lunes, 2 de mayo de 2011

Delirios de "la Espe" en el Día de la Comunidad de Madrid

La derecha española no se entera de nada. Ver a la Espe pasar revista a las tropas en el Día de la Comunidad de Madrid es sólo posible cuando gobierna en la región el delirio, que sin duda obnubila por completo a la presidenta. La cosa anda muy mal en España, eso es lo que pienso, creo que hay entre los españoles demasiados alucinados, ignoro si se debe a la dieta o a una congénita estupidez que hace posible todo lo ridículo, y lo peor sucede cuando uno entre ellos se pone al frente de aquello que, por lo demás, le supera. Es el caso de la Espe. Ya no imagino siquiera lo que nos quedará por ver a los madrileños como no pongamos un poco de orden en la cosa pública, y a la Espe, a enjabonar la porcelana.
No obstante el índice de desempleo en la Comunidad de Madrid, no obstante el deterioro de la educación pública, con el maltrato institucional que sufren interinos y opositores, no obstante el despilfarro en la gestión de los trofeos de la presidenta y el autobombo, no obstante la manipulación repugnante que se lleva a cabo desde el juguetito autonómico, la infecta Telemadrid, las encuestas presentan buenos augurios para la Espe, y con tanto ánimo se ha acercado a las cámaras de televisión para continuar difundiendo la versión B de los atentados del 11-M. Nos dice así la Espe que no fueron una respuesta a la ingenuidad política o soberbia de san José María Aznar, porque esta obra asesina nunca se reclamó desde Al Qaeda. ¿Qué esperaba la presidenta, una tarjetita con un lazo?, ¿un paquetito con bombones y un par de calcetines bordados a mano en Afganistán para informarle de la autoría?
Esta basura ya la airean desde hace años los pseudoperiodistas de El Mundo, y en tanto que se nos hace irrespirable, resulta conveniente puntualizar algunos aspectos respecto de la democracia, porque es contrario a la razón que pretendan gobernar quienes ignoran en qué consiste el gobierno y cómo se accede a él.
Deberíamos los españoles hacernos grabar en grandes letras en todos los edificios públicos tres principios elementalísimos de la democracia, como siguen:
1) Dios no tiene nada que ver en el asunto;
2) Nunca ganan los mejores, sino unos entre quienes se presentan;
3) El pueblo no puede sustituir a Dios, esto es, que a uno lo elijan no significa sino eso, que a uno lo han elegido otros, a su cuenta y riesgo.
Esto no lo entiende la derecha, que se arrima al gobierno para disfrutar de la representatividad -lo exclusivo- y del fasto con legitimidad. Es así como se despierta en sus dirigentes la consciencia de excepcionalidad, una patología, obviamente; se confunden en su simplicidad con seres inteligentísimos y dicen toda clase de estupideces para dar satisfacción a los estúpidos que les votan. No otra cosa es la democracia española.
¡Salvemos Madrid!
El 22 de mayo no te quedes en casa: la izquierda te necesita para gritar ¡No!


Yvs Jacob

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