sábado, 3 de diciembre de 2011

Los votantes de la derecha, a favor de los recortes... si los hace la derecha

Y no es una observación tan tonta como parece, aunque sí trata de los españoles tontos. El Gobierno en funciones, a cuyos miembros se ha señalado con el dedo como los creadores de la presente y de todas las crisis que sufra España, las pasadas y las que tienen que venir, es también el "gobierno de los recortes", arma arrojadiza con la que la derecha ha sabido llenar de terror el corazoncito de funcionarios, pensionistas y fumadores. Es cierto que en las pasadas elecciones legislativas el PP no aumentó el número de votantes -la cifra de tontos, por fortuna, se mantiene, al menos, estable-, sino que perdió algunos miles, pero no había nadie en frente, sólo muchos partidos para elegir democráticamente, y el PSOE, tras defraudar a los españoles, estaba condenado al fracaso. Un Gobierno, el de Rodríguez Zapatero, compuesto de inútiles y personas moralmente enfermas, y así no hay manera de provocar ningún trasvase de votantes desde la derecha, porque el votante de la derecha en España es un ser humano exquisito -perspicaz, con una sólida formación en todos los campos del conocimiento, sin prejuicios, patriota, ecologista, buen cristiano...-, y no podría dar el salto hacia lo podrido, si no le fuese presentado como algo muchísimo mejor. Es muy difícil engañar a un votante de la derecha española. Si un gobierno de izquierdas ve necesario afrontar cualesquiera "recortes", el votante de la derecha verá brotar de repente sus derechos, de los que no hace ningún uso en situaciones normales ni consiente a los demás; el votante de la derecha sentirá la amenaza neurótica de que se le priva de libertad, y por ahí no está dispuesto a pasar -¡"no" a los rojos! Un gobierno de izquierdas que "recorta"... ¡malo, malo...! Por el contrario, los recortes de la derecha son necesarios, no afectan a ningún derecho, y tan estimulantes que solucionan tanto los problemas de la economía como los de la moral -¡y qué bonita es la vida frugal... para los pobres! ¡Gracias, oh, derecha, por ocuparte tan bien de nosotros!
Hay en el fondo de todo esto un problema de razonamiento, que otra cosa no es: podría no llamar la atención si no fuera porque se da en los mismos individuos sobre los mismos "recortes". En tales condiciones, se trata una vez más de un problema genuinamente español. La psiquiatría llamaría a este mal "irracionalismo", pero eso supondría que, en efecto, las cabezas tienen algo que va mal, que no funciona. Yo prefiero el más burdo término "alcornoquismo" -úsase cuando en la cabeza no hay nada.
Existe la tentación de justificar los recortes de la derecha por la mala gestión de la izquierda anterior o un nivel superior jerárquico. Si, como dice el adagio de la Espe, "lo público es mal gestor", cuando gestionado por la izquierda, peor todavía. Esta fórmula propia del alcornoquismo podría funcionar en aquellos casos en que el gobierno de la nación fuese del mismo signo que el de los gobiernos regionales -ya se sabe, el socialismo es incompetente aquí y allí-, pero nunca con gobiernos regionales de distinto signo y muy larga duración -Madrid, Comunitat Valenciana, Región de Murcia, Castilla y León, La Rioja... Estos casos probarían más bien que la derecha gestiona mal, lo que nunca ha sido un misterio, dado su pervertido orden de prioridades sociales -cinco coches para llevar a Ana Botella a la peluquería son más socialmente necesarios que un profesor de apoyo. Pero que un gestor de lo público -a muchos les gusta llamarse "políticos"- afirme sin sonrojo que "lo público es mal gestor" sólo cabe estudiarlo dentro del mencionado alcornoquismo.
Ya he dicho que el número de alcornoques se mantiene estable, si bien se percibe una ligera, ligera, ligerísima tendencia a disminuir. Es sabido también que no ha aportado España a la teoría política más que el meritorio término "liberalismo" -¡a partir de un insospechado "liberal"!- y a Josemari "el políglota". Pero la sociedad española podría superarse si el alcornoquismo no cede y empiezan a convocarse las que llamaré "manifestaciones a más", esto es: si un gobierno de derechas rebaja el salario de los funcionarios un 3%, nosotros saldremos a la calle para que sea un 15%, ¡y con obispos y todo!


Tocomocho para Basuragurú