lunes, 27 de junio de 2011

Aviso para Esteban González Pons

No me gusta Esteban González Pons; la forma de su cabeza no parece corresponder a un diseño inteligente, y es feo. No obstante, podría convivir en un mundo donde los Esteban González Pons también existieran, pero urge que le busquemos los españoles un trabajo a este augur pantagruélico. Yo propongo que se coloque como contador de historias con ogro: sólo ver a González Pons y escucharle decir barbaridades en esa vida de ocio que lleva es suficiente para comprender lo acojonante, el miedo que produce la realidad popular.
Pero ¿qué coño es eso de que los españoles quieren y han dicho?, ¿qué coño eso de que los españoles piden el cambio y de que el cambio es igual al Partido Popular? ¿Qué suerte de fantasmagórica ficción comunista es ésta de la que nos habla un día y otro el poeta del sociosuicidio González Pons? Pero, sobre todo, ¿cómo coño puede pensar el poeta que los españoles, si acaso alguna vez existiésemos como esa totalidad de significado de la que habla González Pons, tendríamos la poca inteligencia de elegirlo a él en tanto que nuestro portavoz competente y legítimo? Ya pido desde aquí al presidente del Congreso, José Bono, otra más entre las futuras reformas de la Cámara: un control anti-doping para diputados, porque es demasiado el rollo peliculero que se están construyendo algunos que ya se reparten ministerios y obras de arte para colgar en la pared. Y hasta dicen que Mariano Rajoy ha pedido una pantalla de televisión de gran formato para ver las competiciones de ciclismo en La Moncloa. ¡Pero qué broma es ésta de los populares!
No me cabe la menor duda respecto de la existencia de una parte importante de españoles que pone en peligro con su irresponsabilidad al conjunto de la nación -basta con ver a los mendigos de Intereconomía, ni las vacas de Etiopía dan tan mala leche. Es muy habitual también que los votantes del Partido Popular piensen que sólo ellos son los españoles, esto es, los únicos que pueden tomar decisiones y, por supuesto, siempre sin caer en el error -tienen a Rouco Varela de su parte, que, quieras que no... también tiene sus contactos. Pero si sólo fuesen los españoles esos que votan al Partido Popular, tiempo hace que habríamos sido conquistados por una tribu de pigmeos. Y es que nos toca superar cada día una prueba muy difícil a los verdaderos demócratas, a quienes tenemos un sentido republicano de la política, es decir, de la más elevada competencia, y sin pausa nos castiga este ocioso tuercebotas majadero que en su estupidez llega a tomarse por un iluminado del Verbo, cuando parece que haya sido una serpiente lo que se colara en sus calzoncillos.
Debo pedir al Partido Popular que deje de hablar en nombre de los españoles. Me parece estupendo que hable en nombre de sus votantes, esos pobres ignorantes en tantas cosas, pero hay que desear que los españoles sean mucho más que unos palmeros que llenan plazas de toros.
Pido también en particular a González Pons que dé el paso definitivo y oficialice lo que de hecho ya es una realidad para él desde tiempo atrás: que renuncie a dedicarse a la política, es un asunto demasiado serio como para atender a quienes no sirven sino de arietes.


Yvs Jacob

2 comentarios:

Blasphemy dijo...

A mí también me fascina la estructura craneal de González-Pons. Y la voz de Montoro. Y los ojos de Fabra...
De todos modos, ¿qué opinas del autoritarismo bipartidista preconizado por el inmundo José Bono?

Yvs Jacob dijo...

Blasphemy: gracias por perder su tiempo. ¡Si hasta se ha tomado la molestia de escribir un comentario! Lamento no complacerle respecto de su posición frente al bipartidismo. En las elecciones autonómicas, a menos que uno viva en Euskadi o Catalunya, o incluso en Galicia -BNG-, no hay opción, se vote a "la Espe" o al candidato del PSOE. ¿De qué serviría en Madrid otro partido de izquierdas cuando la derecha confusamente liberal gana siempre por mayoría absoluta? Por otra parte, la izquierda guay se aleja de mis posiciones tanto como la más vil de la derechas españolas. En las elecciones legislativas generales, de nuevo, sin opción: votar al PP es siempre algo de mal gusto y repugna a la razón, y sólo queda el PSOE, tan débil para la extorsión de quienes no piensan en España, pero un partido que comprende la realidad política en su complejidad: unas veces nos jodemos unos, y otras, otros. O dicho de otra manera: el PP no entiende de la democracia más que la legitimidad de su voluntad, hacer de acuerdo con los instrumentos del Estado democrático lo que se haría un Estado arbitrario por la fuerza. Me temo que los españoles no tenemos solución.
Si lo contrario al bipartidismo es un Parlamento en el cual los aventureros se reparten igual que antes se concentraban, entonces tengo sobre la democracia la misma sospecha que Platón: muchas voluntades y muchas voces, pero ya sabemos que cada uno tiene sus propios intereses, lo que necesitamos es uno que se ocupe de los intereses de todos... sin enloquecer.