No voy a ocultarlo: estoy deseando que "la marianada" se dé ya el primer leñazo. Y espero impaciente conocer quién la liará antes que los demás, porque es seguro que poco a poco irán ofreciéndonos todos los miembros de este nuevo Gobierno lo más circense de sí mismos. Todo se andará: a uno lo ponen ahí y no tarda en creer que es la mismísima obra de algún dios.
Después de dos legislaturas de gobierno del PSOE, había perdido esta curiosidad insana que han practicado con tanta mala fe los medios de opinión de la derecha, el ansia del batacazo, ese placer malévolo de ver a un gobernante al que se desprecia precipitarse y caer, y chocar, y pisotearlo ya en el suelo, ni un hueso indemne, ni un diente en su sitio, nada. Un regodeo semejante en la desgracia de los españoles... ¡hacía tanto tiempo que no lo sentía!
Tras ver por televisión las juras de algunos de los ministros, me ha quedado ese regustillo de peli mala, de teatrillo independiente y callejero, tan vergonzoso, de pésima interpretación, de inverosimilitud, de falta de coherencia, de estafa... También he percibido al PSOE empequeñecido, tan reducido, tan chato, siempre empeñado en una suerte de bien que la ciudadanía desprecia por su incapacidad moral para asumir el ejemplo de un modelo ético superior. Elena Salgado advertía de que el PSOE practicaría una oposición responsable y leal, pero esto no se lo agradecerá nadie. Por otra parte, igual que el PP ha perjudicado a los españoles durante años sin la menor carga emocional, así podría perderse otra legislatura sin el menor cambio. Y dicho con total sinceridad: a la vista de la medicina con que se ha presentado el PP, es claro que ni se ha entendido el problema al que se enfrenta España ni se emplean los medios adecuados -hace falta otra cosa que la razón para entender que el desempleo se combate con más desempleo, que un gobierno que se dice "mejor" crea las condiciones para un desempleo mayor, y que un pueblo que busca resolver su problema de desempleo entrega el gobierno a quienes brindaban con champán apenas se conocía la cifra del mes correspondiente. Nada de esto se puede entender.
Descartado Esteban González Pons -pobrecito, después de todo lo que ha hecho...-, yo apuesto por Ana Mato -desde luego, ¡qué miedo! Ya ha visitado con las cámaras de televisión un hospital: ¡como si no estuviese uno allí lo bastante jodido! ¡Es que son insaciables!


Yvs Jacob

jueves, 22 de diciembre de 2011

Y ahora, el "Botellazo"

Es inútil intentar cualquier cambio en la concepción de la política de los españoles cuando la escena es dominada por los aventureros. Sospecho que los dirigentes del PP nunca han superado una prueba real que pudiese ofrecer a los ciudadanos su valor de manera incuestionable. El caso de Madrid, ciudad y Comunidad Autónoma, es, una vez más, ejemplar. La concentración de una clase media-alta de gran volumen en la capital garantiza casi con seguridad la victoria de la fuerza conservadora en todas las elecciones. Por otra parte, la población de los restantes municipios madrileños es menor que la correspondiente a la gran urbe, y en una época en que el título de "trabajador" se ha convertido en vergonzoso para muchos de ellos, el PP parece condenado a triunfar sin solución. Tal ventaja ha llevado a la confusión a Esperanza Aguirre, por ejemplo, y es posible que confunda también a Ana Botella. De nuevo, termina en un cargo principal de la gestión de lo público uno que andaba por allí, porque a estar por allí es a lo que se dedica en política el aventurero.
Ana Botella no es Hillary Clinton; Ana Botella no es concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Madrid, ni será nunca su alcaldesa. Ana Botella es la esposa de Josemari, y aquí es, como decía un gran profesor, donde un español siempre remata: "y punto". Cualquier otra afirmación sólo justifica lo ya dicho: la esposa de Josemari.
De Alberto Ruiz-Gallardón se ha dicho muchas veces no lo que a él le gusta creer -eso de "un verso suelto"-, sino que es un lobo con la piel de cordero. Y lo hemos vuelto a ver. Muchos ignorantes lo han votado al constatar que la ciudad de Madrid ha emprendido desde hace años una gran transformación, dudosa e inquietante para mí, aunque el gran gestor sienta sobre ella el poder casi divino de quien dispone a cuenta de los demás. Así, mucho clamó la derecha mediática contra el "Plan E" del anterior gobierno socialista, un gasto irresponsable e innecesario en un momento crítico, "nos dijeron", pero nada se ha arrojado contra el alcalde de Madrid, que con tanto desparpajo ha gastado -"por mí, por ti y por todos los demás...". Tal vez porque estamos en la era de las hipotecas a terceros -la pido yo y la pagan mis nietos-, ninguna iniciativa popular ha llegado hasta el Ayuntamiento con la solicitud de un poco de contención -"manirroto, que lo tuyo es de ludópata". Por supuesto, el alcalde tenía sus planes: aquí nos ponemos como locos con la hormigonera, que tan pronto el COI nos conceda unos juegos olímpicos no va a quedar ni un agujero por tapar. Pero Hans Christian Andersen fue un escritor de cuentos danés, y aquí hemos gastado dinero con más alegría que si cayese café del cielo. Claro, ¡a nadie se le había ocurrido! Las demás administraciones están dirigidas por idiotas, ¡mira que no atreverse a gastar lo que no se tiene! Y todavía es más hilarante que ahora, cuando llega el PP al gobierno de la nación, haya preparado el Ayuntamiento de Madrid cuñas publicitarias de su oficina de empleo, para la que ha recuperado un edificio en la Puerta de Toledo. ¡A buenas horas! ¿Acaso no nos recordó bastante el gran líder que ya somos 5 millones mirando a las musarañas? Y hay que ver ¡qué tontos son esos socialistas! Keynes "sí", Keynes "no"...
"La última" de Ruiz-Gallardón ha sido el "Botellazo", y ha acertado de pleno. Muchos piensan que Ana Botella no ganaría en Madrid; les animo a que no olviden a José María Álvarez del Manzano, que ideó el sistema de "ir ligerito" en las manifestaciones: arreando que vienen los "barrenda". Que nunca ha sido muy listo el chulapo, vamos...


