miércoles, 28 de abril de 2010

No soporto a Pep

No lo puedo evitar, no lo soporto. No soporto a Pep y no soporto al Barça. Quiero decir también que, cuando el Real Madrid perdió en la competición europea, lo celebré a lo grande. A este equipo lo seguí con alguna atención durante mi infancia, pero cuando el fútbol se liberó de su compromiso social y deportivo, con la proliferación de jugadores extranjeros, me desinteresó profundamente, y así continúa en la actualidad, y nada encuentro más digno que apoyar al Athletic Club o al Sporting de Gijón.
No soporto a Messi. No soporto los restregones que la prensa da al culo de Messi, y cuando la prensa lustra un culo, es que hay algo más allá de lo que se muestra.
No soporto al portero Valdés, con ese aspecto de ultra que tanto perjudica a los descerebrados que aman el deporte rey, sin percibir que opera sobre ellos una reducción de cráneo.
Si en muchas ocasiones el Real Madrid ha superado la cima por él mismo conquistada de lo ridículo, en el Barça siempre he apreciado algo llorón, un problema en su concepto de felicidad, quizá debido a la carga política e institucional que soporta el equipo por deseo de sus manipuladores.
Confieso que esta noche me alegraré si el Barça pierde el partido.
¡Ay! ¡Qué bello es el mal (ajeno)!


Yvs Jacob