lunes, 26 de octubre de 2009

El PNV razona el aborto... y lo hace bien

Pues ésa ha sido la sorpresa del día, y un placer dar la bienvenida a quienes tienen, al menos por una vez, la bondad de mirar a la realidad para entenderla, y no para negarla.
Yo me declaro 'abortista moderado', como cualquiera que vive en el mundo real, y si no niego que prefiero el aborto a la convivencia con tantos indeseables indeseados, tampoco defiendo que se ponga una venda a la inteligencia. Parece un problema serio determinar cuándo comienza la vida. Rousseau hablaba de dos nacimientos: a la vida y a la existencia, y no tiene mucho sentido defender con tanto empeño el primero y abandonar el segundo, el que provee a la sociedad de superabundancia de cadáveres. No. Quienes defienden la vida y la familia han sobrepasado la bella creencia para precipitarse hacia el fanatismo, y el fanático es siempre un mal ciudadano.
Pero el PNV ha dado una lección que todavía ningún partido político, y menos aún dentro de la izquierda, había conseguido impartir: el comienzo de la vida humana es un misterio, ¿podría medirse en semanas? Ninguna mujer merece una condena legal por abortar, ¿podría la ley acercarse a la justicia en los asuntos morales? La vida de la gente no es tan feliz como para exigir que se formen familias a las fuerza, ¿no es acaso una prevención de generoso realismo?
¡Ay, cuánto podría ayudar al PNV la comprensión de la otra realidad en que se empecina!


Yvs Jacob

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