Yvs Jacob

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Mucho PSOE por hacer frente a la gran nada

Recomiendo la lectura de esta solicitud a cargo de algunos miembros relevantes del PSOE, un gesto de singular importancia y que sólo un gran partido político puede proponer a la sociedad que aspira a gobernar -una vez más, el PSOE traza la línea que su principal adversario nunca atravesará. Se invita a militantes y ciudadanos a elevar propuestas que ayuden a redefinir la socialdemocracia, que muchos piensan ha consumido su tiempo histórico, con el objetivo de recuperar la confianza en el electorado y adquirir, según lo entiendo, un compromiso respecto de las actuaciones de un futuro gobierno socialista al que sus votantes puedan seguir mirando con reconocimiento. Quiero manifestar mi decepción por el modo como los medios de comunicación están tratando el asunto, al interpretar que la petición se hace contra la herencia de Rodríguez Zapatero y para apartar a Pérez Rubalcaba de la carrera por la secretaría general. Si se interpreta de esa manera, todo empieza mal -si los medios de izquierdas sólo buscan crear la noticia, será mejor que quienes de verdad se preocupan por la recuperación del PSOE los dejen de lado.
Supongo que empezarán a llegar propuestas de lo más variopinto. Creo que es mejor que no se trate el asunto de si las papeleras deben incorporar o no el cenicero. A mí se me ocurren muchas en detalle y una generalidad que diré espiritual, como horizonte.
Ahí van algunas.

1) La ley existe, es bella y se cumple. Y se cumple siempre, sin permitir que en ella aparezcan fisuras, espacios donde impera y se fortalece el vacío de la ley. Para los ciudadanos, lo primero tiene que ser la ley, el conocimiento de la ley, el respeto a la ley, el temor a la ley si es necesario. Con dinero o sin dinero, la libertad es siempre una ley.

2) El mundo de los hombres es el mundo de la ley; la sociedad sólo existe cuando todo, absolutamente todo, está regulado, y cualquier resquicio es un refugio para la delincuencia y la inmoralidad. Confiar en la capacidad del azar como fuerza reguladora no es más que otra utopía que también ha fracasado.

3) La izquierda no puede echarse sobre sus hombros la salvación del mundo entero, sino la de este mundo. El ideal de la redención de la humanidad sólo puede construirse de manera lenta y precisa, y aquí no caben la ingenuidad ni el cálculo sobre los efectos a largo plazo de las buenas acciones de los gobiernos en lugares remotos. La sola generosidad no resuelve ningún problema; España debe ofrecer y exigir eficacia, o no ofrecer nada.

4) El presente es el mundo del dinero; todo cuesta. No se debe permitir que los ciudadanos se construyan una idea equivocada de la capacidad de su gobierno para gestionar aquello en lo que el ciudadano participa poco o nada. El gobierno no tiene dinero, el gobierno gestiona. El gobierno no hace hospitales: los hospitales se hacen con dinero. El dinero no cae del cielo; el dinero exige de todos la responsabilidad de aportar para cubrir las necesidades de la sociedad. Cada uno según su capacidad, pero todos.

5) La socialdemocracia española debe estimular en los ciudadanos la idea de que la nación es mucho más que un equipo de fútbol. Hay que mostrar a los ciudadanos la importancia de la unidad de una nación plural, y hay que mostrar a los partidos nacionalistas soberanistas el límite de lo que puede ser conseguido sin perjudicar la unidad de la nación plural. Por supuesto, debe aclararse, sin ninguna ambigüedad, que jamás -jamás- serán posibles procesos independentistas democráticos en España. La unidad real es innegociable.

6) El adversario de la socialdemocracia es la derecha conservadora; el aliado de la socialdemocracia no es la derecha nacionalista. La socialdemocracia no puede ser vasca, gallega o catalanista. En un Estado que ha desarrollado tanto sus administraciones regionales, lo gallego, lo vasco, lo catalán... han llegado a su máxima realización dentro de la nación plural. Cualquier negociación para satisfacer las ambiciones nacionalistas sólo alimenta la mitología.

7) La educación es el servicio más importante que un Estado puede prestar a la sociedad. Por mucho que la nueva pedagogía haya descubierto que el aprendizaje puede endulzarse con los medios adecuados, el aprendizaje debe reconciliarse con el esfuerzo. La educación debe ser ambiciosa y exigente. Así dicho: la educación debe ser aristocrática.

8) Es imprescindible abundar en una educación cívica y ciudadana, por mucho que se oponga la parte más conservadora de la sociedad. El próximo secretario general del PSOE debe insistir en el Parlamento sobre la recuperación de la asignatura de Educación para la ciudadanía como prioridad tan pronto se alcance el gobierno de la nación; sin una educación moral, la sociedad vive en el caos.

9) En la gestión de cualesquiera competencias por parte de las Comunidades Autónomas debe existir siempre la seguridad de que el Estado vigila las decisiones de los gobernantes regionales -descentralización no puede significar desintegración; el bien de los españoles no puede convertirse en el mal de los españoles.

10) Hay que limitar temporalmente el ejercicio de los cargos públicos en todas las instancias de la gestión administrativa, y hay que desacostumbrar a los aventureros de la política a ambicionar el cargo como fin en sí mismo, el poder, la legitimidad de la representación como lo más deseable. No existe ninguna inteligencia, ningún carisma tan sobresaliente que no agote la paciencia de los gobernados.

