martes, 7 de julio de 2009

Política sin esperanza

Estoy hasta los cojones de los políticos del Partido Popular y de sus votantes de superficie. No digo de todos sus votantes, porque he conocido algunos entre ellos que eran personas excepcionales; me refiero a su generosidad, a su bondad, a su responsabilidad y al valor de vivir conforme a sus ideas. Es cierto que, al mismo tiempo, se mostraban enemigos de una moral generosa, evolucionada, pero al menos defendían sus prejuicios con dignidad y no los ocultaban. Lamento la existencia de los otros votantes, los del bloque, la escuadra vocinglera. Estos votan al Partido Popular sin tener la menor idea de lo que su ideología representa. Son insoportables. El Partido Popular se sirve de ellos como de niños a los que perdona un castigo si hacen la maldad que mejor sirve a sus fines; en particular, si se mantienen embrutecidos y brutos.
El descaro con que el Partido Popular insulta la inteligencia de la ciudadanía, más allá de los pobres diablos que les confieren un alto elevado cupo de representatividad, se me hace ya insoportable. Creo que no hay entre sus políticos ninguno que merezca siquiera esa mención; no tienen ninguna preocupación relacionada con lo público, su manera de interpretar el concepto de 'elecciones democráticas', como la posibilidad de hacer después lo que les salga de los cojones, pero conforme a la legalidad, me aproxima a un límite difícil de dominar.
Estoy hasta los cojones de la mierda de izquierda que queda en España. Sus partidos no se dan cuenta del momento extraordinario que vive la política: hay que ponerles el pie en el cuello a esos cabrones. ¿A qué cojones estáis esperando?

Yvs Jacob

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