jueves, 13 de septiembre de 2012

Moncloa podría estar preparando una nueva sustracción del Códice Calixtino

El presidente Rajoy se encuentra en horas bajas, muy bajas, y la realidad, en horas altas, las más altas que imaginarse cabe. La desastrosa gestión de los asuntos públicos por parte de nuestro presidente gallego siembra desasosiego y discordia entre los españoles, y fuera de España cultiva algo mucho peor, una resistencia que conduce hacia la indiferencia, y no es lo mismo que el pobre desprecie al rico que serle indiferente a éste. Se cuenta que en La Moncloa vive su equipo de asesores una reunión permanente, casi una reunión sindicalista, por la poca ventilación del espacio y corporal, reunión entregada a la búsqueda de ideas para relanzar al presidente, cuya imagen se ha descompuesto hasta el punto de maravillar a quienes lo votaron y a sus opositores, todos preguntándose si es verdad que fue una vez elegido para gobernar, o si apareció sin más, espontáneo y divino, o si es una fatalidad realmente fatalista en la historia. Parece que se evalúan muchas propuestas, que por venir de los asesores no son sino insensatas, y entre ellas ha triunfado la siguiente: los sabios de la imagen y del vaciado podrían estar preparando lo que ha dado en llamarse un acto de sublime heroicidad. Este acto se concreta, como diría Protágoras, a la medida del sujeto que lo realiza, y es entonces que se trama, destacada por su osadía, la segunda recuperación del Códice Calixtino, pero lejos de limitar el papel del presidente a la solemnidad de su entrega en sede catedralicia rociada de incienso, los fieles asesores insisten en la necesidad de construir mejor al personaje, dotarlo de capacidad real de acción: se pretende hacer con la recuperación del incunable lo que Alberto Fujimori con Sendero luminoso, un espectáculo visual complejo donde no falten la retransmisión en directo de la peripecia por parte del propio héroe ni el mensaje de que hay un gobierno que, efectivamente, gobierna. Tras su entrega, sano y salvo, con todas las marcas a bolígrafo de sus recientes glosistas, el obispo de Santiago de Compostela leerá su muy celebrada y satisfecha comunicación El Cristo, puntos a favor y en contra.
Y menuda heroicidad: 6 millones de parados, el 50% jóvenes, el peor sistema educativo del mundo civilizado, el sistema público de salud devorado por la carcoma de la razón y los asesores preocupados por mejorar la imagen del presidente. Será que no le queda nada claro hacia dónde debe dirigir su fuerza este superhéroe que no hace tanto tiempo ejercía el poder de la superpresión...
Y es verdad que al presidente se le está viniendo todo encima, todo igual o muy parecido a aquello que le producía tanta soberbia cuando se sentaba en la bancada de enfrente, cosas que a él nunca le pasarían o iban a pasar, porque son cosas que le suceden a los incompetentes, a los adolescentes que quieren gobernar, y bien diferente es presentarse en campaña electoral como superhéroe con su lema  Ya llego yo, que se van a enterar. Todo da un poquito de pena, porque Mariano Rajoy estaba predestinado para la gloria, y hay quienes se están empeñando en joderlo. Menos mal que existen los asesores, que son a la política como una botella de Don Limpio; ya se sabe, que quita la mierda, al menos eso se nos dice, sin rascar. Si ya se ve...


Fullero para Basuragurú

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