11) Un gobierno socialdemócrata debe estimular la sindicación de los trabajadores, y debe solicitar a los sindicatos la observancia de la responsabilidad laboral de sus afiliados. Los sindicatos no pueden llegar a convertirse en el punto débil de la izquierda, como ahora sucede, sino en su punto fuerte. Un gobierno de izquierdas debe desapegar a los sindicatos de cualquier subvención; la fuerza de un sindicato proviene de sus afiliados y de su independencia en todos los ámbitos. Un puesto de trabajo, un sindicado, ésta es la fórmula.

12) Un gobierno de izquierdas debe intervenir activamente en todos los ámbitos en que la ley de la oferta y la demanda se convierte en una estrategia para la estafa de la propia sociedad. El salario mínimo interprofesional, el precio de compra, venta y alquiler de viviendas... todo esto se encuentra en una situación de inmoralidad y delincuencia, y debe ser regulado con ambición, siempre de acuerdo con la renta y capacidad económica real de las familias españolas, y no abandonado a patrones externos.

13) Hay que fomentar una educación empresarial que tenga como finalidad el progreso, el bienestar y la satisfacción espiritual de la nación. Si se fija por ley un salario mínimo interprofesional indigno, el empresario español no se exige nada por encima de eso. Un salario no debe ser suficiente para comer, sino para vivir, que son aspectos sustancialmente diferentes.

14) La actividad financiera se halla en estado de enloquecimiento severo y usura feroz fortalecida por toda suerte de subterfugios. El ciudadano debe asumir su responsabilidad cuando solicita un préstamo a una entidad bancaria, pero un gobierno de izquierdas debe mostrarse intolerante con todas las expresiones de usura y robo que practican esas entidades.

15) En Europa hay que saber decir y hay que saber decir No. La nación española tiene su historia y tiene sus intereses. Hay que buscar el modo de romper con la dependencia económica europea para adoptar una posición fuerte y de liderazgo. El lugar de España en la UE debe ser reflexionado: los españoles han perdido gran parte de su capacidad productiva a cambio de una salida directa en los aeropuertos -claramente, han salido... perdiendo. Deben reconsiderarse las cuotas y las subvenciones, y no se debe ceder en cuanto a la importancia histórica de sectores tradicionales -como se ha podido ver, la reconversión conduce sólo al desempleo. Hay que empezar a usar con desparpajo el as guardado en la manga, como hacen los demás: Europa podría no ser buena para España.

16) El fortalecimiento de la economía española debe implicar a todos los sectores y a todos los ámbitos y clases dentro de la sociedad. Los impuestos son tan bellos como la ley, y deben ser tan justos como ella. La economía no es un problema del gobierno, es un problema cultural.

17) España no puede ser el lugar de acogida de inmigrantes sin fin ni el refugio de delincuentes cuyo abuso de la libertad perjudica a los intereses nacionales. Respecto de los delincuentes europeos que se han establecido en España, hay que manejar con rigor los instrumentos legales que la UE dispone para los Estados. Hay que atreverse a suspender el espacio Schengen cuando sea preciso, hay que advertir a los Estados que no hacen los esfuerzos más notables para combatir la delincuencia que España no tendrá tampoco paciencia ni generosidad con ellos.

18) Hay que asumir que la inmigración ha llegado a convertirse en un problema, hay que afrontar con responsabilidad que es así. Esto implica una reflexión acerca del modo de vida español y de la perpetuación de las formas de la pobreza. En el mundo del dinero, la libertad cuesta.

19) Un primer ministro en el gobierno de la nación española no tiene que comportarse necesariamente como un presidente de la República de Francia. Cuando gana una lista, gana un partido, y un partido fuerte debe contar en sus filas con los elementos adecuados para gestionar todas las competencias -la independencia de un independiente es un problema personal.

20) El PSOE es un partido nacional; allí donde esto no se entienda, deben afrontarse la ruptura y la refundación de una nueva federación con responsabilidad nacional.

Por supuesto, pueden añadirse aquí muchas más observaciones, y no hace falta demasiada imaginación para advertir en cada una de ellas el modo como gran parte de la sociedad española ha perdido la fe en la socialdemocracia, hasta el punto de no saber si los problemas que atacaba el anterior gobierno eran reales o ficticios, por su ineficacia para satisfacer los intereses más inmediatos.


Yvs Jacob

martes, 20 de diciembre de 2011

¡Lucía Etxebarria abandona la literatura!

¡Oh, joder, joder, joder! ¡Maldita sea tu estampa, Steve Jobs! ¡Maldita la tecnología asesina! ¡Maldita tanta avaricia! ¡Mirad lo que habéis hecho a la pobre Luchi! ¡Malditos seáis todos, internautas!
¡Oh, estoy jodido, jodido, estoy realmente jodido! ¡Esto no puede ser, coño! ¡Y encima en Navidad! ¡Ojalá me pasase por encima un Papá Noel cargado de renos...! ¡Mundo apestoso! ¡Humanidad suicida! Si Luchi ya no escribe, ¡yo no quiero vivir más!
¿Y quién citará ahora a Guy Debord? ¿Quién se ocupará ahora de nosotros, que no somos como los demás, que somos Luchi...? ¿Quién llenará nuestra imaginación con las más atrevidas y desafiantes fabulaciones contraculturales? ¿Quién nos elevará a los más alto de la cúpula celeste, donde apenas se llega con el dedo índice y un poco de poesía, si Luchi ya no está...?
Pero me dice un buen amigo que Luchi está en su derecho de abandonar la literatura, y que la literatura ya la abandonó a ella y no montó ningún escándalo. Claro, ya estamos exprimiendo el limón en la herida bien abierta, ya estamos hurgando con la pluma en el tejido venoso. Le aclaro que Luchi es una autora de culto, y él me dice que no, que es porno. Aquí, siempre faltando; para las cosas de Luchi, ¡hay que ver cómo somos...! ¡Malos, malos, malos!
Estoy mirando en la agenda del móvil porque me habían dado el número de varios indignados, a ver si hacemos algo allí en el árbol que Ágatha Ruiz de la Prada diseñó para decorar la plaza de la Espe, seguro que conseguimos revertir esta desagradable situación con una orgía y un huerto.
Luchi, ¡vuelve, vuelve, vuelve! Te prometo que jamás he descargado un archivo digital de tus obras y que nunca lo haré.
Yo lo que creo es que Luchi necesita un poco de cariño. Voy para allá con unas muy buenas ideas para otra novelita: son tres amigos, dos mujeres y gay senegalés, ¡y una de ellas lee a Michel Foucault!
¡Vamos, Luchi!


