martes, 25 de mayo de 2010

Spiderfat! Un superhéroe en tiempos de crisis

No ha sido fácil retratar a Spiderfat. Se trata de un superhéroe muy inquieto que frecuenta el Madrid de los Austrias, donde resuelve gran número de casos a diario. Apenas tuve tiempo de disparar mi cámara réflex cuando aterrizó, recién llegado de una de las terrazas de la Plaza Mayor, donde un turista rubio había despreciado el último pincho, una delgada lámina de ibérico sobre una rebanada de pan en franca solidificación. Spiderfat olió el pincho, y corrió hacia la mesa antes de que el camarero lo retirase. Así lo muestra la imagen, triunfal, satisfecho por un trabajo bien hecho, y, ¡ojo!, nadie desprecie la agilidad de esa mole, un golpe de buche podría dejarlo fuera de combate.
A Spiderfat se lo ha visto en aventuras verdaderamente peligrosas. No es fácil pelearse con dos albóndigas compactas, impenetrables incluso para el punzante mondadientes castellano; no lo es, tampoco, merodear por los bares de bocadillos de calamares, donde un movimiento confuso que sugiriese un adelantamiento en la cola podría suponer la muerte, se lleve o no el prodigioso pijama de Spiderfat. Y tampoco lo es despegar un mejillón que se agarra con la fuerza de la química a su concha, pero Spiderfat te lo apura en un santiamén: todavía no se ha creado nada en un laboratorio que supere a los jugos gástricos y salivales de esta bestia.
He observado a Spiderfat. A menudo se queda parado, detenido, más bien a la sombra, con una pose de arlequín alcoholizado: está descansando. Pero no significa eso que cese su actividad intuitiva. Su estómago se encuentra activo, hay dentro de él un rumor que propaga sus ondas a las inmediaciones de su perímetro torácico, siempre alerta.
Me gusta Spiderfat. A diferencia de los conocidos superhéroes de Hollywood, Spiderfat ha dejado de lado toda sofisticación, más partidario de lo que algunos periodistas culturales llaman "agroglamour". Spiderfat no teme mostrarse con sus defectos, aunque estos no estén a la vista, y tampoco se involucra en situaciones que no pueda solucionar con certerza. Nunca se verá a Spiderfat correr detrás de un ladrón, pero sí puede competir con una viejita que lleve dentro del bolso un tupperware. También lleva Spiderfat dentro de sí un tupperware, su estómago es un recipiente versatilísimo.
Spiderfat es un superhéroe actual, y combate males cotidianos, no a grandes villanos. Spiderfat es un superhéroe del presente: un poco mendigo, siempre hambriento, deforme y perezoso, Spiderfat no es la crisis de un superhéroe, sino un superhéroe en tiempos de crisis, un superhéroe español.
NOTA: Salvemos a Spiderfat -si te encuentras con él, no dejes de echarle una moneda en la hucha de los objetos no comestibles.


Yvs Jacob