domingo, 14 de marzo de 2010

¿Qué hacía Sorayita en el funeral de Miguel Delibes?

Una vez más, la derecha no respeta nada. Nuestros políticos españoles superan con cada una de sus acciones el listón siempre ascendente de su propia estupidez, y si en los asuntos que importan al pueblo manifiestan la mayor incompetencia, esto es, en tanto que representantes en quienes se ha delegado la capacidad de decisión y de actuación, en aquellos otros donde no se los ha elegido, tal es el caso de los triunfos particulares del deporte o de la cultura, asoman con la red de pescar subnormales sin ningún pudor, y nadie se atreve a desalojarlos del espacio que llenan de indignidad con su presencia. Así ha sucedido con Sorayita, que ignoro en nombre de qué ha acudido al funeral de un literato el cual, por lo demás, no era nada favorable al mundo del cacique, del patrono, del señorito, del que obtiene el Partido Popular su voto predilecto, aunque no mayoritario, que ése lo proporciona el pueblo supersticioso y fanático.
Comprendo que acudiese la Vicepresidenta De la Vega; de alguna manera, aunque roce lo impúdico, era necesaria una despedida institucional, ¿pero Sorayita? ¿El Partido Popular? ¿Acaso no ha leído ninguno de sus buitres la obra de Delibes? ¿Acaso no han percibido en ella cierta crítica a los valores de eso que los populares llaman España, y que no es sino barbarie y depredación? Pero nada les importa, nada les detiene a estos quebrantahuesos arrojadizos sobre cadáveres frescos como vampiros sedientos.
Tal vez no fuera Delibes el colmo del espíritu progresista, pero ha debido de confundir al Partido Popular su predilección por la caza, sin duda, un punto de común reconocimiento.
Sea dicho que esta confusión del político español respecto de su papel como representante no es privilegio del Partido Popular, al cual le compete la excelencia de buscar provecho en los escenarios más indecentes, eso sí. Se extiende a toda la clase política el abuso de la suma: recuérdese el batallón que acompañó al F. C. Barcelona en la final de la última Champions League, había más políticos allí que Boixos Nois.
¡Qué asco!


Yvs Jacob

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