lunes, 15 de febrero de 2010

Ana Botella, ser humano

Hay seres humanos con los que nos toca convivir que disponen al hombre de conocimiento a admitir alguna de las siguientes conclusiones:
1) Dios no existe;
2) Dios sí existe, pero está loco; o
3) Algún antepasado del hombre moderno tuvo éxito en su reproducción, tras cruzarse con otro mamífero, quizá inferior, todavía incierto, pero sus vástagos resultaron fatales para el futuro de la especie humana.
Probablemente, Ana Botella se considera a sí misma política, esto es, persona dedicada a la actividad política, aunque preguntada en qué consiste tal actividad, también con probabilidad no diría sino una burrada de las que cautiva al genio del Partido Popular.
Cabe valorar el modo como "la Botella" llega a la política madrileña. Mientras tantos y tantos políticos sufren de lo lindo recorriendo estamentos, fracciones y divisiones dentro de su partido o sindicato hasta disfrutar por fin de la tan apetecible "lista" y del salario convenido como miembro del coro, su caso fue bien diferente. A "la Botella", por ser esposa de aquel Presidente superdotado que tuvo España, se le supuso inmediatamente sabiduría de gobierno y gestión, igual que si de una virtud transmitida por contagio se tratase. Así, pues, Alberto Ruiz-Gallardón, quizá con la intención de ganar para su favor a un sector muy específico, el de la derecha cañera, nostálgica, a pesar de lo comedido que es el alcalde en su discurso hablado, bien diferente del que maneja con las excavadoras, le ofreció a "la Botella" la sinecura de la concejalía y le dijo aquello ya célebre, y que todavía nos intriga, de: "gracias, Ana, por lo que tú ya sabes".
Desde que es concejala, "la Botella" no ha demostrado justificación alguna de aquel talento adquirido como primera dama. Sólo ha demostrado que, para ganar en Madrid, la derecha no necesita talento alguno. Ha demostrado también que domina el arte de la coz, tal vez eso a lo que el alcalde se refería con enigmáticas palabras, y le ha arreao una al sentido común con ese vicio tardoilustrado y decimonónico que tiene la derecha española de arremeter contra la razón. Ha dicho "la Botella" que el planeta está al servicio del hombre. Como siempre, a los políticos españoles, ya sean de derechas o de izquierdas, les faltan unas cuantas lecturas, pero yo había supuesto que esta lección la tenían todos bien aprendida. Este pensamiento de "la Botella", no es que ya no se lleve, es que ni siquiera es recurrido por los cerebros de las teorías conservadoras que más han perjudicado al medio ambiente. Al ser lo principal la producción, incluso cuando se respetase el planeta, unos hombres siempre trabajarían para otros, y lo harían dentro de unos índices de pobreza lo bastante elevados como para que la riqueza no se dispersase; luego, incluso cuando la ecología sea un negocio, todo seguirá igual. Pero "la Botella", que tanto sabe de política", ha debido de pensar que, por representar a la derecha, tiene que decir aquello que suena más a derechona, más cañero, y decirlo además como quien da una lección a quienes están equivocados por defender lo contrario.
En fin, a mí me pasa con ella que la veo, no medio vacía, sino bastante... Pero ya lo decía el jefe de "la marianada", que tiene un primo científico: "ésta es la gente con la que nos toca convivir".


Yvs Jacob

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