martes, 10 de enero de 2012

Carme Chacón quiere ser española

Pues yo soy un muchachito de Madrid ciudad y la verdad es que el resto del mundo me ha importado siempre bien poco -salvo la madre Italia y un trocito de Baviera. Pero cuando un catalán quiere ser español, cuando esto sucede, entonces me pongo así como tontorrón, estúpidamente tierno, y le doy la bienvenida, y hasta un abrazo. Después de haber competido durante tanto tiempo por ser como ellos -los catalanes- , y ellos por no ser como nosotros -los demás españoles-, nos encontramos ahora con algo inédito. Ya no un ciudadano cualquiera que se abre de piernas, un pie en cada orilla, y se planta; sino nada menos que un político profesional que supera la seducción primitiva e imperiosa del nacionalismo para decir "ya basta", alguien capaz de enterrar la mitología para dar paso por fin al presente, al tiempo... ¡y qué bien nos vendrá un político catalán que no viva atrapado en la era de la penicilina!
A diferencia de la gran mayoría del periodismo "de izquierdas", no creo que Chacón sea "el pasado" ni que pueda ser considerada dentro del más burdo continuismo. Si en el PSOE han comprendido algo de lo que ha sucedido tras el 15-M y las dos duras derrotas electorales de 2011, ambas críticas serían inadecuadas desde la perspectiva de lo que el próximo secretario general debería realizar una vez ganada la dirección del partido. Yo lo he llamado en múltiples ocasiones la "izquierda práctica", la "izquierda de la férrea ley", y que nadie tema, dentro de lo práctico existe un margen amplísimo para las políticas que conducen al progreso de la sociedad en todos los ámbitos y hasta para llegar a la aristocracia. Tanto si vence Carme Chacón en el próximo congreso, como si lo hace Pérez Rubalcaba, deberían someterse a lo que "la gente" demanda: una izquierda nacional con escoba, con garras y dientes, y una izquierda que se guiase por el principio de la dignidad en política, a saber, "es preferible perder antes una alcaldía que toda la credibilidad".
Pero como muchos me escribís para que haga pública por fin la posición de Basuragurú en este trance que atraviesa la socialdemocracia española, diré sin ninguna reserva que es la hora de una mujer y de un catalán, y añadiré que esta elección no habría de pesar en el honor de su rival. Pérez Rubalcaba tiene estilo y ya advierte de que el partido no debería afanarse en una lucha a muerte por ver quién se lleva las cenizas a su casa. Lo encuentro muy acertado. He manifestado mi apoyo a Pérez Rubalcaba cuando todo estaba en juego, pero ha llegado la hora del armario -estas cosas son así para todos. Chacón, al contrario, está todavía sin estrenar, tiene todavía un estilo por definir, y la presente situación, con un Gobierno débil que utiliza la mentira para luchar contra su incompetencia en la interpretación de la realidad, es la más propicia para cocer la estrategia ilusionante que lleve hacia la victoria en 2015. Insisto en que los líderes en política se fabrican, el carisma depende sobre todo de la propaganda y de la atención de determinados focos.
Parece evidente que tras la candidatura de Pérez Rubalcaba se asoman las sombras de la vieja guardia del partido, temerosa de perder todo el control a favor de una caricatura, pero hay que librarse de los héroes cuando han perdido las facultades que un día les hicieron poderosos -se puede tener mucho peso y se puede ser muy pesado... En el PP no tienen la menor idea de lo que está pasando; deseemos que en el PSOE exista todavía un poco de clarividencia.
En Basuragurú "somos de Chacón", y aceptaremos las consecuencias.


Yvs Jacob