jueves, 27 de agosto de 2009

Esperanza, regresa a la porcelana

Siempre he pensado que Esperanza Aguirre debería quedarse en casa viendo a la mucama enjabonar la porcelana. La doña de Madrid ha continuado con sus actuaciones también en verano y ha dedicado sus últimos boñigos de cinismo al modo como en las Islas Baleares se ha conducido a 'la familia popular' ante los jueces. Ha alarmado a la doña que la policía judicial llevara esposados a hombres honradísimos, ejemplares gestores públicos y estadistas antológicos, cuasi divinos, igual que vulgares delincuentes, los cuales, bien es sabido, sólo militan en el socialismo español. Hace falta tener la cara de momia para sufrir el pasmo que ha padecido la doña ante el televisor.
En ese mundo tan deseado por 'la familia popular', USA, a uno lo esposan por el simple hecho de llevarlo desde su casa a una comisaría. La herramienta democrática que han regalado los dioses del universo a los pobres, Internet, ofrece imágenes de políticos, artistas, deportistas, tontos y listos esposados, y cabe la posibilidad de que hayan cometido algún mal. Si son exactamente delincuentes o no, quizá necesite una exploración más allá del gesto de conducirlos ante la ley, protocolos aparte.
Pero la doña habla con odio. La asimilación entre 'militante del Partido Popular' y 'sinvergüenza' no se trabaja sólo desde las filas del socialismo de alta costura. Debe de haber otros 'operarios'. Llama mi atención que no cuadren las cuentas de un municipio -el de Palma de Mallorca- y que los acusados se sientan perseguidos, maltratados y humillados en su honor. Llama la atención que ante el delito mayor haya quien busque el modo de volver el asunto contra quienes nada tienen que ver, mientras se arropa a los artífices descubiertos con la 'sábana santa' del honor y de la dignidad del partido. La política ha llegado a ser tan política que apenas queda en ella algo de política ya.
Es imposible que un atraco a las 'arcas del pueblo' pueda continuar considerado como falta leve en la conducta de los políticos, con independencia de su partido. Cualquiera que sea el beneficio obtenido por un individuo en un cargo más allá de lo dispuesto legalmente lo desea también el ciudadano que sólo vota en las elecciones. La política es el modo de que el reparto de bienes no termine en reparto de hostias, pero el Partido Popular lo pone siempre todo muy difícil.
Y difícil es fechar el momento en que la doña jubiló el órgano que rige a un individuo para evitar que su estupidez perjudique al resto de la humanidad, pero las funciones que desempeña como Presidenta hace tiempo que se convirtieron en broma macabra de la historia y deben cesar en las próximas elecciones autonómicas.


Yvs Jacob

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