miércoles, 15 de julio de 2009

ARCOmadrid. El arte en peligro de extinción

Leo en la prensa que la próxima edición de ARCOmadrid durará un día menos. Joder, lo lamento no sólo por la gran cantidad de genios y de sesudos ingenios que presenta allí sus obras; también por el beneficio que el espíritu humano obtenía de la contemplación de las maravillas de esa colección anual. La Conferencia Episcopal debería tomar cartas en el asunto; debería alinearse con los diletantes: es una gran afrenta la que sufrimos con la mutilación de nuestro gozo vanguardista.
Según parece, el motivo de la reducción es la situación económica, o habría que decir que la feria sufre las consecuencias de la crisis. Hay que fastidiarse con la nefasta clase trabajadora mundial. No les basta a los trabajadores con reclamar derechos y prestaciones, no les basta con recibir un generoso salario a cambio de su fuerza de trabajo, un salario mínimo interprofesional que en España es de 624€. ¿Alguien se ha parado a pensar lo mucho que puede hacerse con esa cantidad? Con esa cantidad, hasta es posible comer dos veces al día. Pero los trabajadores son insaciables: quieren tener vicios y lujos también. Desayuno, ropa limpia, vivienda digna... Animales de la insaciabilidad, voraces...
Pues los trabajadores, los malditos trabajadores, como deben ser mantenidos incluso cuando no trabajan, como deben percibir alguna ayuda para continuar hinchando sus barrigas, han terminado por arruinar el arte mundial, la exquisita vanguardia que se reunía en Madrid para alumbrar el alma pura y cristalina de los paladares más delicados.
La derecha, y la derecha española en particular, tiene razón: habría que matar a todos los pobres; los pobres sólo perpetúan la fealdad en el mundo; todo lo ensucian, lo contaminan, y el arte, el bello arte que es el descanso del ejecutivo, del hombre de negocios de inmaculada sensibilidad, el arte está muriendo, y todo por salvar a los malditos pobres.
Creo que hay que superar el 'contrato del siglo XXI' que propone la patronal española con el 'contrato del siglo XXII a. C.'. Ni despido barato ni hostias: esclavitud, látigo y botijo.


¡Ay! ¡Qué será de la cultura occidental si el arte conceptual pierde sus 'espacios'!
(Algunas voces me sugieren que tampoco sería disparatado emplear el poder de la masa sumida en la pobreza para el exterminio del teatro del absurdo -autores, público y practicantes-. ¡A mí no se me había ocurrido!).


Yvs Jacob

3 comentarios:

Violeta dijo...

Hola Yvs Jacob, encantada de conocerte. Debo decirte que no voy a publicar tu comentario. Lo cierto es que no le encuentro la razón de ser. Y para hacerse autopromoción ya estoy yo pispa. Le seguiré la pista, de todos modos.

Lo siento.
Yours sincerely,

Violetera.

Violeta dijo...

No sé a qué consejo te refieres, pero si era al del "tú/usted", me lo daba a mí misma. De todos modos tienes razón, será mejor no entrar en valoraciones, aunque tú ya lo hayas hecho.

Saludos.

Violeta dijo...

Consejo que por otra parte, veo que has borrado. En fin, Pilarín...