martes, 25 de octubre de 2011

¡Pero por qué le habrá dado esa coz Sánchez Dragó a Stéphane Hessel!

Si hubiese algún francés tan tonto como para interesarse por las cosas de España, y si fuese ya el colmo de la estupidez, un francés tan realmente idiota como para llegar a su conocimiento, de manera directa, no azarosa, que Fernando Sánchez Dragó ha publicado un nuevo libelillo, probablemente, incluso en el caso más favorable para el propio autor, esto es, que el francés en cuestión sea un pluscuamperfecto gilipollas, no encuentre lugar para la virulenta coz, coz feroz, coz de profesional, pero muy de naturaleza, también, que el neoliberalisto neófito y octogenario le ha arreado a Stéphane Hessel, compañero de generación; por envidia quizá, envidia de esa que dicen española, porque de otra manera no se entiende.
Se entiende que el burro cocea sin más, porque es propio del burro cocear. Pero si el burro es español, entonces cocea con mordiente, un golpe ya avanzado, y hay que ser muy burro, y muy español, para dominarlo.
No se entiende a cuento de qué hay que llamar tonto a Hessel en la celebración de las propias tonterías de Sánchez Dragó. ¿Será tal vez que Hessel ha vendido miles y miles de copias en todo el mundo de sus panfletillos? ¿Será que Hessel ha llegado, como se dice ahora, a muchísimos más lectores de los que el cacharro senil de Sánchez Dragó llegará jamás? ¿Será que ha entrado Hessel con su buena voluntad en la historia de la que saldrán Sánchez Dragó, su literatura y su mala fe apenas la diñe el liberalisto? ¿Será que uno lee una obrilla de Sánchez Dragó y reacciona su aparato excretor, pero lee otra obrilla de Hessel, cite con buen sentido o sin él a Walter Benjamin, y se apodera de su conciencia un apetito de sublevación contra las tonterías de los liberalistos?
Yo no lo entiendo.
¿Qué victoria se habrá ganado el ego de Sánchez Dragó, autor para lectores del más bajo coeficiente intelectual, al compararse a Hessel y publicar su nueva cacarruta como una justificada respuesta al atrevimiento de éste? ¿Habrá caído Sánchez Dragó en la provocación abierta por Hessel? ¿Ha reaccionado Sánchez Dragó? Y si es el caso, ¿no habrá vencido Hessel? ¡Jájaja!
Yo debo confesar que nunca he leído a Stéphane Hessel, pero es debido a una seria recomendación médica que me previene contra los best-seller, "sería fatal para usted leer a los que venden -me dice el doctor-, ¡podría llegar a tener razón!".
Se me ocurre, con la intención de equilibrar la polémica Sánchez Dragó-Hessel, que se empiece por la biografía, por el conjunto de las experiencias personales, las mismas que disponen a las personas para unos juicios y no otros. Se me ocurre, pues, que Sánchez Dragó pase un tiempo determinado en un campo de concentración, reforzado su envilecimiento por el cordial trato de los nazis; tal vez después de esa fatalidad encuentre lectores fuera de los eunucos mentales.


Yvs Jacob


[Nota: En Basuragurú estamos de enhorabuena. Con la próxima publicación habremos alcanzado la entrada número 400, una proeza ansoniana, el fruto de un esfuerzo que no es fácil encontrar en el corazón de muchos hombres. Ya podéis dejar vuestros parabienes y mejores deseos. ¡Adelante, no seáis tímidos! Y recordad siempre que Basuragurú trabaja por mejorar vuestra ciudad].