Tocomocho para Basuragurú

sábado, 17 de diciembre de 2011

Y la Espe nos habla de la libertad

Hace un par de meses dijo Félix de Azúa en Madrid que estamos gobernados por los mediocres. No le faltaba razón en absoluto, no obstante, eran unas palabras todavía generosas. De Azúa se refería a los que desde la etapa del capitalismo industrial avanzado se conoce como técnicos. Al técnico de la sociedad, en tanto que gestor, no le corresponden la expectativas, que no tiene, sino la burda disposición de determinadas acciones y de muchos silencios, justificados por la inconveniencia de afectar la reproducción de un modo de vida muy específico, la dulce esclavitud de no pertenecerse a sí mismo el ser humano, pero no importarle lo más mínimo. El gobierno ténico es, por supuesto, ideológico, y su mediocridad es de competencia, es decir, no se le pide otra cosa. Pero existe por debajo de la categoría del técnico otra clase de mediocridad que no se justifica en montos ni partidas presupuestarias, la mediocridad propia del analfabetismo, la mediocridad de quienes carecen del espíritu para los grandes asuntos, a pesar de que han sido aupados hasta los cargos donde debería tomarse cualquier iniciativa que condujese al progreso y bienestar, consolidado y extendido, de toda la sociedad. Si la primera mediocridad se acerca a la necesidad, por la competencia de la gestión, esta segunda es gratuita, la mediocridad de la incompetencia. Esta colonización de los mediocres en la política se aprecia como en ningún otro lugar en las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP, y la de Madrid supera cualquier cima imaginable para la más atroz mediocridad, la que produce Esperanzas. Lo Espe se traduce como el enigmático empeño de sentirse alguien llamado a intervernir en asuntos que escapan por completo a su comprensión, un enigmático empeño que incluye un elemento aznárico-mesiánico -en el caso de Josemari fue tan obvio que hasta supo cuándo marcharse, el momento de la adoración personal y de la admiración de la propia obra. Como sucedía a Josemari, la Espe tiene un problema de interpretación de la realidad, una confusión tanto en aquello que contempla como cuando dirige su atención hacia ella misma. La obsesión liberal de la Espe no es nada más que la expresión de su confusión. El liberalismo es el fin, y la Espe es el enviado, el medio. Yo me he declarado en muchas ocasiones liberal y me fascina la lectura de Herbert Spencer, pero ni soy británico ni creo que el liberalismo funcione en ningún país pobre en todos los sentidos; la estafa, sin embargo, sí. El liberalismo que enseña Herbert Spencer es uno nacionalista, aristocrático e ilustrado. Aquel liberalismo de Spencer tenía de hecho mucho sentido: el Imperio Británico dominaba la mayor parte del mundo, sin ningún competidor a la altura, y sus clases altas habían alcanzado un ideal de civilicación que todavía permanece, al constituirse como la más elevada realización de lo humano. El egoísmo liberal podía perfectamente contribuir al progreso de toda la sociedad británica; el perfecto liberal era sobre todo un caballero. Este esquema jamás podría funcionar en España: nuestros ricos son vulgares y no pueden admitirse como modelo en nada. Nuestros empresarios son unos tarugos, o nuevos ricos o lo bastante lerdos como para relacionar su actividad económica y empresarial con el progreso de la sociedad y la atención a la patria. Nuestros políticos sólo crean división en la sociedad: al apasionamiento de una parte despierta una reacción contraria e igual de intensa en la otra. En un país así, el liberalismo conduce al desastre.
Tiene que ver el liberalismo, en efecto, con la libertad, pero no seamos tan ingenuos, que es una libertad muy corta. Un proabortista, un defensor de legislar las condiciones de una muerte digna, éstos pueden no tener miedo a la libertad, pero si ese grito se utiliza para desregular el horario comercial, aquí la cosa da pena. Llama la atención el modo como desde la derecha sectaria se ha interpretado, por ejemplo, la ley de plazos para el aborto: ¡diríase que lo obligado es abortar! (¿Nos obliga la ley al divorcio?). Tal simplicidad en la interpretación de la ley es muy propia de la derecha española, y quienes se niegan a disfrutar de una libertad, no la quieren tampoco para los demás -una simplicidad intrusiva. Estoy conforme, no obstante, con que el aborto es una práctica violenta, pero nunca podría impedirla con mi voto -yo temo mucho más a quien considera que él no puede circular a 120k/h...
Ya hemos visto que el déficit público puede reducirse suspendiendo el empleo público -es cierto que aumenta el desempleo, pero el culpable sería un Gobierno de la nación, y no regional, de signo contrario-, y veremos que la desregulación del horario comercial terminará por confirmar el parentesco de la raza ibérica con la rata. Lejos de hacer un esfuerzo por comprender la originalidad de los pequeños comercios familiares madrileños, a nuestra presidenta se le ocurre que la mejor manera de pasar un piano por una puerta estrecha es partirlo por la mitad.
Cuando un gobernante no tiene miedo a la libertad no tiene tampoco miedo a una asignatura como Educación para la ciudadanía. Cuando un gobernante no tiene ni puta idea de en qué consiste la libertad humana en sociedad, sólo se le ocurre que la mejor solución para combatir el desempleo es desregular el horario comercial a las tiendas.


