jueves, 13 de enero de 2011

Y el rey-filósofo era tabernero

He cogido los diálogos de Platón y los he mandado a tomar por el culo; tanto meditar sobre el buen gobierno y tanta polla para que al final la realidad me descubra que el poder legislativo se encuentra en manos de hosteleros y restauradores, o lo que es igual, que lo mejor para todos lo decide un simple tabernero -así se desprende tras salir a la luz los muy ingeniosos medios que se emplean para burlar la ley antitabaco.
Pero es que cuenta España con un bar en cada una de sus esquinas, lo cual habla mucho, y no precisamente bien, de los españoles, cuya cultura padece enanismo, y todavía hay quien se atreve a sostener que existen "países de su entorno", como si hubiese superado ya España su secular mediocridad.
Es con leyes como la actual contra el tabaco, o mejor dicho, contra la impunidad de quienes son prisioneros de un vicio cuyas molestias no pueden atajar en la más absoluta privacidad, que una sociedad se hace madura. Pero los españoles no forman una sociedad, sino un rebaño de los más torpes y brutos animales en que pueda pensarse, y cualquier distingo cultural, cualquier logro a favor de una vida sana en sus múltiples acepciones es para ellos como rociar perfume sobre un cerdo.
¡Ah, los españoles! ¡Es que no tienen solución!
¡A ver si cierran de verdad un montón de bares, coño! Y en su lugar, que se se abran campos de reeducación. Tantas tiendas de chinos y tanta mierda... ¡Campos de reeducación ya!


Yvs Jacob