viernes, 21 de enero de 2011

Esta semana, ¡todos los días fútbol!

Lo hemos vuelto a conseguir, ¡y nada nos podrá parar!
La progresión de los españoles hacia la cima del analfabetismo cultural no conoce límites ni barreras. No importaba en absoluto que los partidos de la semana fuesen intrascendentes, que el Barcelona hubiese dejado a los jugadores del Betis pegados en el campo la semana anterior, o que la sobrevalorada afición atlética supiese en el fondo de su corazón que su equipo no conseguiría batir al rival de la capital. Todas las emisoras de radio suspendieron sus habituales programas de información y debate para que sus oyentes no perdiesen detalle de una eliminatoria ya resuelta por cinco goles de diferencia, y otra casi tan absurda, por el frío que sufrieron los seguidores de los equipos madrileños en el vallecito del Manzanares.
Dijo Iñaki Gabilondo días atrás que era una desgracia que desapareciese un medio de comunicación, y también lo repitió Àngels Barceló en el muy irregular y descuidado Hora 25, programa sometido a la tiranía de los esquilmadores de almas, o esquiladores de borregos, que es lo mismo. Pero, querido Iñaki, ¡cómo no va a desaparecer el mundo entero cuando la ambición de un grupo de comunicación es llevar un partido de fútbol diario a cada hogar mediante la televisión por pago!
Y este es el mundo en que vivimos, el mundo sobre el cual discutimos y en el que tanto nos molesta lo que hacen unos y otros, cuando lo que de verdad merecemos es que Zeus descargue una lluvia de rayos que parta a la mitad por la mitad, y que a la mitad de la mitad sobrante le introduzca yo qué sé por el mismísimo culo, que libre a la otra mitad de tanta gilipollez como soporta.


Yvs Jacob

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