miércoles, 29 de julio de 2009

¿Fue Esperanza Aguirre elegida por los payasos?

La respuesta es 'sí'. Que la Comunidad de Madrid marcha fuera de control ya se sabía, pero que su Presidenta ha perdido por completo la cabeza es algo que empezamos a padecer los ciudadanos con mayor intensidad en estos meses de calor. No le hace falta mucho a doña Esperanza para perder el mochuelillo, y si no me siento representado en absoluto por su estupidez, menos aún por el ridículo que se empeña en exhibir en sus arrebatos de actriz alcohólica. Es injusto que asalten la política los bufones, es injusto para quienes deseamos que el mundo de los hombres sea algo más que una pocilga encontrar al frente de sus instituciones a lo más triste del espectro circense: enanos y payasos.
Hace poco, otro de los geniales humoristas del Partito Popular, José María Aznar, el mismo que tanto nos hizo sufrir del corazón cuando se presentó ante los medios de comunicación imitando el acento mexicano -episodio que debería analizarse en todas las escuelas de diplomacia-, se atrevió a expresar la diferencia que existe, según su juicio, entre el político y el estadista. ¡Joder! ¡Que este tío quiera todavía dar lecciones de cómo no ser gilipollas es demasiado! Pero lo cierto es que ni políticos ni estadistas, el Partido Popular sólo produce tocino, grasa con ausencia de tejido nervioso.

Quo usque tandem abutere, Esperanza, patientia nostra?


Antidemócratas del mundo, ¡uníos!


Yvs Jacob