sábado, 1 de septiembre de 2012

Yvs Jacob dedica buena parte de una mañana a ver los anuncios de Alain Afflelou y llega a la conclusión de que no los entiende

Así es, amigos. Para empezar, no alcanzo a comprender por qué alguien querría tener tres modelos distintos de gafas, es una necesidad difícil de despertar de manera espontánea en un ser humano incluso un poco perjudicado por el mercado, y ni siquiera imagino por qué desearía alguien guardar dos copias del modelo que usa habitualmente, gente que con seguridad viste pantalones rotos, ropa interior castigada por la lejía y no presta toda la atención debida a las uñas de sus pies. Tampoco consigo dar con una explicación satisfactoria en cuanto a la presencia del propio Alain Afflelou en sus anuncios, no obstante su esfuerzo por expresarse mal en castellano. Se muestran al espectador imágenes de Alain, que sonríe porque ve a la gente bailar en Venecia, gente que debe de tener cajones, qué digo, vestidores repletos de modelos de Afflelou, estructuras, estanterías a base de patillas cerosas, gente que ha convencido además a parientes, amigos y conocidos para que llenen sus casas con monturas, cristales y balletitas verdes, gente que dice tchin-tchin ante el espejo, cuyo significado aplicado al consumo de productos ópticos es otra de las incógnitas de esta propaganda absurda. Alain parece satisfecho, anuncia modelos de gafas, propone una auténtica revolución en la optometría, la introduce de lleno en la falsedad que caracteriza a esa red donde se atrapa a la estupidez humana, donde nunca antes nadie se había detenido a considerar si merece la pena gastar 1 € más para adquirir dos objetos de uso improbable que acompañan al único necesario, y lejos de presentar en sus anuncios las cualidades de los diseños y las bondades técnicas de los materiales, en especial de la lente, Alain pone a la gente a bailar, claro, porque la finalidad es vender gafas. Il va de soi... De verdad que no lo entiendo. He consultado la página oficial de este bromista y he podido ver con mis propios ojos que ya tiene preparada la nueva colección de otoño. Y yo me pregunto, Alain: ¿y cómo puede haber tantos modelos de gafas, Alain?, ¿cómo es posible que mantengas tantas tiendas abiertas en tantas ciudades con un producto tan frágil, Alain? Aquí hay tchin-tchin encerrado...


Yvs Jacob


[Y muy pronto en Basuragurú: "Mariano Rajoy publicará unas 'Glosas al códice calixtino', el estremecedor y emocionado relato sobre su devolución, 'porque así nos lo han pedido los españoles'"].

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