Yvs Jacob

jueves, 15 de diciembre de 2011

¡Descubierto el rincón secreto del gran líder!

De lo que nos vamos enterando...
Ya sabíamos que era Mariano Rajoy un ávido lector de diarios deportivos, pero que pasara tanto tiempo en el bar, eso tiene más gracia, y ya no me resulta en absoluto un enigma que los españoles votasen a la gran nada que se hace llamar PP, porque el candidato ganador de las pasadas elecciones generales legislativas se ajusta perfectamente a la idea que los españoles tienen de sí mismos -lo raro hubiese sido que ganase Pérez Rubalcaba, un infatigable trabajador... Y aunque los españoles no acostumbran a viajar en helicóptero, no están por ello menos flipados.
Pero ya puede uno imaginar que se pondrán en marcha peregrinaciones hacia el local de la calle de Fernando el Santo, y que los mismos que insultan a Rodríguez Zapatero a las puertas del Congreso poblarán el recién descubierto santuario, peleándose quizá por un servilletero sobre el que reposara un gemelo del hombre que ha venido a cumplir la Ley de Dios.
Y son muchas las preguntas que nos hacemos quienes nunca hemos tenido la menor curiosidad en el gran líder. Por ejemplo, ¿es hombre de barra, Mariano Rajoy, con el brazo extendido?, ¿tiene alguna mesa reservada, una limpia? Por ejemplo, ¿es un español de verdad, un Carlos Dávila de esos que se hurga con el palillo mientras se caga en to'? Por ejemplo, ¿cuál es la tapita preferida por el gran líder?, ¿se la ponen inmediatamente con la correspondiente bebida, o le sucede al gran líder como al resto de los españoles, que tienen que reclamar el privilegio de disfrutar de un trozo de pan duro y empapado al que le han atravesado un boquerón? Por ejemplo, ¿quiénes se sientan, si se da el caso, a la mesa con el gran líder?, ¿y de qué hablan en el bar?
La verdad es que resulta bastante triste imaginarse al gran líder allí en el bar, pensando en sus cosas (Hércules-Levante, "2"), no obstante, quién sabe si incluso ha tenido la ocurrencia de componer su Gabinete con unas cañas, y pronto aparecerá alguien con el mismísimo hueso de aceituna escupido por Mariano Rajoy cuando nombró para sus adentros a Ruiz-Gallardón como ministro de Fomento, ¡una auténtica orgía, vamos!
Ahora que el "Botellazo" parece más que inminente, podremos suponer que los plenos del Ayuntamiento de Madrid se convertirán en descacharrantes libretos de zarzuelilla, ¿no? -"la Puerta de Toledo tiene una cosa que se abre y que se cierra como las otras"... y todo eso.
¡Ay, cuándo se darán cuenta los españoles del lío en que nos han metido!


Tocomocho para Basuragurú

martes, 13 de diciembre de 2011

Hurtangarín, el talonmano y el duque de palma ancha

Algo huele a podrido en Dinamarca...
¡Hay que ver cómo lo estamos pasando...! Como ya sucediera con Marta Domínguez, España estrena presunto delincuente, y el genio nacional se aplica con las saetas, y quién sabe si para la Semana Santa tendremos por fin crucificado con lanzada en la tetilla.
Pero algo huele a podrido, y tal vez no sólo la poca ejemplaridad del duque, por el momento, sin probar. Para empezar, los españoles de bien no comprendemos qué interés podría tener el diario El Mundo en llevar esto demasiado lejos. Siempre nos había dicho El Mundo que España era algo que rompían los demás -los nacionalistas periféricos, la jovialidad del PSOE, los gays y las lesbianas, los sindicatos, los proabortistas...-, pero jamás hubiésemos pensado que pudiesen romper la patria quienes la tienen poco menos que en propiedad, al menos tal es su ficción, su responsabilidad infantil... No se comprende en absoluto que un diario que practica el conspiracionismo paranoico se nos presente ahora como garante de cualesquiera prácticas, incluida la periodística, y todo apunta a un mal cálculo dentro de un ejercicio de ocultismo.
En el problema de los dineros públicos se trata de saber lo siguiente: quién era el cerebro, quiénes sus colaboradores necesarios, quiénes sus instrumentos, cuáles las prácticas de todos, la estructura de la organización, la cuantía de la estafa o robo y si se podrá devolver o no. Y aquí puede aparecer de todo, desde amiguitos del alma hasta partidos políticos que no gastan de sus arcas ni el recibo del wifi. Como dice un buen amigo mío, aquí puede haber hasta pederastas, que es el non plus ultra de la infamia. Yo sospecho que el duque es una pieza menor, por mucho que desde la Casa Real se haya ofrecido ya la bandeja de plata para su cabeza, pero no creo que se trate, por ejemplo, de sacrificar a un miembro menor de la Familia Real para proteger a otro mucho mayor, sino que más bien se busca distraer al personal con un poco de circo sin que por ello exista algún peligro para el melón -ya se sabe, el asunto de si pasamos por fin a un sistema de gobierno totalmente republicano que dé con procesos independentistas a mano alzada en Catalunya, Euskadi y algún pueblecillo de Murcia. ¿Se atreverán los ideodos de El Mundo a prender esa mecha?
Tampoco creo que esté todo perdido para el duque -aquí faltan todavía por aparecer el personaje sorpresa, uno que siempre termina haciéndose la cirugía en São Paulo, y el loco, que éste sí que es la mar de resolutivo, y sirve lo mismo para aniquilar a una masa como para un descuido (además, lleva el asunto varias semanas en el hit parade y ni rastro, por el momento, de mochilas ni furgonetas...). Ya digo que no creo que veamos al duque en el banquillo como estamos viendo estos días a Francisco Camps, uno que, a pesar de tenerlo todo perdido, prefiere no apearse del burro y fingir que alguna vez tuvo honorabilidad -debo añadir que uno de los argumentos para su defensa, cuando sostiene que a veces era el guardaespaldas quien le prestaba tres mil euros para un pago en efectivo, debería registrarlo en la SGAE, porque hay quien se dedica durante toda la vida al humor y no consigue que te partas el pecho a reír como el amigo Paco.
Seamos pacientes, que mucho se dijo de las bolsas de sangre que guardaba Marta Domínguez en la nevera, y hemos llegado después a verla entrar en el congelador... Seamos cautos, la línea de investigación por la que están atacando los medios esta madeja huele demasiado mal...


