sábado, 17 de marzo de 2012

El Gobierno de Rajoy miente, improvisa y tiene ocurrencias como todos los demás... ¡tralalá!

Y se contradice, y se burla de los españoles, y dice, para los tontos, muchas tonterías.
¡Hay que ver... hay que ver...! ¡Qué desilusiones me está dando la política española! Un chiquillo tan ingenuo, convencido de que en democracia siempre gana quien lo merece, que gana el mejor, y apenas unos meses después de la victoria de Mariano, por tantos sobrenombres conocido -"el que tenía que venir", "el notarías", "el cuatro casas", "el breve", "el del dedazo"-, apenas tres meses... y despierto y descubro y me encuentro con la verdad. ¿Pues no habíamos echado a unos del gobierno del Reino de España porque eran mentirosos, ocurrentes, improvisadores pero, sobre todo, incompetentes; pues no los habíamos echado los españoles para dar la dirección de la gestión de la cosa pública a Mariano Rajoy y a su equipo de recio currículo, expertos en todas las materias, personas íntegras y con moral, nada que ver con esos socialistas malos, que llevan en sus siglas la invocación al desastre, y que empujan a tan nobles corazones como son los dirigentes "populares" hacia el límite de su humanidad, a punto de cometer los peores crímenes en nombre del bien de nuestra sociedad; no los habíamos echado, pues, y ahora resulta que, o bien no eran tan malos como se creía, o bien estos que eran tan listos cuando se sentaban en la bancada del perdedor, son ahora tan tontos, en la bancada de los que mandan, como el tonto que defiende que ETA está detrás de los atentados del 11-M?
Porque un ministro dice una cosa, la vicepresidenta, otra distinta, y el primer ministro, nada de lo anterior; porque un ministro dice que no hace lo que hacían los que estaban antes, cuando hace lo mismo; porque la vicepresidenta se quejaba de lo que hacían los que estaban antes, cuando ella decía que nunca lo haría, y ahora lo hace; porque el primer ministro dice que no hará lo que hacían los que estaban antes y hace, sin embargo, lo que hacían los que estaban antes y lo que el mismo primer ministro dice que no hace... Y todo es así, and so on, and so on...
Y el coro demente que jaleaba con sus megáfonos a la oposición de entonces, en el camino hacia la victoria, el coro encolerizado, feroz su encabronamiento contra la incoherencia, la improvisación y la mentira, todas inventadas, del Gobierno de entonces, se calla ahora ante el bolardo en el propio ano, se calla ahora ese coro de putas, y se lo traga todo, hasta lo más gordo, como si fuese nada... ¡Hay que ver... hay que ver lo que pasa en España!
Y no menos magnífico es el bolardo que unos y otros, estafadores e intoxicadores de la opinión, le han metido a los españoles, esa raza boba, más que boba, crédula, más que crédula, infantil y secuestrada por la más terrible vulgaridad... ¡Qué cosas nos pasan en España...!
Un amigo que ha emprendido el camino del exilio me proporciona unos datos que no consigue explicar. "Pagamos por el consumo de luz más que nadie en Europa; igual sucede con las tarifas de telefonía, que son más altas que las de 'los países de nuestro entorno'; tenemos, sin embargo, los salarios más ridículos, en comparación con los demás europeos, y pagamos por ver un partido entre el Betis y el Murcia más que quienes van al campo a ver al Chelsea contra el Manchester United". Y así le digo yo: "Felipe, si es que nos tenían que matar a todos".


Yvs Jacob

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