jueves, 29 de abril de 2010

La nueva de Julio Medem viene calentita

Vamos a ver, vamos a ver. Que yo no digo que dos mujeres restregándose no ofrezcan un espectáculo visual tal que puede llamarse "obra de arte", pero tengo dudas de que eso sea, con propiedad, cine, descartado ya que buen cine no es.
He escuchado atentamente al nuevo pelochito del cine español, Elena Anaya, y no sé muy bien si la muchachita es así o la han engañado. La pobre muchachita está contenta por haber alcanzado ese grado de indiferencia que le ha permitido mostrar lo bien que se cuida delante de la cámara, ante el equipo de rodaje y con la expectativa salival de los muchos masturbadores que aman el buen cine español, de casta y atrevimiento. Es verdad que para restregarse con otro pelochito durante una hora y media de película no hace falta estudiar en el liceo italiano de Madrid, pero la chiquilla traviesa y juguetona debe de tener algún talento, al menos eso se deduce de las palabras del hábil cineasta de San Sebastián que dirige "la cinta", que confesaba sus dudas acerca de algunas interpretaciones de los actores con los que ha trabajado en el pasado respecto de los magníficos personajes que él crea, no obstante afirmar que "Elena ha entrado muy bien".
Claro. Elena Anaya entra muy bien -y en la bañera, no digamos.
Como no la he visto en cine, sería injusto sentenciar que la película es mala. Yo lanzo aquí alguna sospecha que tengo al oír del propio director que "la obra es un encargo", y creo que todos, medemistas o no, entendemos bien lo que esa introducción significa en cualquiera de las artes y en cualquiera de sus asesinatos.
Por lo demás, aparte de que la música vaya a ser muy bonita, y la edición, preciosa, y aparte de lo cojonudamente buena que será la fotografía de la nueva película por encargo de Medem donde Elena Anaya se entrega a una psícosis higiénica con los lametazos de una afrodita rubia, quizá dude el espectador de la calidad total de la obra, si es que consigue distraerse un momento para atender a los diálogos. Los que yo he conocido gracias al invento de la televisión, me han mostrado lo que es de verdad la vergüenza, por mucho que ya creyera que lo sabía todo sobre ella, y se me ocurre pensar que tal vez no hayan entrado bien esas dos actrices tan capaces en la idea de Medem, o lo que sería peor, que Medem tenga por cabeza una maraca.
¡Ya me contaréis!


Yvs Jacob