viernes, 21 de agosto de 2009

¿Lo ha adelantado "la SER"?

Buena nota de la excepcionalidad española es el hecho de que el mayor grupo de comunicación nacional se dedique a combatir la sucia hipocresía del pensamiento liberal-conservador en lugar de alinearse con él para el saqueo del alma de los españoles. Sin embargo, la izquierda periodística no queda libre del error: demasiado "buen rollo" siempre apesta, agota y desanima, más aun cuando el grupo en cuestión se muestra todopoderoso desde el núcleo irradiador de las ondas, aunque nada eficaz en los resultados, si de encauzar a la borreguería se trata.
La hegemonía se mantiene, en tiempos de no-violencia, con estrategias retóricas para la construcción de la realidad. Especialmente singular es la entradilla que emplea la Cadena SER con la intención de reclamar para ella el punto 0 cronológico de la divulgación de la noticia.
"Lo ha adelantado la SER", "lo ha avanzado la SER"... se han convertido en sintonía previa a la gran novedad del día. A los periodistas les sucede lo mismo que a los políticos: la satisfacción de una necesidad inventada, como es comparecer cada diez minutos, les ha empujado a proferir gilipolleces a discreción, también innecesarias.
No niego que me resulta apetecible la manera de ver el mundo que tiene la Cadena SER; son los buenos chicos malos, o los menos malos entre los malos, o los que sólo hacen el mal para procurar un bien, mayor o alguno sin más: la moral también se expresa como una economía. Hay una diferencia, por lo tanto, con otros medios cuyo objetivo y procedimiento se confunden con el odio. Es imposible que una noticia asome entre el odio, quizá por ello los medios de comunicación de la derecha española han renunciado a la información, y han optado, en su lugar, por enchufar a la ciudadanía a su corriente de bilis. No tengo, pues, ninguna objeción contra los medios de tontos para tontos -son los más eficaces.
Me preocupa más que un medio que sí continúa dentro del periodismo se empeñe en construir las noticias como si fueran artefactos. Es triste para mí escuchar lo que adelanta "la SER", porque las cosas no se adelantan ni se atrasan, sólo suceden, y cuando sucede algo, pues sucede. Tampoco es aceptable la ilusión egocentrista de la primicia. La competición entre los medios por presentar la noticia ante la ciudadanía es otro ejemplo de patetismo publicitario.
Este equipo fantástico de "la SER" tiene todavía mucho que aprender de su propia moral, y tiene que liberarse además de los trucos de cineasta con que atormenta a algunas formas de la inteligencia viva.
¿Es que tengo que ocuparme de todo...?


Yvs Jacob