jueves, 5 de noviembre de 2009

Cristóbal Montoro llama al "voto gilipollas" (otra vez)

De Cristóbal Montoro dicen que es experto en economía. Personalmente, tengo dudas, porque una cosa es gobernar la economía de un país durante el auge de su burbuja inmobiliaria y otra, bien diferente, hacer lo propio en su estado natural de pobreza; ahí nunca hemos visto a Montoro... Y ojalá nunca lo veamos, pues esa inteligencia suya siempre alineada con la burrada hace de él un pirómano fanático que nos dejaría a todos (los pobres) el culo bien caliente.
Si viviéramos en otros tiempos de honor, me encantaría encontrármelo en la calle, al señor inteligente, y retarlo a un duelo con un magnífico sopapo que le curara el astigmatismo. Y le diría: "gilipollas, tú". Porque a mí qué cojones me importa que España sea o no competitiva en fútbol; qué cojones me importa que vengan o no jugadores extranjeros a España; qué cojones me importa esa mierda de la que habla Montoro cuando la ciudadanía sigue siendo analfabeta, lo cual significa "ignorante siempre y fácilmente manipulable". Y si dijera que ese asunto me importa, sería para denunciar la vieja medicina de pan y circo y para arrojar a sus defensores a los leones, a su muerte despedazados. ¡A tomar por el culo el fútbol! ¡A tomar por el culo el burdo entre-tenimiento!
Supongo que Cristóbal Montoro conoce el espectro de los votantes del Partido Popular, que avanza desde las abuelas atemorizadas por los rojos hasta los retrasados mentales que acuden a una plaza de toros con camisetas serigrafiadas con el rostro de Francisco Camps. Y supongo que conoce también la situación económica de ese gran porcentaje del cual se alimenta su partido, un porcentaje amplísimo de trabajadores miserables cuyo voto consigue el Partido Popular con llamamientos al paleto, al bruto, al ceporro... De ese votante espera Montoro que no se sienta aludido cuando él se ríe de tantos gilipollas. Montoro... ¡qué asco me das!
Episodios como éste, bien conocidos ya por todos los que queremos conocer, darán la explicación a las próximas elecciones, y extiendo mi desprecio, una vez más, a la propia ciudadanía, ¡misántropo soy con el burro!, pero rousseauniano: burro, te compadezco. Pero a ti, Cristóbal Montoro, a ti te daría cien latigazos y después, doscientos más.
Anda y que os parta un rayo.


Yvs Jacob