Yvs Jacob

domingo, 11 de diciembre de 2011

Elvira Lindo reflexiona sobre los chinos

Y le da la risa. A mí también me dio la risa al leer las reflexiones de Elvira Lindo sobre los chinos.
Existe una izquierda en España que de tan buen rollo como quiere alimentar sólo despierta una inconsolable tristeza, y levanta una neblina opiácea donde cree dirigir sus apasionados propósitos. Según la izquierda guay, los valores se han repartido de este modo: todos para la izquierda, ninguno para la derecha. Que la derecha desprecia no es un secreto para nadie, no en vano ha entrado el mundo en la era del gran dinero y ha sido la fraternidad canjeada por la caridad; no obstante, que los sublimes valores de la izquierda acerquen de verdad unos hombres a otros y estimulen la convivencia y el respeto dentro de una sociedad multicultural y multiétnica, esto ya empieza a no creérselo nadie, y menos si ese milagro se pide sólo a los pobres y a su vicio por el amontonamiento. A Elvira Lindo le produjo risa que se acusase a los chinos del alto índice de alcoholismo juvenil, que se culpase al proveedor, y no al educador, de un mal social. A menudo se pone el grito en el cielo por la demagogia esencial de la derecha mediática, pero ya se deja ver sin la menor reserva lo mucho que enfangan algunos que se pretenden sensibles y críticos... de verdad. Qué se puede decir sobre el argumento... En algo tiene razón su autora: un padre siempre será el culpable de que un hijo salga gilipollas, no obstante, utilizarlo para blindar a los proveedores, eso es tan obsceno como cargar el peso de la masacre sobre las autoridades de Hiroshima por no evacuar a tiempo la ciudad.
La sociedad española, siempre tan ignorante y simplona, está postergando por demasiado tiempo una reflexión urgentísima acerca de su destino, y tanto el ciego laissez-faire de la moral económica como el no tocar del buenrrollismo de izquierdas están dejando paso a un vacío cívico, propio del desorden de un pueblo sin espíritu, que podría tener consecuencias impredecibles, y quizá no positivas.
Para defender a los chinos que se ganan la vida al margen de la legislación española en nuestro país hay que observar mucho más que una manifestación espuria por televisión y congratularse por las bondades del Estado de derecho frente a los totalitarismos. Hay calles en Madrid que atizan el alma con una aguda depresión cuando se recorren. Son estas calles los almacenes de la fealdad humana más abominable, donde se exhibe todo lo que la sociedad mundial es capaz de producir de más -¡hasta individuos! Hay calles en Madrid que son un escaparate de la depravación, calles con cinco, seis, siete comercios regentados por orientales, uno al lado de otro, con los mismos productos a la venta, abiertos en horarios que ninguna competencia nacional puede soportar, atendidos por mujeres y menores de edad que pasan su vida, desde las 10 de la mañana hasta la madrugada, encerrados en los escasos metros cuadrados que les concede la libertad de mercado, enterrados entre su propia basura, vencidos a su cosificación, y todo por nuestra bondadosa pereza y nuestra conmiseración -¡oh, los pobres chinos...! Y viene Elvira Lindo a celebrar que por fin se manifiestan... Pero no se manifiestan contra sus compatriotas explotadores, esos sádicos neocapitalistas; no piden asilo en ninguna embajada ni presentan denuncias por mutilación de lo humano, sino para que les permitan la venta de alcohol a partir de las 10 de la noche. Y a Elvira Lindo no le da la risa; los explotadores obligan a sus esclavos a que reclamen mayor humillación, y la izquierda guay española celebra su ¡por fin!
Todo esto es repugnante, intelectual y moralmente repugnante.
Debería esta aguda crítica de la realidad dar un paseo nocturno por Madrid. Yo no sé si en Manhattan existe alguna ley o si todo el mundo se la pasa allí por los cojones, pero el paisaje madrileño, apenas se va el sol, se convierte en un apocalipsis de los valores de la izquierda guay. Llegada la hora legal de cierre de sus locales, tras la dura jornada de explotación indoors, salen los chinos por fin a la calle, y lo hacen acarreando bebidas, que camuflan en los contenedores de basura y en el interior de los portales; pero es que tampoco cierran sus comercios, sino que pasan a una segunda fase, dígase stand-by, abierto hasta que no quede más remedio, hasta apurar los últimos veinte céntimos de beneficio del día, y si se gana uno la confianza del jefecillo chino, le venden allí lo que haga falta.
A mí también me dio la risa cuando vi las imágenes de la manifestación ante el Ayuntamiento de Madrid. Y luego lloré. Es tan patético y ridículo el pueblo español que hasta el bien lo hace mal. El desembarco chino que sufrimos no está aportando absolutamente nada que lo merezca, pero conseguirá perpetuar instituciones y formas de la pobreza que cualquier pueblo con responsabilidad combatiría sin concesiones. El desembarco chino por exigencias de la deuda soberana ha secuestrado parte de nuestra soberanía: en primer lugar, por ser el pueblo español uno que ejerce nula presión moral sobre quienes dentro de él vienen a vivir, y, en segundo, por la incompetencia de los dirigentes políticos, por su temor a que la ley brille y se cumpla -¡cómo se puede tener tanto miedo a la ley!
Muy a mi pesar, debo manifestar mi comprensión por una vez con los gestores del Ayuntamiento de Madrid y su duda acerca de la idoneidad de expedir la "segunda licencia". No basta con pagar impuestos si no se respeta ni se cumple la ley, ni se tiene la menor intención de vivir de una manera más digna en un país que ha tardado siglos en proporcionar las condiciones de posibilidad de la misma, si bien ha fracasado en su realización. Si los chinos traen sus formas de humillación y nosotros les ofrecemos la complicidad de ignorarlas, estaremos mostrando al mundo la raza miserable que siempre hemos sido. Y ya está bien de tanto buen rollo, coño; aquí hacen falta más civilización y más cultura.


Yvs Jacob

jueves, 8 de diciembre de 2011

¡Quedarse en vuestro barrio, coño!

Los vecinos del distrito de Centro en Madrid ya no podemos acoger más curiosos y viandantes en esta parte de la ciudad, y no nos cabe tampoco ni un delincuente. El acoso que sufrimos por parte del resto del mundo, espoleado por los ideólogos y dirigentes de la sociedad de consumo, por los fanáticos de la productividad y el asolamiento, está limitando aún más nuestras ya básicas libertades, nos priva de nuestra esencial intimidad hasta la mutilación de lo humano, y solicitamos a quienes tengan la intención de asomarse por el corazón de la capital que se queden en su barrio, en su municipio, en su país..., y no molesten más, coño, que hemos colgado el sold out.
Aquel placentero orinar en las calles para volver a beber y orinar... esnifar cocaína sobre el capó de los coches... abandonar los escombros de las obras domésticas en las esquinas, o el inverosímil acomodo de cuanto sobra en las casas abarrotadas por la obscena vulgaridad sobre la vía pública... volcar los contenedores, hurgar entre las bolsas de la basura, examinar los residuos ajenos en busca de algún tesoro orgánico o tecnológico, un resto, cualquiera que sea, con el que comerciar o contagiarse una enfermedad que mataría a un ser humano, pero refuerza la salud del madrileño, -natural o "naturado"-, hasta la inmortalidad... llevar al perro a mear a la puerta de algún vecino, o ponerlo a cagar en los lugares que el Ayuntamiento destina para sus excrementos, la misma entrada al portal de todos los demás... bajar la ventana del utilitario para atormertar a quien haya recibido el don del gusto aristocrático con el lamento monótono de la economía neuronal... todo esto ha terminado, todo lo hemos perdido con la llegada de la larga pre-Navidad. Porque hay gente por todas partes y a todas horas, gente desesperada con la esperanza de encontrar paz, amor y bienestar en los almacenes de la fealdad que han hecho de Madrid la misma y patética ciudad, con las mismas tristes y patéticas calles de todas las demás ciudades tristes, patéticas y feas que en el mundo occidental existen, tiranizada cada una de ellas bajo el imperio de la baratija planificada, del muerto de hambre desalmado y de la inagotable insatisfacción. Madrid es capital...
Esta sociedad apocalíptica que se invade a sí misma, sociedad ocupada con esmero en su propia destrucción, no puede ser contenida en ningún espacio humano, y ni siquiera una ciudad que la ridiculez ha convertido en una tienda continua, en un único bar, como Madrid, consigue alojarla dentro de su buche repleto de miseria. La masa se desparrama, desborda los límites físicos con su vacuidad e inunda la ciudad los días y las noches como si fuese su última hora, la masa inconsolable... -y hay quien incluso afirma pasarlo bien...
Pero así no se puede vivir, o no todos. ¡Tanta presión demográfica sobre nuestra intimidad podría hacer de nosotros buenos ciudadanos!, y no estamos dispuestos a tolerarlo.
La rica fertilidad que tanta mierda da a nuestras vidas no la encontramos en la civilización centroeuropea. Sin la animalidad española, se pierden las mieles de la existencia, y nada merece la pena. ¡Ah, la sucia vida española...! ¡Qué pueblo, qué raza!


Fullero para Basuragurú

martes, 6 de diciembre de 2011

Insultar a Iñaki

Hubo un tiempo en que los españoles no sabíamos muy bien en qué consistía la libertad de expresión; teníamos demasiadas dudas, no se conocía exactamente la legislación al respecto, o mejor, como sucede siempre en España, se ignoraba que alguna legislación pudiese regular nada, pero se pensaba que lo correcto era ir con cuidado, y no tanto por temor al castigo de la sociedad como a la hostia que pudiese darte el afectado. Una vez liberalizado el sector audiovisual, los españoles comprendimos que para ejercer ese derecho había que ser cocainómano y trabajar en televisión a partir de las 10 de la noche en Telecinco, que fueron no mucho después las 9, las 8, las 7..., hasta hoy, cuando hay cocainómanos insultando a los demás a cualquier hora y en casi todas las cadenas. Sin embargo, aquella restricción, la etapa todavía inmadura que dominaba el cocainómano nocturno, fue superada por las lecciones de periodismo de Federico Jiménez Losantos, quien bajo la figura de impunidad legal conocida como "el calentón radiofónico" vino a mostrar que la libertad de expresión era una suerte de desparpajo por el que no existía ningún ser humano en la tierra -ni en la historia- que pudiese librarse de un severo castigo en el hígado, un castigo real para unos males en su mayoría ficticios. Los orígenes de Internet en España aclararon que el "chat" era también un medio de la locuacidad: cualquiera que no tuviese nada que hacer, y ni imaginación tuviese, podía entrar en uno y arrasarlo -o masturbarse. Y fueron apareciendo sucesivamente los llamados "foros", donde quien más quien menos ya se iba cagando en la puta madre de los demás. Pero la gozosa salud de la libertad de expresión en España no sería tal sin la TDT, complemento de Internet que ha permitido a una raza como la española, tan rica en vida interior, publicar lo que durante tanto tiempo permaneció retenido: el insulto al adversario ideológico y político en vivo y en directo tomando una copita de vino.
En este contexto sociocultural avanzado, tuvo Iñaki Gabilondo la idea de abrir un videoblog -Iñaki, yo prefiero escribirlo junto-, en cuyas reflexiones diarias aporta el periodista "una mirada propia llena de serenidad y sentido común". (No voy a discutir eso ahora). Se entiende que este videoblog es el espacio virtual, que no ficcional, abierto por Iñaki para su reflexión, uno más, entre muchos, para hacer uso de la libertad de expresión sin calentón. Pero este espacio ha sido inmediatamente colonizado por los enemigos de la libertad, a quienes molesta, no lo que se dice, sino que alguien lo diga, pues el enemigo de la libertad ni come ni deja. Así, hay quienes por iniciativa propia o por encargo asumen el cometido de asaetear a Iñaki a todas horas, dedicándole las lindezas más garcilasianas de la Red, y si alguien osase manifestar una opinión contraria a los enemigos de la libertad, es increpado, se lo acusa de todo lo imaginable, y siempre con faltas de ortografía y muy mala prosa. Pero se me ocurre que tal vez haya acertado Iñaki con la iniciativa, aunque parezca lo contrario. Ha conseguido con pedagogía lo que la derecha sólo consigue con violencia, a saber, mantener entretenidos con las palabras a quienes antes se entretenía con los cacahuetes y las piruletas. Si al final va a tener la izquierda razón, ¡pues no parece que una sociedad puede llegar a ser educada!


