domingo, 10 de junio de 2012

Mariano Rajoy: del bar al fútbol, la agenda de un presidente español

Lo que es o viene siendo Luis de Guindos, ministro de Economía del Gobierno del Reino de España, explicó ayer por la tarde a los medios de comunicación lo que va a ser o es, o vendrá a ser, el "rescate" del sistema financiero español, que se presenta bajo el pretencioso título de "recapitalización sin contrapartidas", un rescate exclusivo de la banca, no del país, nos dijo el ministro. A esto no estábamos acostumbrados, a diferenciar el sistema bancario del país que lo sufre, como si no nos hubiesen robado ya bastante los comúnmente llamados "bancos", pero entiende lo que viene siendo el Gobierno de España que la diferencia sí existe, y que lo que es una explicación a la sociedad española a propósito de la gravedad de la situación económica correspondía al ministro de Economía, lo que viene siendo Luis de Guindos, y que el primer ministro, que aquí en España llamamos con pompa y circunstancia "presidente", del que preside o se sienta a la cabeza en una mesa de un consejo, no podía salir un momentito a decirles a aquellos millones de idiotas que le entregaron su voto qué demonios ha pasado, qué demonios está pasando, qué demonios se está haciendo, qué demonios va a pasar o va a suceder. Y no le correspondía porque tampoco era para tanto lo sucedido, que se abriese una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros, cuyo interés, como dijo lo que es o viene a ser el ministro De Guindos, se ha conseguido a condiciones mucho más favorables a las que se encuentran en el mercado. ¡Toma ya! A esto tampoco estamos acostumbrados, a que el mercado del dinero, la ahora llamada "línea de crédito", ofreciese de repente condiciones menos abusivas, sobre todo porque el mercado del dinero existe para eso, para acumular, aumentar o acrecentar el propio dinero; y tampoco estábamos acostumbrados a la solidaridad europea que ha hecho posible el milagro, un cambio tan súbito como sospechoso: los países que han estado sacando partido del empeoramiento de sus socios de repente ofrecen una línea de crédito para detener la hemorragia. Pero el presidente del Gobierno del Reino de España ha hablado esta mañana, ha sido un momento antes de tomar el avión hacia Polonia, donde acudía para presenciar un partido de fútbol de la selección nacional, todo perfectamemte calculado para que no cunda el pánico entre los españoles, esos idiotas que votaron por el cambio, y se buscaba así dar a entender que el rescate debe ser tratado con cierta o total indiferencia, "lo de ayer", en palabras del presidente, que una cosa es la banca y otra bien distinta la suerte y dirección de todo el país, que está en manos de Mariano, en adelante, Marianator. Ha dicho también el presidente, mientras se le formaba en la boca una carcajada, que "lo de ayer" lo ha conseguido él, Marianator, que el problema lo ha solucionado él, Marianator, que antes había un problema y que ya no lo habrá más, y que ha empleado para su victoria la presión -Spiderman sólo lanza telillas de araña, pero Marianator... Y es aquí donde canta el jurel, ¡y hay que ver cómo canta! O no tenemos ni idea en España de la gravedad de la situación económica, o no tiene ni idea nuestro presidente de las consecuencias que el rescate conocido como "línea de crédito a mejores condiciones que las del mercado" supondrá para el país a corto, medio y largo plazo. Porque a nuestro presidente le han estado zumbando con un golpe tras otro desde hace meses los líderes europeos, porque a los españoles se nos ha estado recordando que no somos un país para nada decisivo en el conjunto de Europa, y ahora, de repente, damos un golpe sobre la mesa, el golpe de Marianator. ¿Pero es que no llama a nadie la atención este hecho? ¿No suena esto a teatrillo? Aquí todo huele mal. ¿Cómo es posible que se haya llegado a la situación actual, con cifra olímpica de desempleados, Estado del bienestar consumido por la gestión nefasta de los aventureros del PP a su paso por la política regional y nacional, cómo se ha podido llegar tan lejos en el deterioro de toda suerte de instituciones, incluidas las económicas, para descubrir que bastaba una semana intensa en llamadas telefónicas, un golpe sobre la mesa de Marianator que ha obligado a los socios europeos a abrir sin otra dilación el cajón de las tiritas? ¿Qué velocidad de trabajo es ésta, Marianator? Aquí todo huele mal, muy mal.
La última de Mariano "el Breve": acudir al partido de la selección nacional de fútbol "porque España lo merece". Que me lo expliquen...


Yvs Jacob