He seguido con gran interés la evolución de Activia en Carmen Machi. Aunque el producto se anuncia como un eficaz remedio para combatir la sensación de hinchazón en el cuerpo, lo que viene a significar que hay quien pretende que le afecte lo mismo un buey que una zanahoria, estoy seguro de que muchos consumidores habrán buscado Activia en sus distribuidores habituales con la esperanza de que otra hinchazón, ya no gaseosa, por ejemplo, sino de más arraigo, desaparezca. Sospecho que tampoco Carmen Machi está como está por unos gasecillos, y no creo que un yogurcito tras las comidas fuese a hacer de ella una candidata a Miss Universo. Los publicistas de Activia han puesto sin duda a prueba el producto.
Pero, más allá de la disposición de los seres humanos a dejarse engañar, a canjear en su mente-imaginación unas propiedades por otras, cabe también observar que los anunciantes expresan su voluntad de dolo con la ambigüedad necesaria de toda publicidad que se precie en un mundo superpoblado de idiotas.
Los meses han ido pasando y llegó el verano. Ya deberíamos ser capaces de apreciar que Carmen Machi se encuentra mucho mejor, que ha perdido gases o peso, porque los anuncios de Activia permiten construir ambas fantasías adelgazantes. No obstante, vemos a Carmen Machi con un pareo en la piscina. Ojo con el pareo..., que todos sabemos lo que significa, y una mujer satisfecha por haberse librado de unos gasecillos no se lo pone, sino que enseña el jamón. Otra cosa es que se haya confiado de verdad en Activia como quitagrasas...
Estaba claro que para mostrar a Carmen Machi sin pareo los anuncios de Activia tendrían que exhibirse en horario nocturno. Y no parece que fuesen sólo gases los causantes de la sensación de hinchazón en esa croquetita. Es probable que una dieta estricta de Activia pudiese definir a Carmen Machi, reconducirla hacia las proporciones todavía humanas, en la frontera con el criterio clásico de belleza. Pero habría que concentrar la alimentación en un solo producto: Activia a todas horas, y que sea lo que Dios quiera. No obstante, quienes confían en los productos milagro caen siempre en la misma pereza: ¿se puede comer buey y adelgazar sin hacer ejercicio? ¿Me puedo poner to' cerdo y quedarme como estoy? No.
Leo en Internet que hay quien se plantea denunciar a Carmen Machi por estafa. Lo encuentro exagerado. A Machi le pagan por aparecer en el anuncio, pero no encuentro un vínculo necesario entre el papel que representa y la verdad que los consumidores depositan en sus palabras. No hay que ser demasiado inteligente para advertir que el único yogur adelgazante habría de estar compuesto de ácido sulfúrico. Y hasta es probable que un yogur abandonado en la nevera durante un tiempo considerable te resuelva algunos problemas de manera definitiva.
Desde luego, no entiendo cómo puede exigirse a la publicidad lo que se pasa por alto en el periodismo...
Yvs Jacob
martes, 12 de julio de 2011
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2 comentarios:
Desde luego, no entiendo cómo puede exigirse a la publicidad y al periodismo lo que se pasa por alto en este blojj...
Gracias por su comentario, Carmen; ahora la entrada se entiende muchísimo mejor. Mil gracias.
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