María Malamenti para Basuragurú

sábado, 3 de diciembre de 2011

Los votantes de la derecha, a favor de los recortes... si los hace la derecha

Y no es una observación tan tonta como parece, aunque sí trata de los españoles tontos. El Gobierno en funciones, a cuyos miembros se ha señalado con el dedo como los creadores de la presente y de todas las crisis que sufra España, las pasadas y las que tienen que venir, es también el "gobierno de los recortes", arma arrojadiza con la que la derecha ha sabido llenar de terror el corazoncito de funcionarios, pensionistas y fumadores. Es cierto que en las pasadas elecciones legislativas el PP no aumentó el número de votantes -la cifra de tontos, por fortuna, se mantiene, al menos, estable-, sino que perdió algunos miles, pero no había nadie en frente, sólo muchos partidos para elegir democráticamente, y el PSOE, tras defraudar a los españoles, estaba condenado al fracaso. Un Gobierno, el de Rodríguez Zapatero, compuesto de inútiles y personas moralmente enfermas, y así no hay manera de provocar ningún trasvase de votantes desde la derecha, porque el votante de la derecha en España es un ser humano exquisito -perspicaz, con una sólida formación en todos los campos del conocimiento, sin prejuicios, patriota, ecologista, buen cristiano...-, y no podría dar el salto hacia lo podrido, si no le fuese presentado como algo muchísimo mejor. Es muy difícil engañar a un votante de la derecha española. Si un gobierno de izquierdas ve necesario afrontar cualesquiera "recortes", el votante de la derecha verá brotar de repente sus derechos, de los que no hace ningún uso en situaciones normales ni consiente a los demás; el votante de la derecha sentirá la amenaza neurótica de que se le priva de libertad, y por ahí no está dispuesto a pasar -¡"no" a los rojos! Un gobierno de izquierdas que "recorta"... ¡malo, malo...! Por el contrario, los recortes de la derecha son necesarios, no afectan a ningún derecho, y tan estimulantes que solucionan tanto los problemas de la economía como los de la moral -¡y qué bonita es la vida frugal... para los pobres! ¡Gracias, oh, derecha, por ocuparte tan bien de nosotros!
Hay en el fondo de todo esto un problema de razonamiento, que otra cosa no es: podría no llamar la atención si no fuera porque se da en los mismos individuos sobre los mismos "recortes". En tales condiciones, se trata una vez más de un problema genuinamente español. La psiquiatría llamaría a este mal "irracionalismo", pero eso supondría que, en efecto, las cabezas tienen algo que va mal, que no funciona. Yo prefiero el más burdo término "alcornoquismo" -úsase cuando en la cabeza no hay nada.
Existe la tentación de justificar los recortes de la derecha por la mala gestión de la izquierda anterior o un nivel superior jerárquico. Si, como dice el adagio de la Espe, "lo público es mal gestor", cuando gestionado por la izquierda, peor todavía. Esta fórmula propia del alcornoquismo podría funcionar en aquellos casos en que el gobierno de la nación fuese del mismo signo que el de los gobiernos regionales -ya se sabe, el socialismo es incompetente aquí y allí-, pero nunca con gobiernos regionales de distinto signo y muy larga duración -Madrid, Comunitat Valenciana, Región de Murcia, Castilla y León, La Rioja... Estos casos probarían más bien que la derecha gestiona mal, lo que nunca ha sido un misterio, dado su pervertido orden de prioridades sociales -cinco coches para llevar a Ana Botella a la peluquería son más socialmente necesarios que un profesor de apoyo. Pero que un gestor de lo público -a muchos les gusta llamarse "políticos"- afirme sin sonrojo que "lo público es mal gestor" sólo cabe estudiarlo dentro del mencionado alcornoquismo.
Ya he dicho que el número de alcornoques se mantiene estable, si bien se percibe una ligera, ligera, ligerísima tendencia a disminuir. Es sabido también que no ha aportado España a la teoría política más que el meritorio término "liberalismo" -¡a partir de un insospechado "liberal"!- y a Josemari "el políglota". Pero la sociedad española podría superarse si el alcornoquismo no cede y empiezan a convocarse las que llamaré "manifestaciones a más", esto es: si un gobierno de derechas rebaja el salario de los funcionarios un 3%, nosotros saldremos a la calle para que sea un 15%, ¡y con obispos y todo!


Tocomocho para Basuragurú