Sigo las andanzas del boy scout Sostres a través de los comentarios que de ellas hace en su blog José María Izquierdo, y encuentro a cada cual más descacharrante y deliciosamente estrafalaria, porque se aprecia que es el boy scout Sostres el más perfecto ejemplo de encefalograma plano, de alcornoquismo máximo y de pigmeo mirando a la pared. Pobre hombre, le han pintado un punto en la pared y le han dicho que eso es periodismo, y al periodismo de batallón que se ha sumado. Yo no tendría por qué implicarme en el asunto -lo mejor que hace un leño es arder-, pero me ha ido interesando la patología del boy scout Sostres porque es un individuo de esos empeñados en superarse, e igual que el hombre de ciencia choca continuamente con la realidad intrascendente, al cretino que practica el periodismo de batallón se le presenta la infinitud del horizonte, y eso que no hace otra cosa que mirar a la pared.
Ya en alguna ocasión he manifestado que eso por lo que aboga el boy scout Sostres no es liberalismo ni es nada, y si algo, como todo lo que se cuela por el filtro del analfabetismo español, no otra cosa que sinrazón y vulgaridad, un crecepelo, la piruleta del tonto del pueblo. Pero ahí en la pared, donde algún director de diario le ha indicado al scout que debe mirar, debe de decir liberalismo, y el muchachito que mira la pared ve, pues eso, liberalismo por todas partes. No se la ocurrido ni abrir el enlace correspondiente de Wikipedia, pero es que ni siquiera conoce el diccionario de la RAE, que bien lo sabe ya Esteban González Pons, saca al más presuntuoso botarate de un apuro después de haber metido la pata hasta los huevos. El mismo término liberalismo refiere a un disparate mayor cuando lo emplea el boy scout Sostres, pero se puede dar uno tal pechada a reír cuando el muchachito llama a alguien socialista...
Qué lástima, de verdad, tanta buena gente sin trabajo, tantos periodistas en la calle, y no persiguiendo la noticia precisamente, y la maraca opinácea del boy scout Sostres castigándole el hígado a la inteligencia con la impunidad que concede un mundo bruto a sus más ilustres carniceros.
Yvs Jacob
jueves, 12 de enero de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario