sábado, 23 de abril de 2011

El Santo Padre participará en el debate de GH

Así lo han comunicado portavoces vaticanos autorizados. El Santo Padre habría calificado como "flipante" su experiencia de moralización en directo, y pedido también que se movieran los hilos para lograr una evangelización eficiente entre los más necesitados con todos los medios de la era teletecnológica. Conocedor del peligro en que viven los españoles, que adoran a falsos dioses y dan la espalda a la Verdad, una sociedad deprimida que se precipita hacia el abismo, hacia el infierno, el Santo Padre se ha mostrado conforme con la explotación de la fórmula recién descubierta para comunicar la Palabra, y hay quien piensa que podría desarrollar una adicción a la teleasistencia.
La sugerencia de participar en el debate de GH, uno de los programas con mayor audiencia de la televisión en España, ha sido del agrado del pontífice, y no se descarta, por su versátil dominio de tantas lenguas, que narre partidos de Champions, o que anime a lo Pepe Domingo Castaño, si bien siempre con breviarios de exquisita ortodoxia.
Por el momento, parece que será inminente su concurso, y ya el próximo jueves conectará desde su salita de estar con el plató del programa de Telecinco. Su secretario personal ya habría encargado a un equipo de hermeneutas el estudio de los textos sagrados por si contraviniese el Santo Padre algún precepto o contraprecepto de los que abundan en las fuentes cristianas al usar términos y expresiones tales que "de puta madre", "que le jodan", "que le den mucho por culo" o "a mamarla, a Parla", sin los cuales resulta imposible la comunicación en el castellano hablado, y para evaluar además su posible influencia entre el público que consume telebasura pero distingue todavía lo bajo y soez.
Yo ya he cancelado todos mis compromisos para día tan señalado y estoy releyendo la biografía de Joseph Ratzinger que regaló hace tiempo el diario ABC. He despejado también una de mis estanterías repleta de libros para colocar un plato gigante de porcelana donde Benedicto XVI aparece tan mono como sabe serlo, sonriendo y con las palmas juntitas. ¡Una delicia!

(Y mañana en Basuragurú: Mayor Oreja: 'de oído voy bien, lo que estoy perdiendo es la cabeza').


Yvs Jacob

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