lunes, 12 de septiembre de 2011

"¡Reachiona!". Movimiento ciudadano contra los orientales que viven al margen de la ley

Los vecinos de Madrid no queremos más "tiendas de chinos", estamos realmente agotados de sus horribles y mugrientos establecimientos, y más nos duele el daño causado a nuestras calles, que tras haber perdido totalmente su identidad tradicional y provinciana están siendo convertidas en burdos almacenes donde se practica la esclavitud a plena luz del día, y a plena noche, sin que exista autoridad alguna que intervenga. Los vecinos de Madrid no entendemos esa modernidad ni la queremos.
Los vecinos de Madrid no podemos soportar por más tiempo la atroz colonización, la pérdida de espacio pleno de significado que un mal gobierno de la ciudad está cediendo al abandono de la vida reglamentada, y cuya más terrible consecuencia, aparte de la fealdad creciente del espacio vital madrileño, es el cese de todo tipo de actividades económicas llevadas a cabo desde siempre por generaciones de pequeños comerciantes.
Los vecinos de Madrid estamos contemplando la impasibilidad de nuestros gobernantes respecto de la amenaza amarilla. Estamos viendo que multitud de pequeños comercios y negocios familiares son deglutidos por la avanzadilla esclavizada de la insaciabilidad oriental que aspira a dominarlo todo.
En el mundo de las falsas necesidades, los orientales han desatado su brutal apetito de esclavitud, y unos esclavos someten a otros con tanta eficacia como alguna inteligencia sin escrúpulos somete a la totalidad. Los orientales buscan seducirnos con su sistemático vicio de la marginalidad. Todo en ellos se sitúa al margen: el tipo de negocio, el concepto de trabajador, de pequeño empresario, la extensión insoportable del horario... todo desafía el orden que la sociedad que los acoge se ha dado, y ninguna autoridad competente actúa en consecuencia.
Los vecinos de Madrid ponemos en marcha ¡Reachiona!, un movimiento ciudadano con el objetivo inequívoco de frenar la expansión de tanta fealdad, de superar la horrible derrota del sentido común, antes de que sea demasiado tarde, y ante la falta de lealtad demostrada por los profesionales de la "cosa pública".
Los vecinos de Madrid no comprendemos a cambio de qué se nos ha vendido, qué sea tan ventajoso como para anular nuestra voluntad, nuestro derecho a la belleza, pero sea lo que sea, renunciamos a ello, decimos a los supuestos gestores de nuestra dignidad que no lo queremos, que igual que hemos vivido sin ello, porque ningún beneficio observamos desde que la colonización se inició, podremos seguir haciéndolo.
Para que nuestro deseo de que una sociedad racional sea recuperada, para traer de vuelta lo que ha sido considerado como mercancía por los traidores de todos los gobiernos -central, regional y local-, dejamos constancia aquí de un Decálogo del Buen Madrileño en los Asuntos del Lejano Oriente. Como sigue:
1. No comprarás en una tienda de orientales si puedes hacerlo en cualquier negocio occidental de tu barrio y en un horario razonable.
2. Comprarás antes a los tenderos de tu barrio que en las medianas o grandes superficies, y puedes estar seguro de que al bajo precio que ofrecen sus productos los orientales siempre encontrarás la peor calidad, por mucha que sea la cantidad, la mierda que allí adquieras.
3. Los comerciantes de tu barrio viven de sus negocios y son nuestro problema, cumplen una función necesaria para nosotros, expresan el orden de nuestra sociedad tradicional. Sus competidores orientales emplean la técnica de la esclavitud para combatir a nuestros distribuidores tradicionales. Si colaboras con ellos, haces que nuestro problema sea mucho mayor. Nada de lo que ofrecen los orientales nos es necesario, ni lo es que sus negocios, cuando exactamente iguales, recorran nuestras calles, uno tras otro, de principio a fin. No lo hagas, no les compres.
4. Jamás comprarás cerveza, refrescos o bocadillos a los orientales que salen a las calles en la noche, tanto ellos como tú nos avergonzáis, conseguís que os consideremos en el escalón más bajo de la dignidad humana.
5. Es falso que los orientales ofrezcan productos a precios más bajos, es totalmente falso. Cuando se trata de productos alimenticios transformados o elaborados, son en su mayoría adquiridos en una mediana o gran superficie. Es imposible que cobren a un precio menor lo que consiguen a uno mayor. No seas idiota.
6. A los vecinos de Madrid nos importa una mierda, y de verdad que nos importa una puta mierda, que los grandes empresarios españoles quieran abrirse camino en el mercado chino. Por nosotros, lo que pueden abrirse es el culo y meterse por él a cuantos más chinos mejor.
7. Los orientales son insaciables, no saben poner límites a su humillación. Si colaboras con ellos, estarás siendo cómplice de la esclavitud de una nueva y sorprendente fase del capitalismo.
8. Aprende a contenerte, descubre el autocontrol: si necesitas un establecimiento para comprar alcohol a las 3 de la madrugada sólo serás considerado un miserable. Un establecimiento oriental que abre fuera del horario legal y vende bebidas ilegales pone en peligro nuestra libertad, por mucho que creas que lo pasas de puta de madre.
9. El multiculturalismo es un timo, no dejes que nadie te convenza de lo contrario. Consiste en el enriquecimiento de las culturas por el contacto, pero a la manera española, esto es, enloquecido, sólo consigue deprimir a todas y cada una de las culturas que en él intervienen. Para que fuese real, los orientales habrían de aportar algo, y la pobreza que han traído es precisamente aquello de lo que estábamos huyendo.
10. Protégenos del mal con tu responsabilidad social. Piensa en cada momento que el perjuicio que causa tu ignorancia es grande, aunque no lo percibas inmediato, y nos haces víctimas de la perpetuación de todas las formas de la pobreza, material y espiritual. No dejes que tu ciudad se convierta en un subsuelo. No renuncies al derecho a defender el mundo que quieres.
¡Desata tu chinofobia! ¡Estamos en peligro!

En Madrid...


Yvs Jacob