martes, 8 de diciembre de 2009

El federalismo español es sólo un sueño de los vampiros

Quienes exigen que se aborden las pertinentes reformas en la Constitución española que permitan a las Comunidades Autónomas tanto poder como los humillados nacionalistas defienden que es de su competencia por derecho histórico abusan, y hasta el hartazgo, de un argumento que ofende a quienes por preferir la paz a la guerra consentimos que los enemigos de todo lo humano nos tomen el pelo una y otra vez. Se dice que las Comunidades Autónomas, cuando alcancen el grado de evolución que satisfaga a los resistentes ideodos nacionalistas, aunque sin salir del Estado español, se habrán convertido en entidades plurales dentro de un marco también plural, entidades dentro de las cuales los ciudadanos podrán disfrutar de tantas nacionalidades como sea de su antojo, y siempre formando parte de la supranación española, "nación de naciones", modelo de paz. Muy agudos opinadores de la izquierda catalana apuestan abiertamente por España como "nación de naciones" y se quedan tan contentos.
Desde el punto de vista lógico-conceptual, la expresión es una barbaridad, pero puede comprenderse la bondad de su intención. Sin embargo, lo bárbaro de la misma se revela irremediable cuando se compara la España en que piensan algunos con otras federaciones sólidas. EEUU, Suiza o Alemania cuentan con unidades administrativas cuya evolución no discute el principio que, en el caso de España, impide precisamente avanzar hacia la figura federativa: la nacionalidad -americanos, suizos y alemanes sin discusión, y puede que sólo molestos en cuanto a su pureza-. Es, por lo tanto, una tomadura de pelo que algunos propagandistas continúen llamándonos "gilipollas". El federalismo no se persigue en beneficio de quienes se sienten a la vez catalanes y españoles o españoles y vascos. El absurdo lógico que promueven los nacionalistas les permitiría reconocerse "catalanes", sólo "catalanes", por ejemplo, dentro de un Estado catalán que forma parte de una federación de Estados, España, pero de cuya nación, ¿España?, no forman parte; o unos sí y otros no, todo dependiendo de las preferencias o de la clarividencia de la familia nuclear, ese eslabón de la vida y de la cultura.
Es incomprensible, no lo puede aceptar la razón, que los catalanes ultranacionalistas se conformasen con la forma de un Estado catalán realizada pero armonizada con otras en la vertebración, antes nación, llamada España, y que unos individuos sean españoles y otros, por ejemplo, sólo, y digo "sólo", catalanes, gallegos, canarios o vascos. Es incomprensible que haya una nación cuya nacionalidad sea opcional para quienes forman parte obligada de ella, pues en ella -territorio- han nacido.
Dígase, por lo tanto, que el federalismo en que anda empeñado el socialismo catalán es sólo una fase transitoria hacia la independencia absoluta. Considerando que la maravillosa democracia funciona con mayorías, todo es cuestión de votar; no importa que haya oponentes, sino que quienes ya marchan en la buena dirección sean muchos. Fase transitoria, por lo tanto, que cuenta con la capacidad de ir sumando continuamente conciencias que despierten al: "todos somos catalanes"; quienes no se dan cuenta de ello, ya lo comprenderán.
El triste final de Yugoslavia recuerda mucho a lo que los inspirados nacionalistas catalanes quieren regalarnos a los españoles. No me refiero a que terminaremos matando y muriendo algunos millones, sino al concepto supranacional yugoslavo. Yugoslavia no era propiamente una nación -no lo era de hecho-, sino una denominación "formalizada": "los eslavos del sur". Así, los croatas podían no ser más que croatas dentro de un Estado, Yugoslavia, dentro de una pura formalidad accidental y transitoria; y los serbios, cuya nación es, de cierto, muy antigua, sólo serbios, y también, unos y otros, yugoslavos del sur, una referencia geográfica sin vínculo nacional. No puedo perder el tiempo explicando por qué "Spain is different".
Tal es mi pobreza espiritual que no creo en el mundo "guay" de "esa izquierda" tan gallarda.


Yvs Jacob